12. 𝙽𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚌𝚊𝚎𝚛𝚕𝚎 𝚋𝚒𝚎𝚗 𝚊 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘

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En enero del 2006, el pueblo comenzó a experimentar una gran serie de cambios. 

En cuanto inició el año, el alcalde anunció que nuevas construcciones se levantarían en terrenos montañosos y de bosque para que Cannon Beach, en Oregón, la economía aumentara considerablemente. Así que durante ese mes tuvimos que soportar la invasión de varias empresas constructoras; algunas extranjeras, y otras provenientes de lugares como Portland, Yakima, o Tacoma. La gente del pueblo no estaba muy contenta, pues si la población aumentaba eso significaba que la facilidad de conocerse entre todos iría a ser más complicada.

No importó.

Las construcciones intentaron ser fieles a las casas y granjas a las originales, donde el ladrillo rojizo o amarronado sólo se empleaba en las estructuras antes de ser camufladas por la gruesa madera o refinamientos de albañilería. La época de exámenes de Tyler me puso triste durante unos días, pero mi curiosidad por ver a tanta gente trabajar en un enorme territorio me resultaba inusual; claro que a papá no le gustaba mucho que nuestro pequeño y acogedor pueblo recogido creciera demasiado rápido. Algunos opinaban que el nuevo alcalde era un auténtico malgastador que no pensaba en la vida de sus habitantes, pero otras personas consideraron bueno el cambio debido a que podría ahorrar tiempo para obtener productos que antes debería de tomar con el coche.

Yo no tenía una opinión demasiado sólida al respecto. Estaba demasiado ocupado trabajando en la granja con los animales, escuchar a mi padre refunfuñar sobre la "modernización", recibir las opiniones positivas de Mario o pasearme por la zona de obras donde decenas de hombres ─y alguna mujer, siendo escasas─ movían grandes maquinarias y creaban demasiado ruido molesto. 

─Seguro que crean uno de esos gigantescos grandes almacenes de ciudad con nombre impronunciables, productos extranjeros y precios desorbitados ─gruñó mi padre un día, observando el trabajo de esas personas desde su coche─. Seguro que dentro de unos años el aire se ensuciará por toda la porquería de esas futuras fábricas que colocaran en las montañas, y nuestro precioso mar se volverá negro.

─¿A la gente no le importa el medioambiente, papá?

─¡Por supuesto que no! ─bramó, dándole un manotazo al volante sin quitar la mirada del lugar─. A esos empresarios, mentirosos e hipócritas, sólo les importará sacar mucho dinero y joder a la gente de pueblo. Seguramente pensarán que somos unos paletos que no sabemos apreciar la tecnología; pero escúchame bien, Cam: Nunca te enamores de una empresaria de ciudad o una de esas señoronas que ganan dinero acosta del sufrimiento ajeno. Esas son unas zorras mentirosas que te manipularán con lujos.

Yo sólo me limité a asentir. Tyler no era una señora y tampoco tenía pensado trabajar de nada ligado a la tecnología o la construcción, así que por mí no había ningún problema.

Por supuesto, papá tenía sus encontronazos con la familia Sunshine, o en especial con el padre de Tyler. Últimamente lo veía mucho fuera de su bonita finca y su granja, para conocer la opinión de las novedades que se cocían en el pueblo. Por supuesto, mi padre no perdía fuelle para dar su opinión muy orgulloso de ser un hombre de pueblo, amante de la naturaleza y de las viejas costumbres que siempre habían funcionado.

El Sr. Sunshine, por el contrario, tenía opiniones contrarias. El cambio lo consideraba una oportunidad de que la economía del pueblo fuera más fluida, la gente tuviera productos nuevos y se probaran nuevas técnicas para tener más tiempo libre por la producción en grandes cantidades. No es que se tuviera mucho en consideración esas ideas, pero a veces alguna persona la veía pensar en ello durante unos minutos antes de volver al trabajo.

Recordaba que, cuando terminaba de trabajar en la granja, me escaqueaba de la mirada de mi padre para asomarme a la verja que daba fuera del pueblo. Por un momento pensé que sería genial tener una granja grande, y que pudiera permitirme crear un bonito huerto lleno de hortalizas y árboles con fruta para poder mejorar la parte de venta libre en los días de mercado. Sería un dinero extra para ahorrar o para hacer futuras mejoras. 

𝕮𝚘𝚗 𝚎𝚕 𝓐𝚖𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚖𝚒 𝓥𝚒𝚍𝚊 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora