𝟏𝟖

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Mientras los Habitantes del Claro se abren paso sigilosamente, la pantalla muestra a los guardias desesperados buscándolos con linternas y pistolas.

Lily suspira profundamente aliviada. —Al menos están a salvo... un poco.

La cámara cambia y muestra a los Habitantes del Claro corriendo por la arena, bajando una pequeña colina, con Teresa al frente.

—¡Teresa, espera! ¡Manténganse juntos! —, grita Thomas desde atrás.

—¡Creo que los perdimos! —Exclama Minho.

El grupo tropieza colina abajo, acercándose a un edificio aparentemente subterráneo.

Teresa detiene sus pasos mientras camina a través de las ventanas, observándolo.

En el fondo, la arena vuela en el aire mientras el grupo se acerca a Teresa, con Thomas tropezando levemente, haciendo que Ella agarre su brazo y lo arrastre hacia adelante.

—¡Cuidado! —Minho le grita a Thomas antes de sacudir la cabeza con desconcierto. —¿Adónde vamos?

—¡Muy lejos de allí, eso es seguro! —Ella responde, su voz entrecortada por la carrera continua y el dolor de garganta.

—Vamos, Aris. Vamos. ¡Vamos! —Se escucha la voz de Thomas mientras Teresa continúa caminando por las ventanas, antes de detenerse frente a una ventana rota.

Era lo suficientemente grande como para pasar y tenía suficiente espacio para que entraran varias personas.

—¡Por aquí! —, grita Minho al grupo mientras siguen a Teresa hasta la ventana rota y sucia, todos gruñendo.

—¿Qué diablos es esto? —murmura Frypan, frunciendo el ceño hacia la ventana.

—¡Vamos! —, les grita Teresa mientras entra al edificio a través de la ventana sin dudarlo, sorprendiendo al grupo detrás de ella.

—¿No tienes sentido de la auto conservación? —, explotó Hermione, dándole a Teresa una mirada de incredulidad. —¿Qué pasa si hay guardias escondidos allí? ¡¿O alguien o algo que deseaba hacerte daño?!

Hermione no tenía idea de cuánta razón tenía.

No tenía idea de dónde procedía su repentina protección, pero iba a ignorarlo por ahora.

Teresa solo le dio a la chica una sonrisa incómoda, sin saber qué decir ante su repentina explosión. Era el único lugar en el que podían esconderse de los guardias que los buscaban, cualquier lugar era mejor que la quemadura en ese momento.

—¡Teresa, espera!

—¡No entres ahí!

—¡Teresa!

𝐀𝐌𝐀𝐙𝐎𝐍 | 𝐡𝐩&𝐭𝐦𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora