Capitulo VI

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Gon cerró la puerta y se movió con pasos inciertos, sin saber muy bien lo que hacía, hasta llegar a la habitación. Podía sentir la adrenalina y la ira aún bombeando con fuerza, pero había algo más que lo atormentaba.

Justo ahí, delante de él, se encontró con Killua que lo miró asustado. Se veía indefenso, delgado y enfermo, y se preguntó a quién en su sano juicio se le ocurriría lastimarlo.
Un sentimiento abrumador se apoderó de él, algo que no podía explicar, y olvidando por un momento su promesa, se abalanzó a abrazarlo. Pero justo antes de que pudiera tocarlo, Killua se encogió cerrando los ojos, y Gon volvió de golpe a sus sentidos.

—Lo siento —murmuró mientras se detenía en seco y bajaba los brazos.

El chico se sorprendió, y mirándolo con cautela, respondió.

—Está bien… No es tu culpa.

Gon sintió que su corazón se rompía un poco.

—¿...Puedo abrazarte? —preguntó en un hilo de voz.

Killua guardó silencio por un momento, y lo miró con una cara extraña.

Su racionalidad le gritaba que no era buena idea, que no debía hacerlo, que tenía que seguir desconfiando para sobrevivir. Era lógico alejarse y no permitir que el hombre que hace un momento atrás estaba golpeando a otro lo tocara. Pero la lógica ya no tenía cabida aquí.

—Sí… —masculló Killua al fin.

Gon abrió la boca como para decir algo, pero de inmediato se arrepintió, y acercándose lenta y cuidadosamente lo rodeó con sus brazos, sintiendo como el cuerpo de Killua parecía quebrarse. Un momento después notó como sus manos delgadas se aferraban a su espalda mientras comenzaba a temblar, y temió que todo lo que había ocurrido fuera su culpa. Pero antes de que pudiera dejar salir las palabras correctas, lo escuchó hablar.

—Lo siento… —murmuró Killua con la voz quebrada—. Si no fuera un Omega, nada de esto hubiera pasado.

Gon apenas pudo contener el llanto. No era justo.

—No fue tu culpa —le dijo mientras lo abraza un poco más fuerte—, por favor no digas eso. Fue ese imbécil de Liam, no tiene nada que ver con que seas un Omega…

—Lo tiene. Yo sé… no puedo controlarlas… mis feromonas. Lo siento… es porque… porque soy defectuoso…

Gon intuía que algo andaba mal con las feromonas de Killua desde el día que lo conoció, y fue precisamente eso lo que permitió que lo encontrara entre la nieve. Por supuesto no era algo que mencionaría, y menos en un momento así. Por la respiración del chico adivinó que éste se echaría a llorar, así que con cuidado comenzó a acariciar su espalda y su cabello para tratar de contenerlo. Killua soltó un sollozo apagado, pero usó toda su fuerza de voluntad para no derramar ni una lágrima, mientras se aferraba con fuerza a él.

—Quizás debería irme…

Gon palideció.

—¡Claro que no! Prometo que algo así no volverá a ocurrir, te protegeré, no dejaré que nadie…

Killua se separó de él bruscamente, y negó con la cabeza.

—No quiero darte más problemas. Imagino que ese hombre era tu amigo, y por mi culpa se pelearon.

—¿Quién? ¿Liam? Ah, me siento algo insultado ahora mismo. Liam es un idiota, siempre lo ha sido, solo trabajamos juntos.

Killua dejó escapar una risita y se sentó sobre la cama.

—Aun así…

—¡Por favor…!

El cambio en la voz de Gon sobresaltó a Killua.

Historia de Buenos Días (GonKillu AU, Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora