Capitulo V

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Killua despertó lentamente, y sin querer abrir los ojos del todo se acomodó nuevamente sobre la cama. Se sentía tan bien, tan a gusto en ese lugar. Un aroma mentolado llegó a su naríz y suspiró agradecido. 

Pero, ¿dónde estaba? 

Recuperando la conciencia de golpe, abrió los ojos de par en par para tratar de mirar alrededor, pero se encontró con que su rostro estaba pegado al pecho de alguien… 

De inmediato lo supo.

—¿Gon…? —susurró conteniendo el aliento.

El chico a su lado se movió ligeramente, y sus brazos lo rodearon con un poco más de fuerza.

Era su culpa. Estaba seguro de ello. Recordaba vagamente haber tenido pesadillas y entonces… sí. Era probablemente por las feromonas que él mismo había decidido acercarse, sin estar plenamente consciente de lo que hacía.

Killua comenzó a entrar en pánico. Necesitaba alejarse rápido, antes de que Gon despertara. No quería complicar las cosas, y recordaba cómo de su propia boca habían salido las palabras hipócritas "no me toques".

—Mierda… —masculló con desesperación.

Las manos de Gon se enredaron en su cabello suavemente, y el chico abrió la boca. 

«¿Por qué?» se preguntó en silencio.

Una nostalgia abrumadora lo invadió. No quería alejarse. Solo necesitaba unos minutos más. Un poco más… y estaría bien. 

«No, basta, no quiero que me odies…» pensó. Pero su cuerpo se rehusó a moverse. 

Cerró los ojos solo por un momento tratando de decidir qué hacer, pero al minuto siguiente la estruendosa alarma de Gon sonó rompiendo el silencio.

Esto hizo que se quedara quieto. Tan quieto, que apenas podía respirar.

Gon apagó la alarma rápidamente, y con movimientos torpes volvió a acurrucarse a su lado, justo antes de soltar un sonoro jadeo. 

Killua adivinó que se acababa de dar cuenta de que estaban durmiendo abrazados, y al momento siguiente sintió cómo se alejaba de él, soltándolo con sumo cuidado, para luego levantarse de la cama y salir de la habitación sin hacer ruido. 

El chico abrió un ojo y espió alrededor, asegurándose de que estaba solo, y lo volvió a cerrar algo decepcionado. Suspiró largamente, y entonces se dió cuenta que el aroma de Gon aún permanecía en la cama.

Lo siguiente que supo es que Gon lo llamaba: había entrado a la habitación para despedirse y se había sentado a su lado.

—¿Cómo te sientes? Aún tienes algo de fiebre…

—Uh… estoy bien —masculló adormilado—. No me siento mal ni nada. 

—Bien, recuerda llamarme si pasa algo. Volveré temprano, espero antes de las 4. 

—Okay…

—¿Quieres que te traiga algo? 

—¿Mmm…? Estoy bien, en serio —le dijo mientras se frotaba los ojos. Por alguna razón se sentía extremadamente cansado.

—Bien —sonrió Gon— Nos vemos en unas horas. Solo descansa, y recuerda comer.

—Sí… que te vaya bien.

Gon le dirigió una mirada extraña.

—Gracias —dijo al fin antes de levantarse y salir de la habitación.

Killua lo vió alejarse hasta perderse de vista, y luego escuchó la puerta principal del departamento cerrarse con un ruido sordo. Estaba solo de nuevo.

Historia de Buenos Días (GonKillu AU, Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora