Capitulo 7

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Cálido como el sol

Sinceramente, nunca he sido partidario de ir abrazando a la gente y repartiendo paz por el mundo pero, este día en especial me sentía demasiado agotado, adolorido y con una fuerte jaqueca instalándose en mi cabeza desde el primer momento del día; simplemente quise sentir tranquilidad al menos por un momento.

—¡Dante!, ¡no estás muerto!— dijo, con su voz algo quebrada, rompiendo el silencio.

—¿Debería de estarlo?— respondí con sarcasmo, intentando calmarla.

—¡Claro que no!— me alejó abruptamente de ella. —¡Estella estaba muy preocupada por ti, idiota!

—No lo sé. Yo creo que tal vez la preocupada eras tú. Después de todo fuiste tú quien corrió a abrazarme— simulé abrazar el aire —¡Te veías taaan preocupada cuando llegué!— me mofé de ella.

—¡Ya quisieras! Estella me dijo que te abrazara de su parte— en automático señaló a Estella quién se encontraba detrás de ella. —¡Y si dices que no, no te compraré nada!— musitó, entre dientes.

—¡Sí, sí, sí!, ¡fui yo, fui yoo!— respondió la pecosa, mientras daba pequeños saltos.

—Podía haberles creído de no ser porque están discutiendo sobre esto en frente de mí —comenté entre risas.

—Cállate, ahora dime — ella se cruzó de brazos. —¿En dónde estabas, estúpido?

—¿Estabas preocupada?— contesté con una sonrisa mientras sacaba la mugre de mi mejilla.

—¡No me quieras cambiar el tema Dante Ezequiel!— ella se acercó a mí. Su rostro presentaba una extraña mezcla entre enojo y risa.

Juraría que siempre le ha costado mantenerse seria.

—Es que —sonreí, nervioso —tuve que ir al baño.

—¿Y te peleaste con alguien en el inodoro o por qué las heridas?— preguntó.

—¡No creerás lo peligroso que pueden ser los retretes!— respondí en un tono burlón.

—En serio Dante, ¿qué fue lo que pasó?— preguntó una vez más.

Era obvio que no iba a lograr que Kassia se creyera una mentira tan poco convincente y, de todas formas nunca fui muy bueno mintiendo o dando excusas.

—Buenas tardes chicos, disculpen mi intromisión— interrumpió uno de los soldados de la brigada con su tono de voz ronco, —uno de ustedes tiene un rostro que me es muy familiar —dijo con displicencia—. ¿Podría decirme dónde estuvo usted, joven?

De repente sentí como se me helaba la sangre muy lentamente, habían llegado unos tipos que clamaban una repuesta de mi parte. Me quedé congelado de tan solo pensar en que había sido descubierto.

Aquel soldado clavó su fría mirada sobre mí, era evidente que me había reconocido o como mínimo tenía alguna sospecha de mí.

Intenté no presentar signo alguno de nerviosismo para hablar con él.

—Hola oficial, verá —respondí con nerviosismo. —Yo estuve...

—¡No no no! —volvió a interrumpir. —A él le sería muy fácil mentirnos. Mejor le preguntamos a la señorita— sugirió, giró su cabeza en dirección a Kassia y se acercó muy lentamente a ella. —Dígame señorita, ¿estuvo aquel chico aquí desde que sonó la alarma?

No estaba seguro de si ella supiera que decir al respecto, lo más probable era que ella termine por decir algo sospechoso o que pueda parecer raro para ellos.

Tiny Human Brain   #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora