Capítulo 22

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Naruto veía con coraje a la chica amarrada a la mesa -maldita perra desgraciada -Hinata abrió sus ojos demasiado -Na… Naruto-kun, huyamos de aquí con nuestros hijos, huyamos, seremos felices, seremos una familia, ya verás que yo seré una excelente madre para nuestros hijos -Naruto se acercó con coraje jalando su cabello con coraje, le arrancó un buen mechón -aaaaaahhh ¿por… por qué? -el rubio se enojaba cada vez más, comenzó a azotar su cabeza en la mesa metálica una y otra vez, la fractura en su rostro hecha por Tsunade se volvió a formar -muérete maldita sea, muérete, no te soporto, me das asco hija de puta -la chica lloraba mientras era lastimada, el rubio la soltó antes de asesinarla.

Itachi la tomó del rostro y la hizo entrar a su Tsukuyumi -aaaaaahhh -pataleaba convulsionándose en el lugar -llévensela a la cárcel de sangre, no le den tiempo a su clan de defenderla, ya se dictó sentencia y si Hiashi no quiere problemas tendrá que aceptarlo -Anko sonrió con diversión -les ayudaré a filtrar la información, no soporto a las chicas como esta, princesita Hyuga, aprenderás límites y a respetar en ese maldito infierno -la pareja la vio con coraje mientras la sacaban.

…..

Las gemas azules se abrían con dificultad, sintió un pequeño jalón de cabello -aush -abrió parpadeando tratando de entender, sonrió al ubicar a su pequeña pelirroja con su cabello rubio en su boca, trataba de comérselo, su boquita se abrían babeando el cabello -oye, eso es mío ttebayo -el rubio abrió sus gemas con sorpresa, tenía bastante tiempo sin usar su muletilla, se había obligado a reprimirla, levantó la vista siendo observado por un par de azabaches, Itachi levantó su mano y acarició su rostro suavemente -no te avergüences, es tu muletilla y con ella creciste pequeño -el rubio sonrió y asintió, cerró sus ojos disfrutando de las caricias de su pareja, tomó su mano y besó la palma con cariño, el Uchiha sonrió -ahora tal vez quieras conocer a Shisui -

Naruto sonrió emocionado, bajó su mirada, observó con cariño a su pequeño -es igual a ti Ita -el mayor negó con un sonrisa -pienso que es igual a tu padre sólo azabache -el rubio giró su rostro tratando de encontrar parecido, sonrió divertido -es verdad, esa mirada es la de papá, tiene los ojos igual que los suyos -Itachi asintió -en cambio Narumi es igual a tu madre, creo que ganaste está partida -Naruto sonrió divertido, besó las barriguitas de ambos, bastante tranquilos, sonrieron ligeramente, aún estaban pequeñitos para risas y carcajadas.

-Naru, estaba pensando -el rubio levantó su mirada hacia su pareja -nunca hemos hablado de esto, es verdad que diario duermo aquí, pero mis cosas aún no las mudo -el Uzumaki adquirió un rosado en sus mejillas, se levantó un poco ante la mirada del mayor, sonrió, abrió el closet mostrando la mitad de él libre, sonrió con vergüenza. Itachi lo vio con sorpresa -no quería presionarte, quería que si algún día te mudabas conmigo fuera porque tú quisieras, lleva meses libre -rascó su nuca con vergüenza.

Itachi estiró su mano llamándolo a él, Naruto sin dudarlo se acercó, el azabache lo sentó en sus piernas, besó sus labios suavemente -te amo -el rubio sonrió con cariño, tomó su rostro con sus manos, besó sus labios suavemente, sus gemas lo veían con adoración -también te amo Ita -los brazos del azabache lo rodearon con cariño, el rubio no podía creer que por fin su azabache se lo hubiera dicho, quería que todo funcionara a su tiempo, sin presión alguna -me preguntaba, bueno, ahora somos una familia -el rubio sonrió quedito, pero bastante feliz, veía a sus hijos con adoración, eran hermosos -¿te quieres casar conmigo? -el rubio abrió sus gemas demasiado, se hicieron brillosas, giró su mirada hacia el Uchiha con sorpresa, mordió sus labios con un poco de ansiedad -¿puedo no usar el color blanco que usan las chicas? -Itachi sonrió divertido, besó sus labios con cariño -usa el que tú quieras cariño, te verás hermoso -el Uzumaki sonrió feliz, por fin tenía a su familia con él, por fin tenía cerca a los amigos que debía tener a su lado, en algún momento pensó que el amor no estaba hecho para él, pero se había equivocado, ahora estaba a su lado. El teme le revivió a su amor, a su otra mitad, por fin sería feliz, por fin sería el momento de ser feliz de ambos.

Fin

Probando algo nuevo (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora