One-Shots Giyuushino ╰⁠(⁠⸝⁠⸝⁠⸝⁠'⁠꒳⁠'⁠⸝⁠⸝⁠⸝⁠)⁠╯

Armario con disfraces+18

Parte 3

1 semana después.

Una enfermera muy sexy.

Pov Shinobu.

Era temprano y Giyuu abrazaba mi pecho, quité unos mechones de su lindo cabello negro, el era como un pequeño niño, tierno, dulce, tímido, inocente.

Pero a la vez era como un adolescente con las hormonas por los cielos, pervertido, sexy, malpensado, con fetiches sexuales y demás.

Me solté con cuidado de sus brazos y puse una almohada entre estos, caminé de puntitas y cuando estuve frente del armario ese rarito lo abrí, habían varios trajes.

El de la sirvienta que ya lo conocía, uno de conejita sexy, alumna, porrista y...el que más me llamo la atención, una enfermera.

Al ser domingo tenía el día libre en el hospital, por lo que el día de hoy jugaría un poco con mi lindo novio.

Cerré el armario y caminé otra vez de puntitas mientras iba a la cocina para preparar el desayuno de Giyuu, me encantaba el cocinarle.

El también me cocinaba, era muy bueno cocinando y limpiando la casa, mientras yo iba a trabajar, el trabajaba como gerente de una empresa.

Y yo como doctora, hice tortillas de arroz con salsa de tomate, preparé un jugó de frutas y lo lleve a la habitación, lo dejé encima de la mesa y mordí su suavemente su hombro.

El me abrazo mientras metía su cara en mi cuello, besando y pasando su lengua delicadamente sobre mi cuerpo.

—Buenos días, es hora de desayunar— gruñó y me abrazo más fuerte, luego me soltó y se sentó.

Pero noté algo raro en el, trataba de no abrir mucho los ojos, sudaba y tenía la cara roja, además de que respiraba algo rápido.

—¿Que pasa? ¿Te sientes bien?

—Me está matando el dolor de cabeza.

Toque su frente y note que estaba ardiendo en fiebre, fuí por una toallita y la puse en su frente.

Tomó mi mano y la besó, me jaló con cuidado para luego abrazarme con fuerza

Cuando Giyuu se enfermaba me abrazaba mucho, se ocultaba en mi pecho, muslos, estómago o cuello.

Se la pasaba durmiendo o tocando algo frío, si yo me iba a alguna parte de la casa el me seguía y me traía nuevamente a la habitación.

No se paraba mucho, no comía, no trabajaba y no salía.

Metí mis dedos por sus gruesos cabellos de su cuero cabelludo, besé su cabeza y lo abracé.

—Anda Cariño, debes comer

—No, déjame en paz.

Su voz era fría y firmé, no quería que lo molestará.

—Bien, voy a traer una pasta para tu dolor de cabeza y agua.

El me soltó y yo fuí rápidamente a la mesa para sacar la pastilla, fuí por un vaso con agua y cerré la cortina para que no entrara mucha luz, después de todo la luz lo empeoraba.

Se la dí y el sólo se la tomó rápidamente, nuevamente quiso abrazarme y se lo permití, mi pobre Giyuu estaba enfermito. Pero sabía que lo único que el comía en días así era... Daikon con Salmón.

Cuando el se durmió dejé una almohada para que la abrazará, me fuí a la cocina y me puse un delantal.

Corte algunas verduras, hice la salsa, preparare el pescado y todo lo demás, cuando lo termine ya eran casi las 12, fuí a su cuarto y el estaba despierto pero no sé levantaba

—Te traje Daikon con Salmón,¿Quieres?

Cogió el plato rápidamente y se metió una cucharada en la boca, mientras el comía yo cambiaba su toallita, le quite la camisa para que recibiera aire y me sonroje un poco.

Estaba sudado, sus mejillas rosadas, la respiración rápida y acompañada de que me miraba coqueto.

Cuando acabó agarre su plato y el de la tortilla, lo metí a la nevera y lave el otro.

Mientras miraba televisión me sorprendió un poco que el no me abrazara por la cintura o algo, al mirarlo el estaba de espaldas pero no estaba durmiendo.

Seguí mirando hasta que sentí un beso en mi cuello, me dí la vuelta dándome cuenta de que el ya se encontraba en perfectas condiciones

Ya no estaba enfermo y tenía una erección, empezó a dejar muchos besos en mi columna por debajo de la camisa.

Yo lo aparté dulcemente y me subí encima de él, besando su rostro y pasando mis manos por su pecho.

Pero no me dejó seguir, fué al armario y sacó un traje... La enfermera.

Me lo tiró y me obligó a usarlo, cuando volví a la habitación el no paraba de mirarme, se sacó el pantalón y la ropa interior jalando mi cuerpo hacía la cama.

Me puso en cuatro y me embistió con fuerza, sujetando mi cintura mientras me penetraba con algo de fuerza.

—Estas apretada.

—E-eso es obvio.

Unos minutos después se vino, lo empuje a la cama con fuerza y tomé su miembro en mis manos, subía y bajaba con mi mano.

Algunos suspiros salían de su boca, cuando estaba apunto de venirse interrumpí apretando su miembro un poco.

Pasé mi lengua por todo esté, luego lo metí en mi boca y el tomó mi cabeza haciéndome subir y bajar, cuando se vino manchó mi cara.

—Sabe bien—Dije metiendo un poco de semen en mi boca.

—No h-hagas eso~...

Sonreí y el me tocó el pecho mirando todo mi cuerpo en el traje.

Para minutos después tener una segunda ronda, pero está vez en la pared.

Éramos un par de amantes, unos que no se iban a detener.