La vida de Tenma, un chico urgido en plena adolescencia, llega a su fin tras un asesinato a medianoche. Sin embargo, es reencarnado en un perro Shiba Inu quien al poco tiempo es adoptado por la lider de un gremio. Presentandole así una nueva oportun...
La rata madre atacaba a diestra y siniestra a cada rata del bando enemigo que quería buscar la ruta de escape. Se aseguró de que ninguna saliera viva del sitio, mientras sus refuerzos vigilaban la otra ruta de escape. Se asegurarían de matarlos a todos cueste lo que cueste, tomando aquel territorio a las malas.
"Chiiiiiii"
Un fuerte chillido desvió la mirada de la gran rata madre, quien vio como alguien salía al ataque entre las sombras, atacando una de sus ratas.
"Esto es comida. Esto es comida. Esto es comida"
Tenma se concentraba en atacar a las ratas que estaban alejadas del grupo principal, con el fin de poder derrotarlas casi sin problemas. A su vez, se convencía a sí mismo que aquello era por razones de supervivencia.
Pero en el fondo, el olor de la carne y el sentido de sentirse superior lo estaban apoderando.
Tras haber derrotado a una de las ratas, escuchó como se acercaban a él varias de estas. Levantó la mirada un breve segundo, viendo que la rata madre le chillaba a él particularmente.
Había llamado demasiado la atención con su tamaño y apariencia.
Unas ratas le saltaron encima, mordiendo sus patas y orejas, haciendo al joven canino chillar de dolor, sintiendo como sus mordidas eran bastante profundas, comenzando a arderle su propio cuerpo por dentro.
["¡¿Pero qué estás haciendo?!"]
El ángel se aparece lejos, algo asqueado, sabiendo que igual no podía hacer nada. Este observó a los alrededores, mirando como más ratas marrones terminaban con la vida de las ratas azules.
Estaba siendo una masacre para las propietarias de aquella caverna, pues las ratas marrones ganaban en multitud y fiereza.
Tenma ahora senti el dolor que estas mismas ratas proporcionaron. Pero pese al dolor constante, hizo lo posible por no rendirse.
Tomo de la cola a una que se la habia subido a la cabeza y la tiro contra las ratas que estaban en su cuerpo.
Por un momento, pudo levantarse y retroceder, pero las ratas volvieron a perseguirlo al instante.
"Si utilizo los peces de mi inventario puedo o bien distraerlas o tumbarlos con ellos. Pero... perdería la oportunidad de venderlos."
A más se acercaban la gran parte de la colonia hacia él, tomó la decisión que debía tomar, tirando de su inventario el montón de peces que había guardado.
Las decenas de peces cayeron encima de las ratas de un portal, mientras Tenma veía como su inventario se iba vaciando. Pero no desaprovecharía el momento: En tanta confusión por parte de las ratas, confundidas por el aroma a pescado, recibieron varias un ataque sorpresa por parte del canino, quien las empezaron a morder y sacudir a podían.
[Nivel de experiencia necesario alcanzado:]
[Shiba Inu sube al nivel 2]
Tenma escucharía los sonidos de una ventana emergente, viendo como, tras haber quitado parte del cuello a una rata, su cuerpo empezaba a curarse solo.
"¡Me encuentro mucho mejor!"
"......"
"¿Subir de nivel me cura toda la barra de vida?"
En su momento de confusión, la rata madre se le había acercado por la espalda, atacándolo de un coletazo, tirándolo con fuerza contra una de las paredes.
Tenma sintió el dolor de los cientos de rocas cayendo encima de él, quedando atrapado encima de estas.
La rata madre le soltó un gran chillido, mostrándole sus enormes colmillos.
Le esperaba la muerte al indefenso canino.
["Mierda, mierda, mierda"] —El ángel empezaba a entrar en pánico, mirando aterrado a la madre rata.
No sabía que podía hacer, pero simplemente salió al ataque hacia esto.
Tenma abrió más los ojos al ver lo que estaba pasando frente suyo, sintiendo como la caverna empezaba a temblar un poco.
El ángel había llegado a meterse dentro de la rata, poseyéndola.
Los ojos de la rata madre pasaron de rojos a amarillos, con un destello de luz dentro suyo que resplandían por sus ojos, boca y orejas.
La madre rata miró sus propias manos, luego su cola, y finalmente al canino enterrado bajo rocas.
— ¡¿Podía tener todo este tiempo?! —La madre rata gritó, estando poseída por el ángel, pero perdiendo el equilibrio—.
— ¡Y puedes hablar! —Exclamó Tenma, tratando de zafarse de las rocas, soltando un suspiro algo adolorido—.
Tenma se alegró por la ventaja novedosa que habría tenido, pero vería como las ratas marrones se habían detenido de atacar a las ratas azules, prestando su atención a la rata madre, quedándose quietas.
— Chiiii, chiii
— Chiii, chiii
Las ratas consiguen chillar ya murmurar entre sí, rodeando a la rata madre. En cambio, esta, intento levantarse, pero parecia que hasta respirar le costaba.
— ¡¿Cómo mierdas... funciona un cuerpo mortal como este?!
Tenma bajo las orejas, temiendo que podría suceder.
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