Hola a todos y todas, debo decirles que esta novela ya está llegando a su fin, me ha encantado escribir para ustedes, disfruten el capítulo:
Siento intensas punzadas en mi cabeza y mis párpados caen pesadamente, los codazos de Delayla me sobresaltan, esta me ha despertado a buena mañana con chillidos y exclamaciones incoherentes.
Tres mujeres se adentran en mi habitación y toman los trajes del armario y algunos accesorios, un estresante parloteo me martillea la cabeza sin cesar, discuten sobre mi vestuario para el tan nombrado "Ritual", entiendo que es una celebración importante que se festejará el próximo mes. Sin embargo, necesita preparación adelantada para la perfección de este.
Me han sometido a lecciones sobre modales, equilibrio en tacones y demás asuntos basados en etiqueta.
Suspiro sentándome de golpe sobre las frazadas, acaricio mi cabello, resoplo al recordar el magnífico color castaño que poseía hasta hoy, que las tres dementes decidieron teñirlo de un rojizo extravagante y llamativo.
[...]
Despierto fatigada, las tres dementes han decidido tomar mi cuerpo y transformalo a su gusto. Siendo comprensivas, han decidido darme el honor de elegir el diseño del tatuaje e incluso el sitio.
Unas avecillas volando ha sido mi elección, justo en mi antebrazo, la zona frágil. Unas florecillas entrelazadas ha sido su idea, en mi espalda baja.
El dolor agudo de la afilada aguja traspasar mi piel es aterrador, lágrimas silenciosas brotan de mis ojos y los mordiscos que ejerso en mi labio inferior causan un ligero dolor.
Me guía a mi habitación y me ordenan reposar.
[...]
Despierto una hora antes de recibir a las dementes. Unas expresiones de sorpresa son plasmadas en su rostro al encontrarme aseada y vestida formalmente. He tomado la descición de evitar los chillidos matutinos y prepararme con anterioridad.
Me esfuerzo en las lecciones y consigo plasmar unas hermosas y sinceras sonrisas de satisfacción en sus rostros, su firmeza y rudeza se ablanda y terminamos riendo en una simulación de fiesta de té.
En la noche recibo una inesperada visita de Hasen, quien me invita a acompañarlo al Bosque. Nos dirigimos al claro del bosque, no tomamos nuestras formas lobunas, decidimos permanecer humanos.
El reflejo de la luna da en el claro, donde nos recostamos admirando las estrellas.
-- Sabes Selene, eres muy hermosa -noto su mirada sobre mí y me sonrojo con sus palabras-
-- Gracias, jamás he escuchado esa frase -susurro casi inaudible-
-- Nadie se ha atrevido a elogiar tu belleza única.
Sonrío sonrosada, dirijo mi mirada hacia su rostro, me pierdo en sus hermosos irises verdes. Nuestras miradas se conectan y siento un ligero temblor en mis piernas, me estremezco, este lo nota y sonríe de lado, jadeo ante la belleza frente a mis ojos.
Giro mi cabeza hacia las estrellas y agito mi cabeza intentando sacar esos pensamientos. Permanecemos allí durante un par de minutos más y nos retiramos al castillo. Nuestras miradas se reencuentran, nuestros cuerpos se desisten de retirarse, su mano acaricia mi mejilla enviando una corriente eléctrica a mi columna vertebral haciendome estremecer. La cercanía de nuestros cuerpos ambienta el calor de la atmósfera, sus labios chocan contra los míos y ambos encajan a la perfección, Hasen coloca sus manos en mis mejillas y yo acaricio su rubio y ondulado cabello.
Caminamos a horcajadas hasta impactar contra el borde de la cama, unos frascos de cristal caen al suelo causando ruido, ignoramos el desastre. Sin embargo, una voz potente interrumpe el ambiente.
-- ¿Qué sucede aquí? -pregunta furioso Geux-
-- Nada ha sucedido padre, me he tropezado accidentalmente.
-- Sí, lo sentimos Señor -ejecuto una reverencia hacia el-
Estos se retiran, muerdo mi labio inferior analizando lo sucedido anteriormente. Tras unos minutos consigo conciliar el sueño.
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Narrador Omnisciente:
La relación entre Hasen y Selene se ensanchaba cada noche, con sus encuentros y exploraciones. Finalmente, cayó el día del Ritual que les aguardaban a Hasen y Selene. Sin embargo, Selene desconocía el objetivo y significado del ritual.
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Narra Selene:
Las tres dementes chillaban y trotaban de un extremo a otro en mi habitación, amontonando cosméticos y cremas en mi tocador. Trajes y accesorios eran aventados hacia mi cama. Criadas entraban y salían con objetos desconocidos. El castillo entero era un caos, las criadas, los mayordomos se dirigían de un lado a otro. Decenas de invitados pasaban por la puerta principal.
Las tres extravagancias atacaban mi cabello con peinados cotizados y mi rostro con maquillaje en exceso. Me encajaron un hermoso traje color beige, con diamantes incrustados en la cintura, unas zapatillas de tacón, color cristal.
-- Recuerda pequeña, acepta sus mandatos y peticiones, no niegues o causarás problemas -me aconseja Delayla obsequiandome un caluroso abrazo-
La celebración da inicio, me encuentro de pie junto a Hasen quien está tan desconcentrado como yo. Geux habla en un idioma incapaz de entender, le observo atemorizada. De repente, la luna se iluminó cegando por unos instantes a los presentes quienes aullaban.
Los soldados tomaron nuestras manos brucamente, pinchando mi dedo índice y uniendolo con el de Hasen, sentí una descarga eléctrica, mis ojos se desorbitaban y sentía unas punzadas agudas en mi mano sangrante.
El dolor se detuvo y la cegadora luz despareció.
-- Saluden al nuevo Alpha del Clan Licaón y su Luna, Selene! -exclamó Geux descorcentandome-
Sentí los aplausos de los presentes, observé a mi alrededor, mi mirada se encontró con Leros, mi madre y mis hermanos.
-- Eres mi luna -susurró Hasen-
En ese momento sentí como la sangre me hervía, porque sé que el es mi mate, y que debo estar con él.
