12.Cerca de la muerte

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—¿Edward?

—Hola, ____ ¿Cómo estás?

—Bien —mentí — ¿Estas en tu casa?

—No, visitamos a unos amigos de Carlisle, llegaremos en dos días ¿Todo bien?

—Si, si todo bien — limpie mis lagrimas que rodaban por mi mejilla — solo pensaba en ti.

—Puedo regresar si no estas bien mi niña.

Cerré los ojos para evitar romper en llanto.

—La verdad es que ahora mismo todo va tan bien, que estoy aburrida, creo que iré a ver a Angela, tal vez haga una pijamada con ella.

—Vaya, eso no me lo esperaba — su voz sonaba diferente.

—Bueno, casi no salgo con ella — sentí el nudo en mi garganta hacerse más y más grande — Bueno, tengo que irme, te quiero.

—Eres importante para mí, cariño.

El pitido del teléfono sonó a la par de mi llanto. Deje mi mochila en el piso y mire a mi alrededor, la vista nublada no me ayudo en nada. Me senté en el suelo y sequé mis lagrimas mientras recordaba cada palabra.

por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así. por tu culpa estoy así.

¿Es así? ¿Tiene razón? Probablemente si, cada que protesto en algo, la que recibe el golpe es ella, o soy la causante de todo, no solo de su sufrimiento, si no del mío y seguramente, Edward pasa todo el tiempo preocupado. Dios, soy tan estúpida.

Tenía las manos echas puños, la rabia que sentía era tanta que mis uñas se enterraban en mi palma, pero el dolor no era nada, no era suficiente. Tengo que sentir más, tengo que sufrir más, es lo que merezco después de todo. Grite, grite tanto que algunas aves salieron de sus árboles, mis puños chocaron una, dos, tres, cinco, diez veces en mi cabeza. Me detuve cuando escuché un ruido en el interior del bosque.

Tomé mis cosas y salí corriendo, recuerdo mis torpes pisadas y unas cuantas caídas, pero después de eso, me hallé frente a mi casa. Mire a mis lados, estaba sola, <<¿Cuándo no te has sentido sola ___? >>

Entre a la casa, la casa en la que viví una parte de mi niñez, y por estos últimos meses, pero algo ha cambiado. Sigue siendo la misma casa, el mismo tapiz, los mismos muebles desde hace años, pero ... no, este ya no es mi hogar. Dejo de serlo en el momento en que las risas se convirtieron en llanto y los gritos de emoción, en suplicas para que todo parara. Me pregunto ... ¿De verdad algún día lo fue?

Llore en mi habitación por una hora, aunque sentía dolor no podía mostrarme así ante mi madre. Hice los deberes de la casa, incluso me esforcé aún más y desperté al de la tienda que se encontraba a dos cuadras de aquí para que me vendiera unas cervezas.

Logre que la casa se viera limpia y nueva, pero no importa lo que haga para que este sufrimiento desaparezca. Me senté en la mesa de la cocina, viendo frente a la puerta y esperé. La mujer que alguna vez llame madre entró por fin, dejo su bolso y su chaqueta en la entrada, su mirada se detuvo en mis ojos rojos de tanto llorar.

—Sigues aquí —su voz hiriente rompió el silencio.

—Siempre — respondí. —Lamento mucho que me desprecies, pero no habrá nada que me haga dejarte sola.

AMNESIA ||Crepúsculo| Edward Cullen x TN ||CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora