Capítulo 14

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Jimin soltó una risa forzada esperando a que Yoongi le dijese que aquello que había dicho era una mentira.

Pero no pasó. Yoongi mantuvo ese semblante serio en su rostro.

—Es... una broma, ¿no? —Jimin ladeó la cabeza viéndose nervioso y sin saber el por qué de pronto se sentía así. Posó una de sus manos en su rodilla y la otra fue directo a su boca, en donde comenzó a mordisquearse el dedo pulgar como un bebé.

No podían culparlo, tenía una fijación oral bastante fuerte; todo aquello que tuviese en la mano y entrase en su boca terminaba allí siendo mordisqueado por sus dientes.

—No, Jimin, no es una broma —Yoongi suspiró. Rápidamente comenzó a guardar los recipientes y envases vacíos en el bolso donde los había traído para luego gatear la pequeña distancia que lo separaba con el contrario y acomodarse cerca suyo, sonriendo tontamente al verlo bajar la mirada y pellizcar con sus dientes furiosamente su dedo pulgar—. Eunhye nunca fue mi novia —confesó y rascó su nuca, viéndose algo apenado ante lo que acababa de decir—. Debo explicarte todo para que lo entiendas, así que préstame atención —con su mano derecha le dió un pequeño empujoncito hacia arriba al mentón del otro hombre para lograr que este le mirase de nuevo—. Te dije que estudiaba música, ¿cierto?

Jimin asintió viéndolo a los ojos.

—Bueno, mi mejor amigo estudia en la misma universidad que yo, pero él estudia pedagogía en biología. Lo mismo que Eunhye. Un día me encontré con ellos dos a la salida, ya que Namjoon estaba en un pequeño informe junto a Eunhye, y es allí donde la conocí.

Yoongi no había quitado su mano del mentón de Jimin, dándole pequeñas caricias mientras el otro asentía escuchándolo atentamente.

—Yo noté enseguida que Eunhye quedó enganchada conmigo, ya que al siguiente día ella ya tenía mi número de teléfono —continuó Yoongi—. Hablé con ella alrededor de dos semanas. Ella me preguntaba cosas y yo solo le respondía; no soy bueno siguiendo conversaciones y Eunhye en ese momento no era la persona más interesante del mundo.

Jimin esbozó una pequeña sonrisa negando con la cabeza. Yoongi era alguien de muy pocas palabras a través de mensajes, y él tenía algo de suerte al verlo interesado por sus temas de conversación por mensaje, pero al comienzo, fue bastante incómodo al no saber qué escribirle.

—Ella un día me dijo que tenía algo que decirme y me citó en el centro comercial para almorzar, hace más o menos un mes —Yoongi rió con incredulidad—. Eunhye... Eunhye me confesó sus sentimientos, y parecía que sabía que yo la iba a rechazar, por lo que antes de que le respondiera me pidió que le diera treinta días para intentar enamorarme.

—¿Ah? —Jimin frunció el entrecejo— ¿Te pidió un mes completo como novio?
  
Yoongi negó con la cabeza. —No, no, ella pidió un mes completo para intentar enamorarme. Y yo, que no estaba interesado en nadie, me dije: "¿por qué no? Es bonita y agradable", y bueno, acepté —se encogió de hombros mostrando una sonrisa—. Pero, digamos que fue un mes perdido para ella, porque ya el primer día intentando enamorarme apareciste tú y... —apretó los labios y apartó la mirada algo avergonzado— Apareciste y no pude evitar pensar que eras el hombre más precioso que pude haber visto.

Jimin pestañeó totalmente enmudecido, comenzando a sentir sus mejillas calientes.

—Y si te fijaste en mí... ¿por qué no se lo dijiste? ¿No pensaste en que la ibas a ilusionar? —logró decir después de unos segundos.

Yoongi volvió a mirarlo. —No soy tan malo como para que al primer día le dijese que ya no la quería, al menos debía intentarlo. Y le dejé muy en claro que no se ilusionara, que yo no la trataría como mi novia, y que si no me enamoraba al final de los treinta días no íbamos a intentar nada —aclaró con seguridad—. Esos treinta días terminaron hace dos, el día que te enfermaste, y le dije a Eunhye que no había funcionado. Ella me rogó, claro que lo hizo, pero no puedo estar con ella cuando en mi mente solo estás tú.
  
Jimin se llevó un dedo a la boca en nerviosismo, comenzando a mordisquearlo mientras fijaba la mirada en un punto en el suelo. —Y... ¿por qué me ignoraste?

Él no le iba a decirle lo mal que se sintió, no sin antes escuchar la razón de Yoongi.

—Quería asegurarme de que no sentía nada por Eunhye y que tú me gustabas, entonces, ¿qué mejor que ver si te necesitaba y extrañaba e intentar actuar como un novio para Eunhye y confirmar mis sospechas?

Jimin ladeó la cabeza alejando su dedo de la boca.

—Perdóname si te hice sentir mal, pero necesitaba saber si de verdad estabas tan metido en mi cabeza para intentarlo contigo. Porque no pienso dar menos de mi cien porciento si se trata de ti. Y mierda, te extrañé muchísimo.

Yoongi se atrevió a tomar la mano de Jimin y este último se sintió derretir, porque la mano sobre la suya era tan masculina, tan perfecta. Cuando sus dedos se entrelazaron Jimin soltó una risita risueña porque su mano con la de Yoongi, juntas, contrastaban tan bien y se acoplaban como piezas de rompecabezas.

—Aparte, lo bueno de no haber cortado esos treinta días es que podía ir a la cafetería con la excusa de verla a ella para verte a ti.

Jimin lo miró incrédulo y le dió un suave empujón. —Eres muy malo.
  
—Claro que no lo soy, a Eunhye se le olvidó un detalle importante al pedirme treinta días para enamorarme.
  
—¿Cuál?
  
—Que soy completamente gay, no me gustan las mujeres.

Yoongi volvió a reir, y Jimin sintió un par de vibraciones en su estómago y espalda ante ese sonido. La risa de Min Yoongi era tan preciosa, de tono grueso, a veces apenas audible porque no le gustaba llamar la atención, y se podía apreciar sus rosadas encías junto a sus blanquecinos dientes haciéndolo ver tierno; una sonrisa que endulzaba la vida de Jimin.

Jimin volvió a sonreír y se acomodó al lado de Yoongi para apoyar su cabeza en el hombro de este y acurrucarse así a su costado, sin soltarle la mano y sintiéndose tan bien, tan afortunado, que todo su dolor físico desapareció. Todas las dudas que tuvo durante esos días se esfumaron de su cabeza al sentir el pequeño besito que Yoongi le dejó en su cabello.

—Entonces... Luego de que te contara todo esto y te dijera que llevo enamorado de ti desde la primera vez que te vi... Supongo que me quieres, ¿no? —Yoongi preguntó temeroso.

Jimin se quedó en silencio, simulando estarlo pensando solo para molestar y desesperar a Yoongi. ¿Que si lo quería? Lo quería mucho en realidad. Tal vez demasiado para lo poco que se llevaban conociendo, pero a él no le importaba en lo más mínimo, era la primera vez en sus veintiséis años que sentía algo así por alguien y no iba a dejarlo pasar como cualquier otra cosa.

Se separó un poco de Yoongi para mirarle y asintió lentamente, viendo cómo el rostro del hombre pasaba de tener un gesto de preocupación a una de alivio en segundos.
  
—Sí, puede ser. —Jimin respondió con una amplia sonrisa.









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