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Mentira si dijera que el moreno no lo ponía nervioso, porque no era así. No entendía que lo hacía tan bulnerable cuando su cercanía era grande, no quería pensar que el mayor le estaba coqueteando porque era imposible el señor Moran solo estaba haciendo el trabajo que su hermano William le impuso recogerlo y llevarlo sano a la mansión.

Una vez ya en su hogar, Sebastian volvió a tomarse el atrevimiento de abrirle la puerta acción que el rubio nuevamente agradeció.

—¿le gustaría que lo acompañe?—sonrió, y extendió su mano para sujetar la contraria. Cuando el moreno tomó su mano casi muere de los nervios agradecía llevar puestos sus guantes ya que sus manos sudaban, pero al mismo tiempo sintió curiosidad por sentir el contacto sin que sus guantes estuvierande de por medio. Nego y se reprendió rápidamente por tal pensamiento.

Pronto recobro la compostura y evito la mirada del mayor, sus mejillas ardían de vergüenza.

—le agradezco y por favor no se tome más molestias es suficiente que me haya recogido. —no espero respuesta y empezó adentrarse hacia la mansión. Cuando se percato que sus hermanos lo esperaban en la puerta sin pensarlo ni un segundo se apresuró a llegar hacia ellos, en cuanto los tuvo de frente los abrazo fuertemente sus mejillas se humedecieron no quería llorar pero el momento lo ameritaba. Albert y William eran lo más importante en su vida los amaba demasiado que no entendía como pudo vivir sin ellos ahora que estaban otra vez juntos esperaba nunca más volver a separase.

William y Albert sonrieron eternecidos, le regalaron un dulce beso en la frente a su hermano por fin tenían a su pequeño en casa, bueno ya no era su tan pequeño.

—Lo siento —sonrió un poco avergonzado mientras secaba sus lágrimas.

—Nosotros también te extrañamos —dijo William sonriendo, mientras el castaño revolvía los cabellos del menor.

—siento interrumpir pero, ¿donde dejo las maletas del joven Louis? —preguntó Moran, lazandole una mirada indiscreta al rubio menor provocando que esté se tensara. William y Albert lo notaron pero no dijeron nada ambos sabían que ya uno de los dos se encargaría de la situación.

—déjalas adentro, ya alguien se encargará de llevarlas a la habitación de Louis. Cuando lo hayas echo te espero en mi despacho.

—claro —gruñó a lo bajo, cuando Albert lo citaba en su oficina nunca era algo bueno. Suspiró, y camino hasta perderse por el humbral de la puerta.

El castaño le hizo un ademán a Will para que se llevara a su hermano menor, el rubio asintió y guío a Louis hacia dentro.

—¿Sucede algo? —preguntó preocupado el rubio menor.

—No es nada—resto importancia, sin embargo su hermano no lo miro muy convencido. Asi que trato de cambiar el tema—seguro has de tener mucha ambre, preparé algo para ti.

—hermano, ¿Aprendiste a cocinar? —indagó emocionado.

—estoy practicando. Por supuesto no soy tan bueno como tu pero lo intento —sonrió, y rápidamente llevo a su hermano a la cocina. William se encontraba feliz, que Louis fuera el primero en probar su primer tarta le satisfacía, aunque lo único que no esperaba era desilusionarlo. Saco un plato del cajón seguido de un cubierto, partió una rebanada, la puso sobre el plato de vidrio y se lo paso de inmediato a su hermano mientras no perdía detalle de su expresión.

Cuando dio el primer bocado con miedo se atrevió a preguntar.

—¿y Bien?

—hermano, definitivamente este ahora es mi postre favorito—volvió a llevarse otro bocado a la boca. Estaba tan feliz que su hermano se encontrará un poco afectuoso con el, nada le emocionaba tanto como cuando tenía toda la atención del rubio para el solo. También apreciaba el cariño de Albert, a pezar que no fuesen hermanos de sangre lo quería como si lo fuera amaba y respetaba a sus dos hermanos mayores por igual.

El rubio mayor sonrió observando con amor a Louis, su hermano si que sabía cómo hacerlo feliz por mas insignificantes que fueran las cosas.

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Moran entro sin previo aviso a la oficina de Albert como este lo esperaba no sintió la necesidad de tocar, y claro que no estaba equivocado el Moriarty mayor ya se encontraba sentado y con su típica copa de vino.

—No se me antoja escuchar tu discurso así que ve al grano, Albert—cerro la puerta y tomó asiento sin importarle si el castaño le daba o no su autorización.

—No entiendo como puedes estar así de tranquilo—tomo un poco de su copa con toda elegancia.

—¿Debería preocuparme de algo? —enarco una ceja curioso, mientras cruzaba sus brazos.

—Asi es, y para que no digas que no te lo advertí de lo diré —se puso de pie y su expresión se torno sería— Aléjate de Louis.

—¿Acaso estas Celoso? —rio divertido— ¿aún no aceptas que tu hermano ya no es un pequeño?

—Si Louis va estar con alguien ese alguien no serás tú —hizo énfasis.

—eso... lo decidirá el, no tú—se puso de pie dispuesto a marcharse.

Pero antes de que saliera, El castaño lo sujetó del brazo.

—si te atrevez a tocarle un solo cabello a mi hermano te mataré—dictó por último, y libero al moreno de su agarré.

—Quédate tranquilo, Louis jamás se acoplararia a mi vida. —deseo morderse la lengua en ese instante, exactamente no era lo que quería decir.

Sebastian tenía fama de mujeriego y con esa respuesta lo único que quiso dar a entender es que el rubio solo sería algo pasajero, obviamente Albert no se lo permitiría y aunque no fuera así, tenia en claro que el castaño no confiaba en él. Entendía la preocupación del Moriarty mayor no daría problemas y se mantendría al margen como siempre lo ha echo.

Salió sin más, la conversación con Albert había concluido y mientras menos durará en la mansión poca sería la posibilidad de encontrarse con el menor, además aún tenía trabajo faltante por hacer.

Louis había terminado por instalarse en su habitación. William le había aconsejado que descansará un poco ya que en la noche tendrían una cena con todos sus amigos, pero, no podía dormir entonces decidió desempacar y ponerse algo cómodo.

Terminando con todo se dirigió al balcón, habrio las ventanas y se asomo un poco observando como ya el sol se ponía, suspiro frustrado había algo que lo estaba incomodando desde hace rato creía cual era la razón, no obstante, pensó que era una pésima idea preguntar sobre "El" a sus hermanos.

Y como si lo hubiera invocado con el pensamiento, lo vio salir por la puerta principal. Ya no llevaba su saco puesto, si no, la camisa blanca que traía debajo de el. Sin ser consciente si lo que hacía estaba bien o mal dirigió la mirada a su espalda la cual a su parecer era muy ancha y sin quererlo un pensamiento atrevido pasó por su mente. Se sonrojo completamente de la vergüenza, entro rápidamente a su habitación con miedo y se dejó caer en la cama ahogando un grito molesto en la almohada, todo le parecía un error.

La hora de la cena había llegado, William fue por Louis junto con Albert y en cuanto bajaron las escaleras todos ya lo esperaban con mucho entusiasmo, recibió un abrazo de Bond, Jack y Fred. Por parte de Herder fue un pequeño regalo, Money penny le obsequio unas galletas que ella hizo. Expresaron cuanto le extrañaron, Louis se sentía tan feliz más que sus amigos eran como su familia sonrió y agradeció contentamente  pero, esa felicidad se opacó cuando noto que Moran no estaba presente. Albert comentó que no podría venir a la reunión, esa noticia le cayó como un balde de agua fría frunció el ceño no entendía porque le afectaba. William noto la expresión frustrada de su hermano, era imposible que algo se le escapara al rubio pero prefiero callar por el momento.

La noche fue amena entre risas y platicas agradables que hicieron de la celebración del Moriarty menor un ambiente espectacular. Louis disfruto de la velada tenia a todas sus personas importantes en su vida no podía perdir más.

NARCISOS [TERMINADA ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora