Capítulo 2

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Un día después, Jimin estaba llevando hábilmente un latte a la mesa de una chica cuando sintió el tintineo de la campana. Giró su cuerpo luego de dejar el latte de la cliente y recibir una sonrisa amistosa por parte de ella. Lo primero que vió, fue ese casco de motocicleta que él ya conocía, y luego de ver el perfil de aquella persona, su estómago dió un vuelco al reconocer a Yoongi.

Esta vez llevaba una camisa arremangada negra con líneas blancas con un estampado extraño, y Jimin podía jurar que cualquier cosa que le colocaran a ese hombre se vería maravilloso.

Se quedó congelado en su sitio al ver cómo Yoongi reparaba en su presencia a dos metros y le sonreía mordiendo ligeramente su labio inferior. Casi se le cae la bandeja ante lo caliente que se vió aquello, pero logró estabilizar sus manos y el ritmo de su corazón al verlo caminar hacia la barra.

Eunhye le saludó nuevamente con un eufórico abrazo, diciéndole algo al oído y Yoongi asintiendo sutilmente, para luego seguir paseando entre las mesas con algo de apuro. Jimin sabía que aún no terminaba el turno de su compañera, por lo que Yoongi tendría que permanecer en el local el tiempo que le restara a ella.

Soltó un suspiro sin saber si eso era bueno o malo y, retirando la vajilla y la cuenta de un cliente que ya había pagado, se dirigió a la barra intentando verse desinteresado y natural. Entró a la cocina un par de segundos para dejar la vajilla sucia y salió de allí con la libreta de la cuenta en su mano, abriéndola y ojeando la boleta desconcentradamente mientras se dirigía a la caja (la cual estaba a la izquierda de Yoongi) y abrir el cajón para guardar los billetes tortuosa e intencionalmente lento. Pestañeó repetidas veces antes de tomar el impulso de levantar la mirada y encarar a Yoongi, y al hacerlo, vio que el hombre lo miraba sin disimulo. No sabía cómo tomar aquello. ¿Se estaba burlando de él? ¿O capaz lo encontraba lindo?

Jimin niega casi imperceptiblemente; Yoongi estaba con Eunhye, no podía ilusionarse solamente porque le mirase mucho.

—¿Cómo era que te llamabas?

Jimin se sobresaltó por la voz de Yoongi, que no era tan grave pero sí profunda. Por alguna razón la sintió como la voz más exquisita que había escuchado. Seguramente el hombre sería un buen cantante o rapero, no lo sabía, pero desearía poder escucharlo todo el tiempo posible.

«¡Concéntrate! ¡Te preguntó el nombre!»

—¡Oh! Uh-eh... —cerró la caja con un brusco movimiento de caderas— Me llamo Jimin —sonrió, algo incómodo por el silencio formado entre ellos, por lo que abrió la boca para soltar lo primero que se le pasase por la mente—. ¿Y tú?

«¡Ya sabes su nombre, pedazo de inútil!»

Yoongi le dedicó una mirada dolida, y Jimin se mordió el labio queriendo suspirar porque, joder, no había sido buena idea hacer esa pregunta.

—¿Tan rápido te olvidaste de mi nombre? Ah... qué mal me haces sentir. —Yoongi hizo una pequeña mueca pasando una mano por su nuca.

Jimin se alarmó levantando las manos. —¡No! Uh- ¡Sí me acuerdo! T-te llamas Yoongi.

Y casi llora de alivio al ver el rostro del hombre volver a suavizarse, esta vez con un tono burlón que decidió ignorar. No funcionó. Yoongi se estaba burlando de él y sus mejillas enrojecieron mientras miraba hacia otro lado.

—E-es que atiendo a tanta gente que se me olvidan sus nombres, lo siento. —musitó Jimin.

—Mmm... Está bien. —Yoongi asintió sin dejar de sonreír con diversión, ahora apoyando sus brazos en la barra.

Dios, ese hombre era tan imponente que Jimin tenía tantas ganas de experimentar cómo se sentiría tener esos brazos abrazando su cintura o sus caderas con posesividad y firmeza.

Se agachó entre los estantes fingiendo buscar algo solamente para estremecerse y borrar aquellos pensamientos. Y se quedó allí agachado hasta escuchar la voz de Eunhye del otro lado de la barra junto a la de Yoongi que era tan tranquila, incluso aburrida.

—¿Jimin? —llamó su compañera inclinándose sobre la barra. 

Él salió de su escondite soltando un pequeño sonidito en respuesta y sin despegar sus ojos de Eunhye, porque no quería cruzarse con los de Yoongi.

—¿Podrías cubrirme por esta media horita? —preguntó ella casi con súplica y ojitos de cachorro.

Jimin suspiró, estaba algo cansado, pero asintió sutilmente mirando hacia abajo.

Escuchó un pequeño "gracias" de Eunhye antes de agarrar su bolso con una mano y sujetar la mano de Yoongi con la otra; el hombre la miró con extrañeza dejando su mano estática y que ella la envolviera entre la suya sin entrelazarlas.

—Te debo una. Adiós~ —canturreó Eunhye jalando a su acompañante fuera del local con rapidez.

Jimin no alcanzó a despedirse, pero sintió cómo se derretía al ver a Yoongi voltear hacia él y sonreirle agitando suavemente su mano libre.












FOR ME? ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora