7. Mortífero

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Lo único que se podía escuchar en ese silencioso y aterrador lugar eran los pasos de las dos personas y el dragón que caminaban por allí.

La neblina se extendía rápidamente por el cementerio. Allí, con la poca luz que la luz que la luna les proporcionaba, cazador y jinete comprendieron ambos por fin la expresión silencioso como una tumba.

— ¿Me recuerdas porque estamos aquí de vuelta? — preguntó Luzu, mientras se pegaba mas al jinete y al dragón, con miedo a quedarse solo.

— Aquí vive un dragón que me puede dar un material importante para hacer la prótesis. Un material que tu no me puedes dar. — la voz de Quackity sonaba cansada. Era evidente que el pelinegro no había estado durmiendo mucho por los cazadores nocturnos que vigilaban el bosque, por miedo a que los encuentren a el y a Chimuelo dormidos, indefensos.

— ¿Y puedo saber de que cual se trata?

— No, porque huiras como una niña cuando te lo diga.

— No. No lo hare. Soy un cazador, peleo con dragones diariamente.

-— ¿Y cuantos tienes la seguridad de que has matado?

La cara de Luzu se puso roja y no contesto. Quackity rio por lo bajo.

— Estamos buscando un mortífero nadder. Usualmente vienen a lugares como estos a descansar. Necesito una de sus púas.

El cazador tragó saliva. El mortífero era un dragón parecido a un pájaro que cuando se enoja lanza púas venenosas. Suelen ser muy temperamentales.

— ¿Para que cojones necesitas una púa venenosa?

— Los mortífero solo tienen púas venenosas en su cuerpo y en la cola, las de su cabeza son normales, genio. — dijo con cierto sarcasmo Quackity.

Luzu revoleó los ojos y estaba a punto de responderle cuando Chimuelo y el jinete se detuvieron y miraron alrededor, buscando algo.

Efectivamente lo que buscaban apareció delante de sus ojos.

El mortífero apareció arriba de una vieja estatua. Al ver al grupo, rugió con fuerza, bajo del lugar y levanto su cola listo para atacar.

Como reflejo, Luzu alzó su cuchillo. Y el dragón al ver el arma se tenso.

— Lusu, baja el arma.

— ¿Qué? No voy a bajar el arma. Que él baje su cola. Dile que baje su cola.

— Ellos tienen que confiar en ti primero si quieres sobrevivir. Lusu, baja el cuchillo, déjalo en el suelo.

El dragón se tensaba mas cada minuto. Era una bomba lista para estallar.

— ¿Estas seguro de lo que estamos haciendo, verdad? — pregunto Luzu, mirando a Quackity.

— Yo soy el que monta dragones aquí, Lusu. Confía en mi, baja el arma, lentamente y no lo mires a los ojos.

El castaño asintió con la cabeza, bajo su mirada y lentamente dejo el cuchillo en el suelo, mientras levantaba sus manos para mostrarle al dragón que ya no tenia armas.

Solo cuando Luzu bajo su cuchillo fue cuando Quackity entro en acción.

Lentamente se fue acercando al dragón, con la cabeza baja, e hizo unos movimientos circulares con el brazo, solo para luego levantar su mano enfrente del dragón. Todo esto sin hacer contacto visual con la bestia.

El mortífero dudo, pero lentamente se fue acercando al jinete, solo para luego apoyar su cabeza suavemente en la mano del pelinegro. Luego de esto, Quackity finalmente miro a la criatura a los ojos.

𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯'𝘴 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘤 | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora