Ares durmió incómodo, luego de años sin dormir en su cama era raro volver a aquella sombría habitación. Tantos recuerdos en esas cuatros paredes, demasiados malos y pocos buenos.
Fue despertado por el golpe en la puerta. Suspiro cansado y dijo a la persona detrás de la puerta que pase.
Una joven ninfa entro haciendo una reverencia ante el dios de la guerra.
-Su alteza, la reina Hera desea verlo en sus aposentos para desayunar- informo la muchacha, aún con la cabeza baja.
El dios respiro pesadamente- Bien, puedas retirarte- le respondió.
La ninfa hizo otra reverencia y salió rápidamente de la habitación, cerrando la puerta atrás de ella.
Ares se levantó y se dirigió al baño, un baño era lo que necesitaba para finalmente lograr relajarse.
Comenzó a calentar el agua en la chimenea. No espero mucho para que se calentará, ya que le gustaba el agua tibia.
Vertió el agua en la bañera y por curiosidad también vertió varios perfumes y jabones que su madre le había dado. Ares se desprendió de su ropa y se sumergió en el agua.
Ares seguía algo cansado, por lo que luego de lavarse cayó totalmente dormido en la bañera. La cabeza del dios de la guerra paso de estar apoyada en los bordes de la bañera a sumergirse en el agua, Ares había estado tan plácidamente dormido, hasta que bajo el agua empezó a escuchar gritos y llantos, entonces un recuerdo se apoderó de la mente del dios de la guerra.
Ares había tenido mucha dificultad para dormir en el campamento. Siempre salía disfrazado hacia las aldeas cercanas, tomaba algo y comía en alguna taberna y luego conversaba con los lugareños. Una vieja señora le había dicho que a las afueras de aquella aldea siguiendo el norte se encontraba un hermoso río de agua cristalina. Ares pensó que sería un gran lugar para un baño, ya que era una noche muy calurosa.
El dios de la Guerra siguió el camino que le había dicho aquella señora. El error del joven dios fue no voltear para ver qué la señora traía en su rostro una sonrisa maliciosa.
Ares camino por lo que serían unos 20 minutos, hasta que pudo distinguir aquel rio del que le habían hablado. Corrió hasta la orilla y comenzó a desprender su capa para desvestirse, pero antes de siquiera sacarse esa sola prenda los ruidos que venían del otro extremo del río lo alertaron de que había peligro.
Ares corrió hacia ese otro extremo, otra mala decisión, ya que allí pudo ver algo horripilante. Había mujeres de todas las edades a la orilla del río, las cuales estaban ahogando niños.
Entonces recordó cuando su hermana Ilitia le había dicho que algunas mujeres ahogaban a sus hijos en la guerra antes que el enemigo los matará o tomara como esclavos.
Ares quiso correr pero sus piernas no respondían y tuvo que ver cómo estás pobres mujeres lloraban mientras ahogaban a sus hijos y estos gritaban desesperados.
Ares se despertó exaltado. Podía sentir que además del agua de la bañera también acompañaban sus lágrimas.
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Habían estado tan cerca, tan cerca. Sino hubiera sido por el entrometido de Apolo habrían escapado y no estaría en está habitación llorando.
Thea no había parado de llorar desde que Apolo la había dejado encerrada en su habitación. No había querido gritar pidiendo ayuda porque tendría que explicar todo.
En algún momento de la noche y con todo el cansancio que tenía, Thea había quedado dormida. Durmió plácidamente hasta que el sol que entró por el ventanal la despertó.
Thea suspiro y se sentó en la cama frotándose los ojos, pero al visualizar bien la habitación se aterrorizo al ver que había alguien mirándola mientras dormía.
Thea miro a su alrededor y vio un pequeño busto de mármol en una mesa al lado de la cama, tomo ese busto y se lo arrojó a la figura.
-¡Maldito loco!- Thea le gritó a Apolo.
Apolo había esquivado fácilmente el objeto que Thea le había tirado. Apolo simplemente la miro como si tuviera tres cabezas.
-Creo que tú te estás comportando como una loca- Apolo dijo con simpleza. Se acercó a la cama y se sentó al lado de su hermana. Thea quiso retroceder pero Apolo la tomo de la muñeca.
-Hoy habrá una fiesta para anunciar tu compromiso y el de Ares- empezó a decir fríamente- Te vestirás como una dama y actuaras como una, sin hacer ninguna estupidez.
Thea miro hacia otro lado y no dijo nada.
Apolo la agarro con más fuerza- Contéstame.
-esta bien, hermano- Thea le contesto bruscamente. Algunas lágrimas habían empezado a correr por las mejillas de la joven.Apolo la miro con desagradó- Si te sigues comportando como una mocosa malcriada Poseidón te comerá viva- le susurro Apolo en el oído causando un escalofrío de parte de Thea- Si no quieres que eso suceda es mejor que te comportes y empieces a obedecer.
Thea lo miro de manera displicente y con voz apaga le dijo- Me das tanta repugnancia, tu y ese tal Poseidón.
Apolo sonrió amargamente- Tu tampoco me gustas mucho, pero todavía trato de ayudarte.
Algo en la cabeza de Thea se encendió- ¿Que beneficio obtienes con ayudarme?- Pregunto con el ceño fruncido.
Apolo suspiro- Siempre es bueno tener aliados en caso de guerra o ya sabes una sucesión- Apolo respondió con simpleza.
Sucesión, ¿Que carajos significaba eso? Pensó Thea confundida.
-Entiendo- Dijo Thea con una sonrisa fingida y no muy convencida
Apolo sonrió falsamente y se acercó más para darle un beso en la frente, luego se dio la vuelta y se levantó para ir hacia la puerta.
-Nos vemos a la noche- saludo y luego se marchó de la habitación.
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Hera e Ilitia tomaban jugo de durazno y comían frutas en la terraza de la habitación de Hera, mientras esperaban que Ares llegará. No sé alarmaron por la tardía del dios, ya que era algo usual que no fuera puntual.
Cuando casi habían terminado de desayunar las puertas se abrieron anunciando que Ares ya estaba allí.
-Hijo mío, buenos días- Hera saludo con una gran sonrisa genuina a su hijo.
-Buenos días, madre- Ares saludo a su madre con un beso en la mejilla- Buenos días, Ilitia- Saludo Ares a su hermana, pero a ella le dio un beso en la frente.
Ares tomo asiento enfrente de ambas mujeres y empezó a servirse para comer.
Hera se aclaró la garganta- Está noche es la fiesta de compromiso, las ninfas han confeccionado un hermoso traje para ti- dijo a su hijo y este la miro desinteresado.
-Usare mi armadura- Respondió Ares, mientras seguía comiendo.
Hera lo miro seria- No era una pregunta, Ares- contesto la diosa del matrimonio- Si todavía me tienes algo de respeto espero que uses el traje.
-Claro que si, madre- Sonrió falsamente Ares- Haré que está trampa de mi padre sea lo más placentero para todos.
Ilitia resopló- No estás en posición para hablar así de nuestro padre, te recuerdo que tú mismo te buscaste esto hace años. Tuviste suerte de poder escapar de guerra en guerra- dijo la diosa de manera airada.
-se cuál es mi posición, cómo también se que este compromiso es solo una fachada para que Poseidón se pueda casar con Afthea- Alego Ares- Tengo el lujo de irritar a papá.
En esta última frase torció la boca en una sonrisa cerrada.
Hera miro a su hijo de manera desinteresada- Espero que no te juegues una mala pasada, Ares.
-Por supuesto, mamá- Respondió suavemente para volver a comer de su plato.
Creo que ya me he hundido mucho en lo que va de la semana, madre- Pensó el dios de la guerra.
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Elitista | La deshonra de una dios #1
FantasyEl destino de cada uno estuvo sellado desde que Cronos derroco a su padre Urano. Siglos después Zeus lo derroco, cómo es costumbre la historia ama repetirse, pero antes de llegar al fin hay que pasar por un largo caos. (Está historia sigue en edició...