Capítulo 1

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Cuando Jimin escuchó el motor de una moto fuera del local, no pudo evitar mirar por los cristales a quien sea que fuera que se estacionara frente al tranquilo local de comida vegana en donde él había conseguido un trabajo.

Bajó el libro que estaba hojeando, curioso, al ver a un hombre enfundado en un skinny jean de mezclilla, una camisa blanca y una chaqueta de cuero que le quedaba como un guante.

Jimin se extendió sobre el mesón por encima de la caja registradora y se relamió los labios al ver al extraño sujetar su casco y comenzar a quitárselo de la cabeza.

—Mierda… —susurró quitándose los lentes, observando al adonis que se acercaba a la puerta del local. 

De tez pálida, cabello negro ligeramente largo, mirada felina tan penetrantes que Jimin se sintió intimidado aún si el hombre no le estaba mirando, y unos finos labios rosados que parecian cerezas tan dulces que Jimin quería probar.

Apenas escuchó la campanilla que indicaba que aquel guapo ser había entrado al local, Jimin rápidamente volvió a su sitio en la silla y se acomodó unos cabellos desordenados que tenía, aclarando sutilmente su voz. Vió al hombre caminar como modelo hacia la caja registradora, inspeccionando el lugar con el casco entre su brazo y costilla pero sin mirarlo a él. Cuando llegó a la barra, este bajó la mirada hasta su lugar esbozando una pequeña sonrisa, logrando que Jimin tragara saliva tan nervioso que se tuvo que obligar y esforzar para no tartamudear.

—Ho-hola, bienvenido a Greentea. ¿Qué desea pedir? —logró decir.

Jimin sintió el impulso de llevarse uno de sus dedos a la boca, un mal hábito que tenía, por lo que para evitarlo se mordió el labio para bajar su nerviosismo al sentir al atractivo hombre que estaba frente a él inspeccionándolo como un pedazo de carne.

—Lo siento, no vengo a comprar.

Jimin se sintió confundido un poco. ¿A qué venía si no era por eso?

El hombre, sin dejar esa sonrisa altanera, frunció ligeramente el entrecejo. —Vengo en busca de Kang Eunhye. Trabaja aquí, ¿no?

Enseguida Jimin sintió cómo le tiraban un balde de agua fría a la cabeza, sus labios apretándose y atinando solamente a asentir. Porque tal vez ese hombre era algo de su compañera Eunhye, tal vez era su novio, y la leve esperanza de poder conocerlo estaría arruinada. 

—E-eh, sí... Voy a ir a buscarla. —sonrió torpemente, pareciendo más una mueca, y apuntó con su pulgar hacia la cocina donde su compañera seguramente estaría esperando un pedido.

—Dile que Yoongi la busca.

Jimin asintió, sin dejar de mirar al hombre mientras se bajaba torpemente de la silla, y finalmente giró para ir en busca de su compañera. 

Se pasó una mano por el rostro y bajó la mirada para entrar por la puerta que separaba la cocina del local, y pronto vió a Eunhye hablando amistosamente con uno de los cocineros el cual Jimin no recordaba su nombre.

—Eunhye… —la llamó.

La chica dirigió su mirada inmediatamente hacia su dirección, enarcando una perfilada ceja.

—Un tal Yoongi te busca afuera.

El rostro de la chica se iluminó como un lucero resplandeciente, y Jimin sintió nuevamente aquella amarga sensación de no poder conocer al grandioso hombre que seguramente tenía una relación más que amistosa con Eunhye.

—Oh, ¿puedes decirle que me espere un poquitín? Entrego este pedido y termina mi turno. —ella sonrió, aplaudiendo sutilmente ante el asentimiento crudo de su compañero.

Jimin se dió la vuelta, pasando sus manos por el bonito mandil blanco decorado con flores y hojas bordadas color verde, y salió de la cocina soltando un pequeño suspiro, mirando después al tal Yoongi apoyado en un codo sobre la barra individual mirando los distintos tipos de cafés e infusiones que él mismo se encargaba de preparar.

—Ella dice que espere un poco… Su turno termina en un par de minutos. —dijo al llegar a la caja registradora.

Yoongi exhaló sonoramente, casi rodando los ojos ante lo dicho, y sacó su teléfono para ver la hora. —Está bien.

Jimin se sintió un poco intimidado ante las acciones del tipo. No le había enojado él, ¿cierto?, porque no tendría sentido.

Intentó apartar la mirada del hombre a un metro suyo cuando llegó un cliente pidiendo un bubble tea de leche de soya con vainilla, pero mientras se levantaba y hacía el pedido en el espacio que tenía, no podía evitar mirar de reojo al conocido de Eunhye, sintiéndose sonrojar cuando una de esas veces el tipo le estaba mirando.

—¡Yoongi!

Jimin pegó un salto con un pequeño grito al escuchar a Eunhye salir por la puerta con un plato en mano, para seguidamente dejarlo frente a una señora con una sonrisa. No se había dado cuenta de lo tenso que estaba ni tampoco de la pelea de miradas que Yoongi y él estaban disputando. Tapó el bubble tea y se giró para entregárselo al cliente deseándole una buena tarde, y vió a una efusiva Eunhye abrazar al tal Yoongi con un cariño especial, y este, rígido como una piedra, acariciándole los hombros casi imperceptiblemente.

Ignoró exitosamente la conversación revisando su calculadora en su teléfono para pasar desapercibido. También cuando Eunhye fue a buscar sus cosas y dejó a Yoongi nuevamente, frente a él.

Pero su curiosidad fue tanta que, cuando ellos se estaban marchando, volvió a mirarles, llevándose la sorpresa de que Yoongi iba un paso más atrás que la chica y había girado la cabeza en su dirección. Por su torpeza extrema, Jimin accidentalmente presionó un botón de la caja registradora haciendo que se abriera el contenedor del dinero y lo golpeara directamente en la barriga. 

Dios, Park Jimin era un payaso. 











FOR ME? ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora