ALESSIA
—¿Dijo que?—preguntó Silvana, mirándome con los ojos muy abiertos desde el otro lado de la mesa.
Asentí con la cabeza, tomando un sorbo de mi café.
—Él lo hizo.
—Guau—susurró ella. —Lamento haber pensado que él sería diferente fuera del trabajo. La pequeña mierda engreída —Parecía asombrada, casi como si no pudiera creerlo. Yo tampoco. Pero dejé de pensar en eso y Silvana me había pedido todos los detalles, mientras tomaba una buena taza de café.
No lo iba a volver a ver, y eso fue todo, pero aun así, entretuve su curiosidad.
—Sí—dije, apoyando mi codo en la mesa. —Eso es básicamente todo. Me acompañó a mi auto y dijo que las cosas no iban a funcionar—dije, haciendo una mueca al recordar los eventos con Diego.
Tomé mi tenedor, listo para cavar mi segundo trozo de pastel. El restaurante en el que estábamos era un lindo lugar ubicado en la esquina de una calle concurrida. Interior con temática de los años sesenta: blanco y rosa pálido. El clásico suelo de damero. Era la primera vez que lo probábamos y ya se estaba convirtiendo en un favorito.
Silvana suspiró, alcanzando la mesa para descansar su mano sobre la mía. Sus uñas estaban pintadas de un rojo brillante, haciendo juego con el color de su cabello. Tenía una expresión de preocupación en su rostro cuando volvió a hablar:
—No tienes idea de cuánto lo siento.
Solté una pequeña risita. Parecía genuinamente preocupada, pero ya lo había olvidado. Sobre todo después de ver a Charles.
—No te preocupes por eso—le dije —La comida era buena disculpa.
Ella sonrió, la tensión desapareciendo de su rostro. —Correcto. La parte importante.
Exactamente
Su sonrisa vaciló rápidamente, reemplazada por otra mirada solemne que me hizo poner los ojos en blanco.
—Lamento no haberme presentado en el club—dijo disculpándose. Al principio, estaba enojado con ella. Posiblemente irrazonablemente loco. Pero ella explicó que su hermano pequeño se cayó y se rompió la muñeca en dos lugares y que era difícil estar molesta por eso.
—Deja de disculparte antes de que te lance este pastel—la amenacé, señalándola con el tenedor. Silvana se rió entre dientes, dando un mordisco a su propio pastel.
—Bien—dijo en broma, mirando su plato. —Déjame compensarte, Alessia. Ven esta noche con nosotros y te prometo...
—No.
—Pero-
—No.
—¿Por qué no?
La miré con incredulidad. ¿De verdad me estaba preguntando eso? —Creo que me voy a quedar en casa—Dije, tomando un bocado de mi pastel de crema de vainilla
—¿Estás segura?—preguntó, y lo pensé por un momento
Quizá salir con amigos, gente familiar, me haría bien. Mirando a Silvana, estuve a un segundo de ceder. Hasta que mi teléfono vibró. Lo cogí de la mesa, le di la vuelta y había un mensaje de un número no guardado.
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-𝐏𝐑𝐄𝐂𝐈𝐄𝐔𝐒𝐄
Fanfiction𝐏𝐑𝐄𝐂𝐈𝐄𝐔𝐒𝐄|"Después de pasar una noche juntos, Alessia nunca esperó volver a ver a Charles. Es decir, hasta tres meses después cuando sus caminos vuelven a encontrarse"