19. 𝙴𝚕 𝚍í𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚎 𝚍𝚒𝚓𝚎 "𝚂𝚒, 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘"

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Esa noche no acepté la llamada de Tyler, tampoco lo hice al día siguiente y tampoco al otro. Ni al otro. Ni al otro. Yo intentaba pensar en cómo solucionar esto, mis sentimiento quería decir, pero al mismo tiempo mantener la granja de mi padre a flote. Nos iba bien, desde luego, y también nos esforzábamos mucho en ampliar un poco la pericia de nuestros esfuerzos por crear un "multi-mercado" de diferentes productos. La idea le hizo un poco de ruido a mi padre, pero di todo de mí y mis conocimientos aprendidos durante años para que mi padre quedara impresionado.

Lo dejé sin habla durante unos largos cinco minutos, y eso era raro en él, pues siempre tenía algo que decir aunque fuera breve.

Pasamos de vender únicamente carne y leche, a cosas más generales como huevos, forros con la piel de animal viejo, y pequeñas cestitas de verduras de temporada. Bueno, esto último todavía no, pero estaba dentro de mi plan general para que pudiéramos vivir de una forma buena sin tenerle miedo a las futuras deudas como el agua o la luz.

La primera mitad de mayo sólo pensaba en trabajar en la granja, planear futuros proyectos, ayudar a mi padre y dedicarle tiempo a Bada. No fue hasta a casi de la segunda semana cuando la insistencia de Tyler me hizo tomar el teléfono de mala gana e irme a mi habitación. No quería que mi padre escuchara ni una palabra, aunque no era tan tonto para saber que había algo raro en mi repentino interés en hacer prácticamente de todo aunque me viera cansado o estresado.

Cerré la puerta, acepté la llamada y esperé a que Tyler hablara mi primero.

Hola, Cam.

─Hola... Tyler ─respondí, lacónico, aunque mi pecho hacía daño.

Yo... quería hablar contigo, y me estaba poniendo un poco nervioso de que me colgaras las llamadas.

Suspiré. Hacía meses quería escuchar el tono de su voz, sentir que me acariciaba el oído y me decía varias veces que me echaba de menos. Pero sólo obtenía silencios. Hirientes silencios que me hacían dudar de si realmente yo era el amor de su vida como me dijo antes de que me fuera de allí.

─Estaba ocupado. Ya sabes, la granja da mucho trabajo y estamos planificando cosas nuevas para el futuro. ─Era una media mentira. No era del todo erróneo decirle eso, pero por otra parte sí lo era al no aceptar las llamadas en mis momentos de descanso o cuando tenía libre por la tarde-noche─. Yo... eh... Me sorprendió que me dijeras esas cosas.

Lo sé. Entiendo que no es justo haber tardado tanto tiempo, pero no quería que vieras como me destruía poco a poco a mí mismo cada vez que tenía que superar un obstáculo. 

─No fuiste justo ─solté un tanto seco, levantándome de la cama para que Bada entrara. Estaba arañando la puerta y llorando un poco; tan rápido como entró, se lanzó a la cama para esperarme tumbada─. Creo que... podría haberte ayudado ─cerré la puerta y volví a la cama, tumbándome boca abajo─, sobre todo porque esos hace los novios. Se apoyan. Se dicen la cosas. ¿Creen qué no me ha dolido saber todo lo que has hecho y todo lo que has sufrido cuando me marché por esa puerta?

Tyler se quedó un poco callado, por lo que tuve que mirar el teléfono por si me había colgado, aunque no lo hizo. Supuse que no le gustó que le dijera esas cosas, las cuales a lo mejor le habían hecho un poco de daño que se las dijera yo mismo. ¿Pero cómo no decírselas? ¿Por qué debería de guardármelas en el fondo de mi pecho, si ese día me sentí como una porquería que no parecía ser suficiente para él?

Le escuché soltar una ligera bocanada de aire, a lo que después dijo:

Cam... soy humano, soy joven. ─Eso no me decía gran cosa, siendo sincero─. Tú no lo entiendes porque no estuviste viviendo unos años en la ciudad. La vida en un pueblo es tranquila, con escasos cambios, sobre todo si hablamos de un pueblo que se negaba a realizar grandes cambios porque el alcalde era chapado a la antigua y pensaba que todo estaba bien. Pero, entonces, tuvo que cambiar según mi padre,  y el nuevo alcalde es joven con ideas refrescantes.

𝕮𝚘𝚗 𝚎𝚕 𝓐𝚖𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚖𝚒 𝓥𝚒𝚍𝚊 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora