Killua aún no se había recuperado del todo, pero gracias a que la fiebre estaba más baja, pudo levantarse a tomar un baño. Gon había insistido en que él podía ayudarlo a lavarse sin que se moviera de su lugar, pero el chico se había sentido tan avergonzado que no insistió.
Cenaron tranquilamente hablando de todo un poco, y mientras las luces de la ciudad se iban apagando, el sueño comenzó a invadirlos.
Gon comenzó a acomodar las mantas y cojines en el suelo, y Killua le dirigió una mirada de culpa.
—Hey, yo puedo dormir ahí, ya estoy mejor así que…
—¡Claro que no! Aún no te recuperas por completo, yo dormiré aquí.
—Pero es tu cama, deberías usarla tú, no yo.
—Eso está fuera de discusión Killua. Mientras sigas enfermo usarás la cama. Además es como si estuviera en un viaje acampando. Es divertido.
Killua se sentó sobre la cama para mirarlo.
—No creo que a tu espalda le parezca divertido mañana.
—¡Ah pero no soy tan viejo!
El chico dejó escapar una pequeña risita antes de seguir con su argumento.
—Escucha, mañana tienes que trabajar, deberías dormir bien. Además he dormido en sitios horribles, el piso de tu apartamento está en mi top 5 de lugares cómodos para dormir.
—Oh, por cierto —dijo el moreno—, mañana saldré de aquí a las 8:30. La veterinaria dónde trabajo abre a las 9 los lunes, y casi siempre cerramos temprano. No hay mucha clientela ese día, así que estaré de vuelta pronto.
—No te preocupes —sonrió Killua.
—Ah, pero si algo pasa puedes llamarme, te dejaré mi número aquí encima, y dinero por si necesitas algo.
—Sí mamá.
—Bien. Buenas noches hijo.
Killua rió.
—Buenas noch… ¡Hey! ¡Cambiaste el tema!
—Claro que no… —le sonrió Gon inocentemente—. Vamos a dormir, ¿si?
Killua guardó silencio un momento, mientras miraba fijamente a Gon que parecía distraído ordenando las mantas.
—Oye —murmuró al fin como si las palabras se trabaran en su garganta—. ¿N-no quieres…? Ya sabes, tu cama es gra-grande y y-yo… podríamos… compartir…?
Gon se dió vuelta a mirarlo, sorprendido.
—Ah, no, ¡No! Ocuparé el mínimo de es-espacio, me pondré por allá, en la orilla…la ori…
Killua cerró la boca de golpe y bajó la vista, dándose un golpe mental por lo que acababa de decir. No importaba cómo lo viera, se había avergonzado al no poder contener sus palabras.
—¿De verdad no te molesta? —preguntó Gon, aún sorprendido.
—Ah, no, solo no te acerqu… no me acercaré mucho —contestó rápidamente sin mirarlo—. Solo no me toques… estará bien.
Gon sonrió pero Killua no pudo verlo. Estaba feliz de que el chico comenzara a confiar en él.
—Prometo que no haré nada. Ya te lo había dicho, no haré nada que no quieras, así que me mantendré en la orilla también.
—Uh... Bien…
—Bien.
Killua se removió algo incómodo sobre la cama, y un momento después decidió meterse entre las cobijas mirando hacia la pared, en el extremo opuesto.
Gon lo miró divertido. Aún podía ver lo rojo que estaba.
Con cuidado se metió en la cama también, fijándose para no tocarlo, ya que aunque la cama era grande y quedaba un buen espacio entre ellos, sabía que era de vital importancia no hacer nada precipitadamente. Podía perder la confianza que estaba construyendo con Killua en un solo segundo.
Al fin se cubrió con las mantas, y apagó la luz.
—Killua —llamó en la oscuridad.
—¿Hmm...?
—Estoy muy feliz de haberte conocido. Sé que seremos los mejores amigos.
Un sonido parecido a una tos ahogada rompió el silencio.
—¿Estás bien? —preguntó Gon, preocupado.
—...sí —Killua agradeció que la habitación estuviera a oscuras, así no podía ver cuán sonrojado estaba.
—Buenas noches —musitó Gon con una pequeña risita.
—...nasnoches —masculló Killua.
Unas horas más tarde Gon aún no podía quedarse dormido. Estaba algo nervioso, pero por supuesto nunca lo admitiría. Le parecía casi irreal que la persona acurrucada a su lado, más o menos a medio metro de sí, hubiera confiado en él. No sabía qué tenía el chico, quizá algo en su mirada, o en su apariencia descuidada, que lo hacía querer protegerlo.
Un leve aroma a canela y chocolate llegó a su naríz, y se dió vuelta sobre la cama para mirar qué ocurría.
Killua estaba profundamente dormido, pero había volteado y ahora podía ver claramente su cara, iluminada por las luces de la ciudad que se colaban por las cortinas.
Gon hizo el ademán de acercar la mano hacia su rostro, para tocarlo, pero se detuvo. No debía hacerlo.
Se veía tan tranquilo, y aún en la penumbra su piel parecía resplandecer por lo blanca que era. Gon apretó los labios, sintiéndose perdido.No podía hacerlo.
De pronto Killua hizo un movimiento brusco, y comenzó a buscar a tientas sobre la cama con desesperación. Gon se apartó ligeramente, temiendo que el chico despertara asustado si lo tocaba, pero entonces lo vió: Killua estaba llorando.
Su corazón se estrujó dolorosamente, y sin saber qué hacer lo miró en silencio. Se veía tan desesperado y tan triste.
Poco a poco Killua se fue acercando a él, probablemente siguiendo su aroma, hasta que su mano lo alcanzó, y como un animal asustado se acurrucó contra él en busca de protección.
Las manos de Gon se movieron instintivamente, y lo rodearon en un abrazo apretado: estaba temblando levemente y podía sentir que las lágrimas mojaban su ropa.—No debería…—murmuró al darse cuenta, intentando alejarse— Me odiarás si…
—Por favor… —masculló Killua, y Gon notó que estaba hablando dormido—. No me… hagas daño…ayuda…
Su sangre se heló. No sabía por lo que había pasado Killua antes de encontrarlo. No sabía si le habían hecho daño. No sabía qué había ocurrido con su familia. Lo único que sabía ahora, es que no podía dejarlo así.
—Está bien, estoy aquí —susurró—. Nadie te hará daño, te protegeré.
Por un momento le pareció que Killua había despertado y el miedo recorrió su cuerpo como un escalofrío, pero el chico solo se quedó inmóvil, y dejó de murmurar.
Gon suspiró aliviado. Comenzó a acariciarle la espalda y el cabello suavemente para consolarlo, y poco a poco, Killua dejó de llorar.Hace mucho que no podía abrazar a alguien, y una sensación cálida recorrió su cuerpo. "Killua huele tan bien". Pensó mientras sus sentidos comenzaban a apagarse. El sueño lo invadió, y lentamente comenzó a cerrar los ojos.
—Te protegeré… —masculló antes de quedarse dormido.
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Historia de Buenos Días (GonKillu AU, Omegaverse)
FanfictionEn un día nevado Gon Freecss encuentra un misterioso chico a punto de morir y decide salvarlo sin pensarlo demasiado. Poco sabía que había encontrado a quien cambiaría su destino.