—No te vayas, por favor —la voz suplicante de Gon caló hondo en su pecho.
Killua lo miró tratando de mantener la calma. Ni siquiera había alcanzado a levantarse de la cama cuando sintió que el chico se aferraba a su brazo.—Solo voy al baño… —mintió descaradamente.
Gon lo miró con un dejo de preocupación.
—¿De verdad? ¿Estás bien? ¿Te sientes bien?
Killua guardó silencio. Estaba demasiado avergonzado como para hablar, pero si no mentía, si no decía algo, tampoco podría escapar.
—Uh, sí…
Gon se sentó sobre la cama para mirarlo de frente, y el chico sintió como si una presión invisible estuviera envolviendo su cuerpo.
—¿Podemos hablar de lo que pasó?
Esto era demasiado doloroso.
—...no sé bien de lo que hablas… —masculló evitando mirarlo.
—¿Eh? ¿No lo recuerdas…? ¡Fue tu primer celo! Estaba muy sorprendido cuando llegué a casa y…
En un súbito impulso Killua le había tapado la boca, mirándolo aterrado. De inmediato se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y soltandolo trató de alejarse y ponerse de pie para escapar, pero la mano amable de Gon, que lo sujetó por la muñeca nuevamente, se lo impidió.
—Por favor —le rogó—, sé que lo que hice estuvo mal, no debí… por favor Killua, al menos déjame explicarte…
Killua se congeló. No entendía por qué el chico le estaba diciendo que era su culpa. Obviamente todo había sido debido a su celo, así que no veía la lógica detrás de sus palabras.
—No sé de qué estás hablando… —reiteró al cabo de un momento.
—¡Te toqué! Lo hice sin tu permiso… ¡Lo siento mucho! No volverá a ocurrir, por favor, ¡por favor no te vayas!
La cabeza le daba vueltas. Por lo que él recordaba, y creía estar en lo correcto, todo ocurrió cuando Gon volvió del trabajo. Había despertado de su siesta unos momentos antes, creyendo que su cuerpo se incendiaba, y entonces olió las feromonas de Gon. Se levantó como pudo y sintiéndose cada vez más asustado, abrió la puerta de la habitación para encontrarlo y pedir ayuda, pero al verlo se había pegado a él sin poder contenerse, como si una fuerza magnética lo empujara. Recordaba vagamente también que Gon pidió su consentimiento, y, tan perdido como estaba le dijo que sí. Es más, luego convenció al chico de acostarse junto a él, y sin poder contenerse había comenzado a frotar su cuerpo contra el del moreno.
Killua comenzó a sonrojarse. De verdad, pensó, no era mejor que un perro de la calle en celo.
—Es mi culpa… —masculló, y de inmediato se cubrió el rostro.
Quería huir. Quería meterse en un agujero profundo bajo la tierra, y quedarse ahí hasta morir.
—Claro que no —le dijo Gon, cada vez más confundido—, no debí hacer nada, no estabas en tu sano juicio y debí controlarme mejor.
Killua solo negó con la cabeza, incapaz de decir lo que él creía haber hecho, sintiendo que había traicionado su confianza.
—Sé cómo es el primer celo, es casi imposible controlarse, así que no es tu culpa —sonrió Gon al ver lo angustiado que estaba—. No puede ser tu culpa. En cambio yo…
—Por favor —lo interrumpió Killua sin descubrirse el rostro—. Yo no… no quería que tú… es demasiado… No quiero recordarlo, sólo olvidemos lo que pasó.
Gon guardó silencio sintiendo que le dolía el pecho. Un gran malentendido comenzó a crecer entre ambos.
—Lo siento. Solo… necesito disculparme apropiadamente. Sé que debió ser desagradable para ti —le dijo al fin—. No querías que te tocara, y lo hice, pero de verdad, no es que quisiera hacerlo...
Killua sintió que su sangre se congelaba.
—¿No… querías? —preguntó al fin descubriéndose el rostro.
—No, claro que no, somos amigos, solo quería ayudarte pero no sabía bien cómo, creo que tomé una mala decisión… Estoy muy arrepentido, Killua, no volverá a pasar.
Killua lo miró de una manera extraña, y luego sonrió.
—Está bien… No… no volverá a pasar. Tomaré medidas para eso…
Gon apretó los labios. Después de todo, ahora podía confirmar que había sido desagradable para Killua.
—Puede que suene muy egoísta de mi parte pero… ¿Te quedarás…?
El chico lo miró, pero parecía que su mente estaba en otro sitio.
—Claro —le dijo con una leve sonrisa—. Dijiste que somos amigos. Olvidemos el asunto. Está bien.
Gon lo miró confundido. Le daba la sensación de que algo había ocurrido, pero no estaba seguro de qué era. De todas maneras no podía desaprovechar esa oportunidad: Killua se quedaría. No le importaba si eran solo amigos, su único deseo ahora era no perderlo. Y aunque fuera doloroso, era mejor que pasar toda una vida sin él.
—Killua —le dijo con una sonrisa brillante— No romperé mi promesa dos veces, voy a cuidarte bien.
El chico desvió la vista, sintiendo que su corazón se rompería en mil pedazos. No quería irse, pero sabía que mientras más tiempo pasara con el moreno, más comenzaría a sentir por él. Debía negarlo, olvidarlo y enterrar sus sentimientos en lo más profundo de su corazón. Quería negarlo y disfrutar de una vida que nunca sería, al menos por un tiempo.
Sí. Podía esconderlo. Por un tiempo estaría bien. De todas maneras, ya había confirmado que Gon no sentía nada por él.
Podían ser amigos, no había peligro en ello.
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Historia de Buenos Días (GonKillu AU, Omegaverse)
FanficEn un día nevado Gon Freecss encuentra un misterioso chico a punto de morir y decide salvarlo sin pensarlo demasiado. Poco sabía que había encontrado a quien cambiaría su destino.