-𝐏𝐑𝐄𝐂𝐈𝐄𝐔𝐒𝐄

twenty-two

ALESSIA POV'S:

Podía sentir los efectos de mi orgasmo aún persistiendo en mis piernas: rodillas débiles y muslos tensos. Mirando a Charles frente a mí, no me importaba que acababa de tener un alivio. Quería otro. El mayor número posible. Estaba desnudo y mis ojos recorrieron su cuerpo, sin molestarme en ocultarlo porque no creo que le importara.

Viéndolo de esa manera, todo perfectamente esculpido e impecablemente entintado. El agua goteaba por su pecho y abdomen, burlándose de mí mientras todo lo que podía hacer era ver las gotas deslizarse a través de las grietas. Era incapaz de mirar a cualquier lugar que no fuera él, demasiado abrumada por la lujuria que me arremolinaba.

Lo quería dentro de mí. Ni sus dedos, ni su lengua. A él. Necesitaba sentir su piel sobre la mía, que me tocara de todas las buenas maneras que sabía.

Lo deseaba tanto que me dolía, y tragué saliva en un débil intento de ocultar cómo me sentía. Mis labios se separaron, mi mirada viajó desde las protuberancias de su estómago hasta su rostro, encontrando sus ojos en mí. Estar en esa proximidad con él en su ducha para dos personas me dejó sin aliento.

Me hizo querer terminar lo que empezamos. ¿Él quería? Por la forma en que me miró, no debería haber dudado de que me deseaba tanto como yo lo deseaba a él.

–Charles—respiré, la palma de mi mano deslizándose contra la condensación en la pared de azulejos.

Sus grandes manos se estiraron hacia adelante, aferrándose a mis caderas y me atrajo hacia él.

—Lo sé. Lo sé—susurró, apoyando su frente contra la mía. —Dame un beso.

No hubo vacilación por mi parte cuando me incliné hacia adelante, dejando que mis labios se encontraran con los suyos en un beso que estaba lejos de ser gentil. Charles dejó escapar un gemido, sus manos en mis caderas me rodearon con un fuerte agarre.

Jadeé, sintiendo que el dolor se encendía en el área, pero no era un dolor que odiara. Lo quería, y mucho más. Mis brazos rodearon su cuello, profundizando el beso y Charles abrió la boca para hacerme saber que él también quería más. Mi lengua se deslizó por su labio inferior.

—Más—susurró en mi boca, las manos en mis caderas bajando a mi trasero.

Mi lengua se deslizó más allá de sus labios, incapaz de contenerme cuando su lengua encontró la mía. ¿Cómo podía un beso sentirse tan bien? Fue solo un beso, pero pude correrme así, sintiendo su piel y sus suaves labios sobre los míos.

Estaba mucho más allá del punto de autocontrol, sin importarme que la desesperación goteara de mí mientras lo besaba un poco más fuerte. Charles gimió, palmeando mi trasero y apretando, arrancándome un gemido entrecortado. Una mano me dejó, acariciando un camino por mi brazo hasta que sus dedos encontraron mi mandíbula y me alejó de él.

Mis labios se sentían fríos sin su toque, pero bajó la cabeza, dejando que su cálida boca se cerrara alrededor de mi pezón y la sensación hizo que mis ojos se cerraran.

Charles gimió, girando su lengua alrededor de mi pezón y se quedó allí mientras hablaba.

–Eres tan perfecta—murmuró. Sus palabras me hicieron fruncir el ceño, el dolor entre mis piernas se intensificó. Necesitaba una liberación y no podía esperar más.