𝘼𝙪𝙨𝙩𝙧𝙖𝙡𝙞𝙖𝙣 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙖𝙛𝙛𝙖𝙞𝙧 《SeungLix》

٭ 𝙏𝙬𝙚𝙣𝙩𝙮 𝙛𝙞𝙫𝙚 ٭

-¡Oh, Felix, sí!- gemía Seungmin desesperado, era incapaz de contener sus gemidos, Felix se lo cogía incluso mejor que en su sueño.

-Minnie, sabes que me encanta oírte gemir, pero en este momento no es conveniente que lo hagas tan fuerte- murmuró poniendo una mano sobre la boca de su novio, ahogando sus gemidos con esta. Seungmin lo miró con sus ojos llenos de lujuria. Este se encontraba sentado sobre la mesa y con sus piernas abiertas y flexionadas, recibiendo gustoso a Felix, sólo portaba su camisa, la cual estaba levantada hasta su cintura, en la cual se encontraba la mano de Felix sosteniéndolo fuertemente de ahí, su piel sudorosa haciendo que su cabello se pegara a su frente, su cabeza echada para atrás y sus mejillas con rastros de lágrimas que había dejado caer debido al gran placer que el pene de su novio le brindaba.

Felix, por el contrario, tenía sus pantalones, los cuales había bajado hasta sus muslos, al igual que su ropa interior, y su camisa, la cual era levantada por Seungmin que arañaba la espalda del rubio con una mano, mientras que con la otra se sostenía en la mesa para no caer de espaldas sobre esta.

-Tan rico...- dijo Seungmin en un gemido, ignorando lo que había dicho su novio, luego de quitar la mano contraria de sobre su boca y la colocó sobre su cuello, indicándole a Felix que lo ahorcara. La única vez que lo había hecho era con Hyunjin y le había encantado, así que también quiso intentarlo con Felix. Su novio lo miró un tanto confundido ya que nunca se lo había pedido, sin embargo, lo hizo, apretando el cuello del coreano con fuerza moderada y haciendo que este rodara sus ojos y mordiera su labio por la excitación.

Felix también mordió su labio al verlo, Seungmin se veia tan caliente con su pene en su culo y su mano en su cuello.

-Más...- dijo Seungmin como pudo en un suspiro, envuelto en un placer inmensurable -¡Oh... bebé! ¡Así, justo así!- Felix, como siempre, había encontrado la próstata de Seungmin. Felix había puesto ambas manos en las nalgas de su pareja, apretando y embistiendo con fuerza, mientras que Seungmin se abrazaba fuertemente del cuello del australiano al tiempo que se retorcía y mordisqueaba la piel de su cuello para ahogar sus fuertes gemidos. Seungmin movía su pelvis, desesperado y en busca de más profundidad. Sintió como Felix tomó una bocanada de aire y paró abruptamente, Seungmin se separó de su cuello para mirarlo preocupado -¿Estás bien? ¿Por qué paras?- habló bajito y con la respiración agitada.

-Creo que escuché a alguien afuera- murmuró de la misma manera que el chico frente a él, ambos estuvieron en silencio unos segundos, Felix gruñendo bajo por la deliciosa sensación de las paredes calientes de Seungmin envolviendo su pene. Quería seguir dándole tan duro como le fuese posible, pero no quería que los descubrieran en pleno acto.

-No viene nadie, mi amor... sigue- habló Seungmin luego de casi un minuto en silencio, atentos a los ruidos del exterior, volvió a mover su pelvis sobre el pene de Felix y este suspiró y reanudó sus movimientos. Sentía como se le nublaba la vista cuando Seungmin inconscientemente apretaba su entrada a su alrededor por los espasmos de placer en su cuerpo, supo que volvió a dar en su próstata cuando sintió que lo apretó fuertemente y soltó un agudo gemido cerca a su oído. Dios, sentía que podía correrse en ese preciso momento, pero quería prolongar esa deliciosa sensación un rato más.

Seungmin se sentía de la misma manera, con fuertes espasmos tomando su cuerpo debido al placer, intentaba retener su orgasmo lo más que podía para seguir sintiendo ese cosquilleo que le encantaba en la parte baja de su abdomen.

-¡Mmhm, sí!..¡Me encanta, hyung!..¡qué rico!- gemía el pelirrojo en su idioma natal, Felix le había hecho perder toda su cordura y no podía pensar de manera coherente. Felix sintió una corriente eléctrica por toda su espina dorsal, no sabía por qué eso lo había excitado tanto, pero gimió fuerte y aumento su ritmo aún más sí eso era posible. Seungmin gritó siendo incapaz de retardar un segundo más su orgasmo, dejándose llevar por la ensordecedora sensación, se corrió fuerte y abundante sobre el abdomen de su novio, sintiendo como este mordía su hombro y se regaba en su interior, su semen chorreandose desde su entrada hasta la mesa y cayendo en grandes gotas hasta el piso.