𝐒𝐏𝐀𝐑𝐓𝐎𝐑 | Solo debía dispara a esa pareja para lograr hacer otra pareja feliz, pero si lo hace quiera decir que jamás podrá lograr algo con ese lindo castaño. El es cupido y lo que debe hacer es unir pareja, pero está será la primera vez que...
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Los brazos del mayor apretaban su cuerpo, soltó una risa por eso. Coloco una de sus manos en el rostro del mayor y quito los mechones de pelo de su rostro.
––Eres muy lindo.
Gonzalo abrió los ojos sonriendo hacia el menor. No podía creer lo que había pasado.
Aunque rara forma de declarar su amor.
Yo también quiero.
Su sonrisa se fue al sentir un viento, miró hacia el balcón viendo que las ventanas estaban abiertas.
––Pensé que había cerrado las ventanas–– El menor se iba a levantar, pero fue detenido por Gonzalo.
––Voy yo.
Se levantó y cerró la ventana.
Él vio cuando el menor cerró las ventanas.
¿Por qué están abiertas?
Este mal presentimiento le está preocupando un montón.
Dejo de pensar al sentir que unas manos tocaban sus alas. Gimió bajo por el toque.
–– No puedo creer que ayer me hiciste gritar de placer y ahora no resiste que te toque las alas.
–– Te dije que soy sensible–– El mayor puchero para luego ver como tomaba unas cosas de su mueble.
–– Me voy a bañar, vuelvo en un rato, amor.
Okay, eso no se lo esperaba.
Miro por la ventana volviéndola abrir al ver a unas personas afuera.
Tranquilo cupido, tranquiliza tus nervios enamorando a personas. Mora, hay varias parejas que podrían ser felices.
Espera, ¿Su arco y flechas?
Entro a la habitación viendo el arco junto a las fechas en un lado de la cama. Suspiró para luego tomar su ropa y colocársela, luego de arreglarse regreso al balcón y volvió a mirar a las parejas.
A punto y comenzó a disparar.
Andrés salió de la ducha y observo unos segundo como cupido gruñía al no ver más parejas. Este entro observando a Andrés que yacía con solo una toalla enrollada en su cintura.
––¿Trabajando?–– Cupido asintió.
Andrés soltó su toalla observando como el mayor se daba vuelta, río por ellos.
––¿Por qué te das vuelta? No es como que veas algo que no hayas visto.–– Gonzalo se dio la vuelta para observar al menor a la cara. Parecía tallado por los mismos ángeles.
Su sonrisa desapareció al ver al padre de Andrés entrar.
–– Hijo, ¿Viste mi cinturón? Es que tengo que ir a la iglesia... ¿Qué haces desnudo? Bah, que hablo seguro te bañaste–– Miro hacia al balcón viendo a un chico con complejo de cupido observando todo sonrojado–– ¿Y este? Bueno, tampoco me importa ¿Por lo menos tú la pusiste? Un Saavedra siempre será activo.
––Está en el baño papá.
–– Gracias hijo, ahora si comprare ese álbum de la quais.
–– Twice.
–– Si eso.
El señor salió de la habitación y el menor suspiro. Se acercó al mayor con una sonrisa.
–– Disculpa eso, ahora, ¿Quieres repetir lo de anoche?
–– Hijooooo, ¿Sabes donde está mi lencería?–– La mujer observo a los dos jóvenes y luego sonrió–– Eso campeón, recuerden que sin gorrito no hay fiesta y no hagan mucho ruido.
Al sentir que la puerta se volvió a cerrar, Andrés beso los labios del mayor, se separó rápidamente y se alejó de él.
––Me voy a vestir, iré a comprar helado y veremos unas películas ¿Te parece?
Cupido asintió sonrojado.
Qué familia más rara.
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