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Los minúsculos rayos de sol apenas lograban filtrarse cómodamente por entre las cortinas de la habitación de Jeon, logrando que la poca luminiscencia aluzara el lugar de una gratificante manera. Cuando los ojos avellanados se abrieron suavemente y Jungkook se encontró con el rostro angelical de Jimin frente a él, compartiendo su misma respiración, sonrió de una manera incontrolable. Pasando una mano por su cabello y recordando de forma fugaz todas aquellas preciosas memorias de la noche anterior.

Su corazón de inmediato palpitó apresuradamente, saltando en el interior de su pecho y haciendo juego a las incansables mariposas que habrían yacido dormidas momentos atrás, en el fondo de su estómago. Una sensación terriblemente feliz invadiendo su cuerpo de una modesta manera, haciéndole suspirar embelesado, tan sólo perdiéndose en los finos y delicados rasgos que conformaban el rostro de su pequeño amado. Perfecto.

Mediante los segundos transcurrían y la ensoñación de Jeon se hacía cada vez más real, los ojos mieles comenzaron a parpadear en un ligero despertar. Pestañas negras y rizadas abanicando sobre las rosadas mejillas, y los labios regordetes abriéndose ligeramente a tomar aire. Cuando la sonrisa en el rostro de Jungkook se ensanchó de una manera orgullosa, él admiró las perlas amelcochadas observarlo con adoración, y momentos después, cuando Jimin pareció caer en cuenta de que realmente no estaba en un precioso sueño, se sonrojó de una manera furiosa. Sus manos tirando de las cobijas para cubrirse el rostro apenado, y jadeos avergonzados saliendo disparados de su garganta cuando, de manera efímera, recordó lo sucedido hacía unas cuantas horas atrás.

— Buenos días, precioso dulce — Jungkook murmuró, su voz ronca y rasposa. Una sonrisa deslumbrante cuando destapó la cara del menor, admirando los ojitos cerrados con fuerza y las mejillas rojas cuales manzanas.

No pudiendo contener la risilla adorable que salió disparada, Jungkook pasó sus manos por la espalda del rubio, atrayéndolo más cerca y abrazándolo cómodamente. Cuando éste abrió los ojos y mordió su labio inferior tímidamente, Jeon se perdió en su preciosa expresión, y es que de manera inevitable, Jimin jamás dejaba de sorprenderlo. Mucho menos, de enamorarlo.

»— Es maravilloso despertar aquí contigo, amor — volvió a decir, voz baja cuando rozó su nariz con la contraria para pronto atrapar los cálidos labios en un pequeño y amoroso beso. Completamente flechado.

— Kookie — con un minúsculo y ahogado jadeó, Jimin apenas sonrió. Podía sentir su corazón rebotando de maneras incontrolables, un frenesí intenso recorriendo su cuerpo de pies a cabeza cuando rememoraba sobre las acciones de la noche anterior. Las manos de Jungkook acariciándolo, sus labios dulces besándolo, palabras bonitas introduciéndose en su piel y preciosas sensaciones haciéndolo estallar.

»— Me gusta amanecer c— contigo.

Definitivamente, era tremendamente perfecto. Pero sin embargo, él no podía simplemente quitarse la vergüenza que de un modo amable se ceñía a sus venas, haciéndolo sonrojar terriblemente.

Jungkook rio con fervor, un beso en la cabellera negra de Jimin antes de apretarlo afectuosamente contra su pecho, para segundos después liberarlo y verlo directamente a sus preciosos y perlados ojos. Un divino manjar que no dudo en devorar con una enamorada sonrisa.

— Me encantaría estar aquí toda la mañana contigo, dulce — aceptó, acariciando el mentón del rubio e incorporándose segundos después, pecho agitado— . Pero es hora de llevarte a la universidad.

No perdiéndose del puchero repentino que se postró en los labios rosados, Jeon rodó los ojos al intentar contenerse a llenarlo de besos, y poniéndose de pie, admiró la cara roja de su pequeño novio cuando observó su anatomía al descubierto, logrando que el mayor alzase las cejas de manera chistosa.

Crown of flowers ♥︎ KM [NO EDITADO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora