Tiny Human Brain #PGP2023

Capitulo 11

La bienvenida al club

Viernes, 10 de marzo. 9:33 a.m.

Nuevamente estaba postrado en la ventana del corredor, tomando a sorbos un café caliente, por la época del año beber cosas tibias era la opción más razonable. Además, desde que era niño adquirí una extraña dependencia a la cafeína y, por tal razón tengo que tomar aunque sea un trago de café todos los días.

El día de ayer cuando fui a la cafetería, Kassia terminó olvidando el principal motivo de nuestra reunión, aunque creo que lo mejor será no contárselo o al menos por el momento.

—¡Hey, estúpido! Muévete, tenemos que irnos ahora mismo —ordenó Kassia.

—¿Qué?, ¿por qué? —le pregunté.

Sin previo aviso Kassia me tomó del brazo con prisa pretendiendo llevarme hacia algún lugar, torpemente dejé caer mi café al suelo producto del apuro.

Sinceramente extraño los momentos de mi vida de hace unos pocos segundos en los cuales todavía tenía mi café.

—¡Holaaa, Kassiaaaa!— dije para llamar su atención, luego de eso me paré en seco para evitar que me siguiera llevando—. ¿A dónde vamoooos?

La rubia al notar que me opuse a seguir siendo desplazando se detuvo de golpe, y dió la media vuelta para quedar frente a mí.

—¡Buenos días! —ella sonrió, se notaba un poco más enérgica de lo habitual. —La maestra Roberts preguntó por ti, dijo que quería hablar contigo lo más pronto posible para discutir sobre algo y no sé el qué —agregó, en muy poco tiempo.

—¡Cómo?, ¿la maestra Roberts? —contesté, con una expresión de notable asombro en mi semblante—. Ella nunca vuelve a llamar a nadie después de una audición, si no te elige en el momento te olvídas de ser parte del club.

—Lo sé, yo también pensé lo mismo —respondió con mucha emoción. —Pero por alguna extraña razón lo hizo, así que lo mejor será que te apures.

Tras oír esas palabras me liberé de la presión de su pequeña mano para empezar a correr por mi mismo, Kassia me siguió en un trote veloz alcanzándome al poco tiempo.

Corrímos a la par por los inmensos pasillos de la escuela, esquivando a incontables alumnos y a varios maestros de paso. Por desgracia mi poca resistencia me había condenado una vez más al cansancio.

Kassia se detuvo al notar que me había quedado algo atrás, y no era para menos, ella siempre fue de las mejores alumnas en lo que atletismo y otros deportes se refiere, en cambio yo nunca podía terminar si quiera una vuelta.

—Hey, Dante. ¿Estás bien? —preguntó.

—S- Sí, Kassia —respondí, mientras respiraba pesadamente. —Simplemente... estoy— suspiro, —algo cansado.

Con mis manos puestas sobre mis rodillas y la cabeza con dirección al suelo intenté recuperar el aliento. Sudaba casi en frío debido a las temperaturas tan bajas que habían.

No pasaron más de unos pocos segundos hasta que, una voz conocida empezó a mascullar algo muy cerca de mí: —Kassia Wosniak, ¿qué te trae por aquí?

Una mujer con una voz melancólica, algo apagada conversaba con Kassia.

—Traje a Dante al club de teatro como me lo pidió, maestra — Kassia respondió.

—Bueno, ¿y tú crees que Dante pueda llegar al club así?. El pobre chico está casi muerto —objetó la mujer.

Alzé mi mirada con rapidez, para mi sorpresa no era nadie más que la maestra Roberts, la persona encargada de dirigir el club de actuación.