T/N Miller, tras su trágico suicidio, renace como vampira con amnesia. Buscando respuestas, descubre que tiene un oscuro pasado, enfrente un amor perdido y emprende un viaje hacia la autoaceptación y la redención.
No tolerare copias o adaptaciones...
Cuando llegamos a la gran casa de los Cullen, Esme se quedó a mi lado en todo momento como si yo fuera una de sus hijas, su mano no dejaba de acariciar mi cabello o mi espalda y sus ojos me observaban con dolor y cariño.
Me di cuenta de que estaba algo acostumbrada al ruido, que al escuchar el ruido de las llaves, el bajo volumen de la televisión y el tarareo de Emmett, me sentí en casa. Me pregunto... ¿Filib cómo estará llevando la situación con el Clan de Riley? Espero que haya hecho las cosas más fáciles para Filib, no me gustaría regresar y encontrar la casa en ruinas o en el peor de los casos, encontrarlos completamente calcinados. Aun que prefiero no descubrirlo, sería mejor que después de pelear junto a los Cullen, busque a mis padres y comience una nueva vida, supongo que podré encontrar la manera en la que pueda ser parte de sus vidas, quizás no vivir untos como una familia común, pero podría verlos de vez en cuando, realizar llamadas por teléfono, cartas oh algo por el estilo.
Pensar en el futuro con una familia me tranquilizó demasiado, tanto que olvide que me encontraba en casa de los Cullen.
—Las personas con las que te quedabas ____, ¿Eran buenas contigo? ¿Te cuidaron y te enseñaron todo sobre las leyes de los vampiros?
Mire por encima de los libros que se encontraban apilados en el estante, recordando el rostro de Mike, que, por alguna extraña razón, quería tenerlo frente a mí. Quería escuchar a la pareja cursi de Spencer y Tyler, quería estar de nuevo en esa casa. Pensé en el interrogatorio de Esme, ¿Fueron buenos conmigo? ¿Fueron pacientes oh ya los tenía demasiado hartos como para dejar de serlo?
—Claro que me protegían, por eso solo salíamos en las noches, durante el día nos manteníamos en el sótano — me di la vuelta para ver a Esme, con el rostro serio. — Y al parecer, no sé nada importante con respecto a nuestra especie o de los ... perros esos.
—Cuando llegaste, dijiste que no recuerdas nada ¿Sabes por qué? — preguntó Carlisle.
—Mis amigos y yo creemos que es por emociones fuertes, mi mente se altera y en modo de defensa, olvido todo— bajé la mirada avergonzada — lo que se ahora, la razón por la que vine aquí es porque una chica me contó que anteriormente hablé de Forks, eh tenido recuerdos al llegar aquí, de Edward.
—Así que te ha pasado varias veces —asentí al comentario de Carlisle. Alice apareció a un lado de su madre adoptiva. Nos observó con una media sonrisa
—Edwar ya debería de venir —dije al darme cuenta del tiempo que llevábamos ya en casa.
—Oh no, vendrá más tarde, eh visto que Bella está demasiado cansada y duerme todo el día —soltó un suspiro y observó mi cabello— Vaya, tu cabello es realmente hermoso, recuerdo que cuando llegamos Edward creyó que era teñido.
Rosalie, quien iba bajando las escaleras lentamente mientras leía un libro, volteo a ver la pelinegra, como si hubiera dicho algo que no, la diminuta Alice frunció sus labios y se despidió con la mano, desapareciendo de la sala de estar. Mire a Rosalie, sostuvimos la mirada un par de segundos, ella puso los ojos en blanco y regresó arriba. Pasé las siguientes horas examinando mi diario.
Carlisle y Jasper bajaron para conversar sobre unos Neófitos, ya tuve mucho de ellos, por lo que decidí prestar toda mi atención a los dibujos, algunos eran realmente bellos con paisajes y lugares que 'probablemente, pueda conocer con toda una vida por delante. Otros simplemente me producían escalofríos, era como si estuviera viendo los dibujos de pacientes de un psiquiátrico, pero mi rostro cambio totalmente en el último dibujo, esta casa.
—Carlisle — susurré aterrorizada.
—¿Si ___?
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