FOR ME? ➸yoonmin

Capítulo 16

Jimin se sobresaltó al sentir la puerta de la sala de empleados ser abierta y cerrada en un segundo detrás suyo. Su turno había terminado ya alrededor de las 4:30 p. m., y realmente le dolía el estómago tener que comprar aquella pizza, pero todo para que al menos Hoseok se calmase un poco y no le fuera a contar a medio mundo. Sin embargo, al parecer, sus planes se verían un poco frustrados y no sabía si de buena o mala manera.

Giró su cabeza un poco, abriendo los ojos al ver a Yoongi sonriéndole socarronamente apoyado en la puerta de la sala de empleados, obstruyéndola con su cuerpo al mismo tiempo de que cerraba con pestillo con una de sus manos que tenía detrás en la espalda.

—¿Que-qué haces acá? —preguntó, sintiendo algo de pánico con el hecho de que alguien podría intentar entrar a la sala de empleados y verlos— ¿Cuando llegaste?

—Hace cinco minutos. Te estaba esperando afuera pero... te vi entrar aquí y me escabullí por la cocina hasta acá —Yoongi rió por su pequeña travesura—. Fue bastante fácil, las dos chicas que estaban al frente estaban demasiado ocupadas y tu amigo en la cocina estaba de espaldas.

Jimin llevó uno de sus dedos a la boca para morderlo, nervioso. Al verlo, Yoongi dió un par de pasos cruzando la sala hasta estar frente a él y sujetó las cintas del mandil del Jimin y lo jaló hacia sí mismo, atrayéndolo contra su pecho y provocando que este soltara un gritito, seguidamente, posó sus manos en la cintura del bonito hombre.

—Yoongi... —Jimin susurró aún mordiéndose la uña y miró por sobre el hombro contrario la puerta; sabía que estaba cerrada pero tenía miedo de que Seokjin o sus compañeras llegaran e intentaran abrir.

Yoongi cerró los ojos y apoyó su cabeza contra la de Jimin, una sonrisa tranquila en su rostro y sintiéndose en paz. Durante aquello, Jimin dejó caer sus manos en el pecho de Yoongi, cerrando sus ojos también y dejándose cautivar por la agradable tensión que recayó sobre ellos.

El perfume de Yoongi se escabuyó su nariz y se sintió tan cómodo, tan en casa, y sentir la cálida respiración de Yoongi en sus mejillas le calentó el pecho. Ronroneó suavemente ante las caricias en su espalda baja, y se dejó llevar por Min Yoongi en su totalidad.

Aquel hombre de tez pálida tenía tanto poder sobre él, podía controlarlo como un títere, y no iba a negar que le daba algo de miedo ser tan influenciable de alguien. Pero todo lo que hacía, todo lo que Yoongi le mostraba y le hacía sentir, le quitaban ese miedo y lo reemplazaban por ganas de besarlo hasta cansarse. Y tomando la delantera, buscó los labios de Yoongi con algo de hambre.

Jimin sintió a Yoongi apretarle más contra sí, como si en cualquier momento él fuera a desaparecer, y él se sintió tan seguro entre sus brazos, tan feliz. Recordaba esos días en donde soñaba con tener los brazos de Yoongi alrededor suyo, y ahora que los tenía, no quería separarse de aquellos nunca más.

Luego de unos segundos interrumpió el beso y abrió los ojos con una radiante sonrisa, encontrándose con los penetrantes ojos de Yoongi mirarle como si fuese un tesoro.

—Bueno, creo que nos estamos adelantando mucho en esto. —Jimin comentó y soltó una risita.

—¿Te molesta? —preguntó Yoongi con picardía.

Jimin entrecerró los ojos. —No, para nada.

Yoongi rió y volvió a rozar sus narices. —Te extrañé mucho esta noche, no podía esperar a besarte nuevamente.

Jimin apoyó su cabeza en el hombro del hombre y con sus manos acariciaron el pecho de este, cerrando sus ojos a gusto por la sensación de cariño que Yoongi le transmitía.

—Me di cuenta, te metiste a mi trabajo y me encerraste aquí. —bromeó.

Yoongi resopló. —Claro, y te he dejado incapacitado de escapar, ¿cierto?

Jimin asintió.

Yoongi soltó una risa y se alejó para recoger las cosas de su chico. —Te voy a robar por un par de horas, vamos.

Y bueno, Hoseok jamás obtuvo su pizza ni su juego de Disney.