Historia de Buenos Días (GonKillu AU, Omegaverse)

Capítulo III

Killua durmió durante todo el día sábado. Solo despertaba a ratos, sobresaltado por alguno de los sueños febriles que estaba teniendo, y entonces Gon se ocupaba de darle agua y algo de comida para que tomara las medicinas.
En medio de su inconsciencia, Killua logró darse cuenta que el chico no se había despegado de su lado, ya que siempre que abría los ojos, él estaba ahí, aguardando, cambiando el paño húmedo de su cabeza, o acomodando sus mantas.

Al fin la fiebre bajó un poco, y Killua abrió los ojos lentamente, al mediodía del domingo, aún sintiendo que la habitación daba vueltas.
Por supuesto Gon estaba ahí. Se encontró con su mirada luminosa, y el chico le dirigió una sonrisa que hizo que se sonrojara más de lo que ya estaba.

—Hola… —murmuró avergonzado mientras se llevaba la mano a los ojos.

—¡Hey! —rió— ¿Cómo te sientes?

—Aun me da vueltas la cabeza y tengo un calor de los mil demonios, pero creo que estoy mejor.

—Sí, la medicina ayudó un poco, tomé tu temperatura hace un rato y bajó… algo. Dos grados. Al menos ya no tienes 40 de fiebre.

Killua suspiró y cerró los ojos un momento. Quizá estaba teniendo un sueño febril ahora mismo, mientras seguía abandonado en algún callejón oscuro.

—¿Has estado ahí desde ayer? —preguntó con voz débil.

—Oh no, preparé algo de comer, también me levanté para cambiar el paño húmedo y esas cosas…

—¿Ni siquiera fuiste al baño?

Gon rió.

—¿Estás preocupado por mi?

—¿Eh? Claro que no… —masculló. Toda la situación le parecía extremadamente vergonzosa, pues no estaba acostumbrado a depender de alguien más—. No me preocuparía por un tonto Alfa —le dijo haciendo una mueca para provocarlo, pero Gon se echó a reír.

Killua abrió la boca pero al instante se mordió la lengua para no dejar escapar las palabras que estaba pensando, y solo sonrió patéticamente.

—Lo siento. Si tan solo no fuera un Omega inútil yo podría…

—No —lo interrumpió gentilmente Gon mientras negaba con la cabeza—, basta con eso, ¿Bien? tú eres Killua. No un Omega. Tu eres tu, no importan las etiquetas que te pongan los demás.

—¿Dónde aprendiste a hablar así? —preguntó pasados unos segundos, mientras desviaba la vista.

—¿Así como?

—Nah… supongo que es parte de tu personalidad —rió.

A Gon se le iluminó el rostro: era la primera vez que lo escuchaba reír de forma sincera.

—Oye, ¿Puedo preguntarte algo?

—¿No es esa una pregunta?

—¿Eh? No, bueno sí, ¿puedo preguntar otra cosa?

—¿No es eso también una pregunta?

Gon lo miró con el entrecejo fruncido y la boca abierta, visiblemente confundido, y Killua dejó escapar una carcajada.

—¡Está bien! —jadeó apenas pudo— pregunta lo que quieras. Después de todo estoy en deuda contigo, contestar algunas preguntas es lo mínimo que puedo hacer.

Gon lo miró lleno de curiosidad antes de preguntar.

—¿Qué hacías en ese callejón?

El chico desvió la vista y luego lo miró nuevamente a los ojos.