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— días después...

— días después

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Jimin cierra su laptop, luego de una sesión intensa de clases

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Jimin cierra su laptop, luego de una sesión intensa de clases. Todo iba marchando bien, a pesar de extrañar cada segundo más a Jungkook. No dejaba de pensar en él y en la fallida sesión de sexting, o él y la sonrisa que hacía cuando observaba a Pomie hacer algún truco.

Extrañaba a Pomie también.

Desde que llegó al sur, su mundo se tornó patas arriba. Omegas, betas y alfas por doquier, incluso la mayoría de ellos en su forma animal. Era pan de cada día, pero para un humano, esto sería la mismísima selva e incluso el infierno. Seokjin hizo lo que tuvo en sus manos para darle comodidad a su hermano menor. Tenían un lindo hogar, estaba amoblado e incluso tenían un patio con césped para acostarse a leer un libro, o lo que Jimin quisiera.

Todo lo hizo por él.

Ahora, debía mostrarse feliz la mayor parte del tiempo para no parecer un malagradecido y decir que quiere volver a Seúl, solo porque extraña a Jungkook.

— ¿Minnie? —Seokjin golpea su puerta con los nudillos, para luego abrirla—. Ya me voy al trabajo

— Suerte, hyung. —musitó, sonriendo levemente y desganado.

— ¿Todo bien?

— Si. Solo estoy cansado. —mentirle a su hermano era algo que odiaba, pero no podía decirle que quería irse a Seúl.

Todos menos eso.

— Descansa, lo hiciste bien hoy. —Seokjin le regala una tierna sonrisa, para luego cerrar la puerta, dejando a su hermano menor con la cabeza entre sus manos.

Le dolía la cabeza, e incluso el corazón. Estaba entre dos cosas, pero no podía decidir. Quería estar con Jungkook, dejar su aroma en él y dormir a su lado. Había tantas cosas en mente, y ninguna de ellas se podía llevar a cabo debido a su ausencia.

De pronto, se escuchan tres toques en la puerta principal, llamando la atención del omega. Este se pone de pie con poco ánimo y camina hacia la entrada.

— ¿Se te quedaron las llaves? —preguntó burlón, mientras se ajustaba el pijama.

Al abrir la puerta, dejó todo lo que estaba haciendo y se quedó inmóvil. Su cuerpo latiendo con rapidez y su boca entreabierta, sin saber cómo, ni por qué Jungkook estaba al frente suyo.

— Hola, cachorro. ¿Me extrañaste?

(un)usual - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora