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Después de que su hermano menor se disculpó, todo se había solucionado tanto que hasta se ofreció a crear el banquete para la cena de presentación que tendrían el fin de semana. Prometió tratar de llevarse bien con Sherlock, ya que al fin de cuentas era su cuñado, padre de su sobrino y novio de su querido hermano. Aunque eso último es lo que le disgustaba más, se preguntaba que había visto William en ese vago desaliñado.

No tenía la mínima gracia, era tan sencillo, diría demasiado. Pero, según su hermano lo que importaba eran sus virtudes, y todo el amor que sentía por él.

No lo cuestionó, al fin de cuentas William siempre tenía la razón.

Ahora Con lo que no contó, fue haber amanecido enfermo. La brisa nocturna terminó por resfriarlo, su hermano William se hacía cargo de cuidarlo cuando se suponía que debía ser al revés.

—Jack preparo una deliciosa sopa para ti —dijo su hermano, mientras entraba a la habitación con una bandeja en las manos.

—te lo agradezco hermano William, pero puedo hacerlo yo mismo, necesitas descansar ashu~ —estornudo. William lo miro con un rostro desaprovatorio.

—no puedes levantarte de esa cama, así que no refutes nada y deja que te atienda —se acercó a Louis, y empezó a darle cucharadas de la sopa. —esto me recuerda cuando te cuidaba de pequeño.

—en esos momentos me sentía como una carga para ti. —se avergonzó. Cierto que amaba las atenciones de William, solo que en su infancia no deseo ser un estorbo para su hermano.

—Louis —rio con ternura— nunca lo fuiste ni lo serás, me hace feliz cuidar de ti.

Sonrió, alegrando a su hermano eran tan felices siendo los dos pero lo serían más si también su hermano Albert estaría ahí.

Las cosas entre los hermanos Moriarty no marchaban muy bien. Y a decir verdad, es preocupante ellos no eran cortantes ni mucho menos lejanos.

Cuando Louis terminó la sopa, William lo dejo descansar, acomodo su manta y se retiró. Encontrándose con Sebastian fuera del marco. No le sorprendía, era obvio que tenía un interés personal por saber como estaba su hermano.

—señor Moran.

—disculpa William, pero ¿Cómo está?

—solo tiene fiebre pronto se le pasará. No se preocupe. —tocó el hombro del mayor animando lo.

—William, yo quiero pedirte algo...

—lo escuchó.

—¿me permites ver a Louis?

Esa pregunta lo descolocó, ni tenía porque preguntarlo. Louis estaría más que feliz de recibirlo. Y puede que su visita le hiciera bien. 

—que sea un momento, recuerde que debe descansar. —le sonrió, y se retiró para darles más privacidad.

Moran espero a que se perdiera por el pasillo y entro a la habitación. Cuando el rubio lo vio, su expresión estaba llena de confusión, estaba feliz de verlo pero también sorprendido.

—tu hermano me dejo pasar — explicó. Se acercó a la cama del Louis y tomó asiento a un lado de la orilla. —perdona, si te asuste.

—no lo hizo —tosió un poco y se acomodo en una posición más cómoda.

—William dijo que solo tienes fiebre, pero... —se acercó más, y llevo su mano a la frente del rubio.— tu temperatura es muy alta.

—esta bien, eh pasado cosas peores.

Moran sonrió apático, podía entender a que se refería el rubio, cuando tan solo era un niño había pasado por problemas serios de salud. Le reconfortaba que Louis mejoro, porque no podría soportar verlo siempre tendido en la cama.

NARCISOS [TERMINADA ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora