La vida de Tenma, un chico urgido en plena adolescencia, llega a su fin tras un asesinato a medianoche. Sin embargo, es reencarnado en un perro Shiba Inu quien al poco tiempo es adoptado por la lider de un gremio. Presentandole así una nueva oportun...
Los miembros del gremio corrieron hacia su jefa al escuchar la bala.
Al verla intacta, miraron hacia el edificio donde se encontraba el francotirador. Viendo a este escapar.
— Jefa, ¡¿Se encuentra usted bien?!
La jefa, quien sostenía en brazos al cuerpo inerte de su mascota, miró a sus compañeros.
— Estoy bien, pero... ese tipo mató a nuestro perro —Comentó, mirando de reojo a sus compañeros de gremio—. Debemos enterrarlo apropiadamente... Luego iremos tras ese sujeto.
Los 3 miembros del gremio asintieron, preocupados.
Mientras iba la jefa adelante, mirando el estado del canino, se percató que había susurros tras su espalda.
— ¿Tienen algo que decir? Los escucho.
— Señora jefa... usted, ¿Si se encuentra bien? Podemos ir primero a por el asesino si así desea. No hay problema.
La jefa se quedó en silencio un momento, y siguió caminando.
— Ya le vi la cara a ese tipo. Será el primero en ayudarnos a subir de nivel.
El gremio siguió caminando, desviándose un momento de su ruta anterior, para llegar a un bosque cercano por la vía pública.
Cubrió la cabeza destrozada del canino con una manta, mientras lamentaba su pérdida.
Doris, la chica de lentes, empezó a cavar un hueco en el suelo con sus manos. Finalmente, la jefa lo colocó dentro, y procedieron a enterrarlo.
Gordon, el musculoso guerrero del grupo, había recolectado flores por el camino. Poniéndolas sobre el cadáver del perro.
— Nuestro Shinma... se sacrificó saltando sobre mí para cubrirme de la bala. Un acto valiente... que siempre recordaremos —La jefa estaba condolida, apretando el puño mientras sus compañeros del gremio la veían aguantar las lágrimas.
Ellos no podían decir nada, no sentían ningún apego hacia el canino. Su jefa en cambio, había tenido más interacción con este, pese al corto tiempo que así fuese.
Se miraron los unos a los otros, y apoyaron sus manos en su jefa para apoyarla por la pérdida.
Scraf, scraft, scraf
Al escuchar un ruido de la tierra, como si alguien escarbase, todos dieron un paso atrás. Miraron alrededor... y el ruido volvió a sonar.
Scraf, scraf, scraf
El ruido venía de donde habían enterrado al perro.
Una cabeza peluda salió del suelo, mirando con su cara tierna de siempre a los miembros del gremio.
Shinma estaba vivo.
— ¿Aaaaaaaaaaah?
— ¿Q... Qué es esto?
— Jefa, ¡Shinma está vivo!
La jefa también se quedó estupefacta, mientras los demás intentaban alejarse un poco del canino.
La jefa ayudó a desenterrar al canino, cargándolo en brazos.
Con la mirada estupefacta, colocó su oído en su pecho...
Los latidos eran un poco más altos de lo normal, pero se iban estabilizando.
El canino parecía estar en buen estado, como si nada.
— Este cachorro... ¿Puede regenerarse? —Comentó la jefa, poniendo su mano sobre la cabeza de Tenma, quien le lamió la mano felizmente.
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