04: Bosque de Luna

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[Bella Swan]

Desperté a lo que a mi parecer fueron horas. Ya el sol se ponía en el horizonte con intenciones de ocultarse para así dar paso a la luna y su noche.

El cielo era de colores cálidos y brillantes, una hermosa obra de arte digna de presenciar. La temperatura estaba decayendo y yo empezaba a tener frío.

Mi cuerpo débil empezó a temblar, los escalofríos ascendían desde mis piernas hacia mi columna. Me encogía en posición fetal y presionaba mis brazos contra mi cuerpo intentando disminuir el frío.

Mis dientes chocaban, el sonido producido era como si movieran perlas y que éstas se toparan con las otras.

Y sólo me preguntaba: ¿Por qué a mí? Nunca había sufrido demasiado por algo o alguien, y ahora me siento pésima, no por Edward, sino que por mi debilidad.

Como tal nunca me había mostrado débil ante nadie, y hacerlo me hacía sentir expuesta, como un libro abierto esperando a que lean sus más grandes secretos. Obviamente mi fachada de la débil y tonta Bella era una actuación, después de todo, hay que ser la imagen exacta de la perspectiva de los padres.

Tenemos que ser sinceros, inteligentes y sobre todo... "inocentes".

Estar al margen de las opiniones y demostrar una gran relación con ellos.

Y sí, hablo por René, mi "mamá".

Aún recuerdo que ella no quería que viniera a vivir con mi papá, trató de poner miles de excusas y ninguna pudo conmigo.

Y no sé qué es peor.

Me dolía todo; mi corazón, mi cuerpo, todo. El frío calaba por cada fibra de mi ser y mis pensamientos no ayudaban mucho, tenía que levantarme para llegar a casa.

El cielo ya estaba oscuro y las estrellas brillaban cuan hermosos destellos de brillos. No me había dado cuenta que ya no estaba en la mansión Cullen, ahora me encontraba en un prado en medio del bosque.

La luz de luna danzaba hacia mí con la clara intención de envolverme en su manta cálida y resplandeciente.

Las estrellas caían rendidas con una canción que resonaba por todos los rincones. Del bosque salían destellos de colores que se movían con la brisa salvaje creando así un baile de luz.

En el prado había una laguna, su agua cristalina que poseía una claridad que cualquiera pensaría que aquel líquido era irreal.

De aquella laguna salían las canciones, hilos de colores y los destellos se creaban ahí, moviéndose con una velocidad, parecía juguetón.

Me dije: Esto debe ser un sueño.

Pero el problema era que se veía tan real y tan cálido. La paz que una vez me atormentó se convirtió en paz verdadera.

Eso me recordó aquel día, ese día en que todo empezó, el día en el que él me dejó. Nunca estuve tan agradecida por el abandono de alguien, pero esto me ayudó a abrir los ojos.

Mis ojos se abrieron, y nuevos sentimientos vinieron.

Ahora tengo una nueva oportunidad, y sabía que la iba a aprovechar bien.

El tintineo de campanas captó mi atención, salí de mis batallas internas y sentí que mi cuerpo era liberado; el dolor se había ido y el frío había disminuido.

La luz de luna me bañaba, y como aquella vez... mi cuerpo cambió.

Olas de brillo plateado se extendieron por toda mi piel, mi corazón se iluminó de un destello carmesí.

Vulturis Ocultos: Odio Y Cupido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora