FOR ME? ➸yoonmin

Capítulo 11

Al día siguiente, Jimin había pedido ese día como libre al despertar en el baño vomitando bilis y con un preocupado Hoseok llamando a Seokjin para avisar que él no podía ni levantarse.
  
Jimin lloró nuevamente, pero esta vez por el característico dolor estomacal que causaba la misma enfermedad que siempre le daba cuando niño: gastroenteritis; retortijones estomacales que llevaban a la desesperación y vómitos incontrolables que lo dejaban totalmente exhausto.

Hoseok se había saltado sus clases en el instituto para asistirlo.
  
—Tranquilo, traje una infusión de peumo y un poco de medicamentos.

Jimin sintió las suaves manos de su amigo en su cabello transpirado por el esfuerzo de aguantar el dolor, e intentó enderezarse lo suficiente para recibir el medicamento que se le ofrecía en una cuchara. Tragó la asquerosa y fuerte sustancia lo más rápido posible, antes de sentir cómo Hoseok le retiraba la cuchara de su boca y la reemplazaba por la bombilla de metal que tenía la taza, así que succionó debilmente, sintiendo el ahora amargo líquido caliente pasar con menor dificultad el medicamento.

Luego de que Hoseok le diera aquella infusión y un par de caricias para calmarlo, Jimin cayó dormido y completamente agotado siendo recién las 9 de la mañana.

Cuando despertó, suspiró al sentir los retortijones mucho más soportables que antes y que las náuseas ya habían desaparecido por completo; de todas formas ya no tenía nada más que vomitar, no había comido alguna cosa en todo el día y, según su teléfono, eran las 2 de la tarde. Revisó su mensajería entre quejidos antes de que Hoseok se diera cuenta de que estaba despierto, y para su suerte, tenía un mensaje de cierto hombre de tez pálida que le había estado ignorando.

MYG: Jimin, Eunhye me dijo de que estabas enfermo. ¿Cómo estás? ¿Qué tienes? ¿Necesitas algo?

Se lo había enviado hace un par de minutos, y Jimin tuvo la mala suerte de que Yoongi se conectara mientras leía los mensajes, comenzando a escribir de nuevo.

MYG: ¿Estás muy mal? Me preocupa lo que sea que te haya pasado.

Jimin frunció el entrecejo, no estaba para nada de humor desde ayer, menos ahora que lidiaba con su propio cuerpo. Así que moviéndose torpemente, sujetó con dos manos su teléfono y tecleó un par de veces para responderle.

P. Jimin: Estoy bien.

Quiso dejar su teléfono para avisarle a Hoseok que ya estaba despierto, pero el aparato volvió a vibrar antes de que lo soltase, por lo que con un jadeo volvió a desbloquearlo.

MYG: Está bien, lo siento, perdón.

MYG: No te he hablado estos últimos días, pero tengo mis razones y juro que te las diré mañana.

MYG: O cuando te sientas mejor, no quiero que vayas a la cafetería si es que te sientes muy mal.

MYG: Te quiero, Jimin.

Jimin gimió de dolor al ver el mensaje, no sabía si fue la enfermedad o su nerviosismo lo que causó aquello, pero inevitablemente sus mejillas enrojecieron ante eso. Pronto sintió las pisadas de su amigo cerca, por lo que con rapidez bloqueó el teléfono e intentó incorporarse.

Por la puerta apareció Hoseok con una pequeña bandeja en mano, sonriendo cuando se dió cuenta de que Jimin estaba despierto y viviendo. Dejó la bandejita a un costado de la cama, Jimin dándose cuenta de que eran simples galletitas soda con mermelada de fresa.

—Hey, ¿estás bien?

Jimin asintió, y ante eso, Hoseok tomó una de las galletas e intentó colocársela en la boca. Jimin hizo una mueca, no sentía nada de apetito y su estómago amenazaba con expulsar todo lo que quedaba allí (que no era nada) con tan solo el olor de la mermelada.

Odiaba estar enfermo, no le pagaban los días libres, no quería ir a gastar dinero en algún hospital, y para colmo, ahora tendría que esperar aún más a lo que Yoongi deseaba decirle.

Al recordar al hombre, una pequeña sonrisa surcó en sus labios. Él le había dicho que le quería, ¿no?. Y Jimin tenía la esperanza de que no fuese de forma amistosa, aparte de que conocía lo suficiente a Yoongi como para saber lo que decía en serio y lo que no.

Min Yoongi lo quería, era una buena señal. O al menos eso esperaba.
  
Jimin sintió de pronto una galleta en la boca, Hoseok se la había metido mientras se encontraba perdido entre sus pensamientos, por lo que gruñó ante lo mal que se sintió al tragarla.

Bueno, al menos durante esos dos días que eran los peores, bajaría 3 kilogramos de peso y estaría más delgado.

Seokjin lo llamó al día siguiente, cuando todavía estaba en cama, para contarle lo mal que le trató Eunhye y un par de cosas más para alegrarle la mañana, por supuesto.

Sus energías estaban por el suelo debido a que había vomitado lo poco que Hoseok le había dado ayer por la noche, así que cuando Seokjin terminó la llamada, Jimin durmió todo el día con tal de evitar el dolor y los aromas de cualquier cosa que le rodeaban.
  
Hoseok lo despertó a las 5 de la tarde para darle medicamento y algo de arroz blanco con otro par de galletas con mermelada. Y cuando Jimin terminó de meter la última cucharada de comida a su boca, su amigo le dejó solo con la excusa de que debía estudiar, así que él aprovechó el momento para revisar sus chats y notificaciones de Twitter e Instagram. Fue entonces que vió el pequeño mensajito de Yoongi que le había dejado a la hora del almuerzo.

MYG: ¿Cómo te encuentras hoy, Jiminie?

MYG: Espero que bien.

MYG: Hoy debía explicarte todo, pero no te alarmes, cuando vuelvas recuperado a la cafetería pasaré por ti. ♡

Jimin se mordió el labio inferior negando con la cabeza, miró por la ventana el bonito sol que había y el viento fresco volar todas las hojas de los árboles que ya empezaban a caer.
  
Min Yoongi definitivamente le gustaba, y mucho.