12. Eclipse

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La tensión o rechazo que alguna vez hubo en el dúo se había disipado casi de la noche a la mañana. Luzu no se había dado cuenta aun pero encajaban a la perfección a pesar de sus orígenes. Oh, pero Quackity si que se había dado cuenta. Ahora era él el cual observaba al contrario, mientras este cocinaba una cena para ambos.

Pelo castaño brillante y unos ojos rojos que no había visto jamás y aunque Quackity trataba de buscar las palabras para definir las demás facciones de su cara, llego un momento el cual le parecía imposible. Atractivo como el infierno y seductor como la mierda, incluso si no lo intentara. Eso era Luzu a los ojos de Quackity. Pero el pelinegro sabia que no podía caer ante la tentación porque sabia como aquella historia terminaba. Terminaba con jinete y dragón muertos.

— ¿Quieres quedarte a dormir? — Quackity no se contuvo al pensar en aquella posibilidad.

— ¿Qué? — Luzu lo miro estupefacto.

— Pues si, como una pijamada. —Quackity sonrió. Sabia que estaba poniendo al castaño nervioso. — Puedes quedarte después de comer si quieres. A tu hermano no le molestara ¿verdad?

— Eh, creo que no. Nunca le pregunto cuando voy a hacer pijamadas a la casa de Rubius...

— Está decidido, entonces. — aun había una sonrisa en la cara del pelinegro, y una pizca de picardía se podía percibir de sus ojos, brillantes como siempre.

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

Luego de comer, ambos se recostaron al lado de la pequeña fogata que Chimuelo había ayudado a encender. El campamento de Quackity se encontraba adentro de una cueva de oso, al cual el furia nocturna había espantado con facilidad. En el interior, Quackity tenia todo lo que necesitaba y podía protegerse de la lluvia o de otros animales salvajes, sin embargo el dúo decidió dormir afuera, para mirar las estrellas que brillaban con fuerza aquella bella noche.

Ya acostados, ambos se dieron cuenta de la cercanía que tenían. La mitad de sus cuerpos estaban presionados, ya que el pequeño colchón que Luzu pudo conseguir para Quackity no estaba hecho para dos personas.

Sin embargo, ninguno de los dos se quejo ni dijo nada al respecto.

—Háblame de tus padres. — Quackity se dio vuelta para mirarlo, provocando que la presión que tenían desapareciera y Luzu sintiera frio de repente, por la falta de calor corporal.

— Pues de mi parte, no hay mucho de que hablar. - Luzu miro al cielo, para evitar hacer contacto visual con el contrario — murieron cuando yo era pequeño. Tengo vagos recuerdos de ellos. A veces sueño con la risa de mi madre, o con la voz de mi padre, pero no mucho mas. Eso si, mi hermano podría hablar de ellos por horas. Él si los conoció bien.

Quackity lo miro con compasión. Si, sabia lo que se sentía aquello.

— ¿y los tuyos? ¿qué opinaron cuando te convertiste en jinete de dragones? — Luzu sonrió débilmente, y Quackity rio.

— En realidad nunca los conocí. Soy huérfano. El poco tiempo en el cual viví en tu pueblo, lo hice en un orfanato.

Luzu lo miro, con sorpresa,

— ¿Viviste en Karmaland?

— Hasta los 13 años. Luego, Chimuelo llego a mi vida y decidió que no pertenecía allí. Él y yo tenemos la misma edad ¿sabias? — los ojitos de Quackity brillaban de adoración cuando hablaba de su dragón o de otros, provocando un vacío en el pecho de Luzu.

Hubo un momento de silencio, en el cual se dedicaron a mirar las estrellas. Finalmente Quackity hablo.

— ¿Cuántos dragón tienes la seguridad de que has matado, Lusu?

—Ninguno, en realidad. — el castaño suspiro — los cazadores se dividen en tres: Los catapulteros, los hacheros y los tiradores. Los catapulteros usan catapultas con piedras para derribarlos, los hacheros los atacan cuando están en el suelo, con sus hachas. Y los tiradores como yo, usamos las redes para inmovilizar sus alas y que mueran con la caída. Pero nunca es seguro que lo hagan.

Quackity tarareo, indicando que había comprendido. Recordaría eso.

— ¿Y tú? ¿cómo haces para que los dragones sean inteligentes? - era una pregunta que Luzu había querido preguntar desde que lo conoció.

— Nada, en realidad. Los dragones son los animales mas inteligentes que existen, Luzu. La liga de cazadores karmaliences son los únicos que los subestiman. Tal vez por eso sean tan fáciles de saquear — Quackity rio bajito, cerca del oído de Luzu, provocándole un escalofrió.

Quackity subió su mano y empezó a acariciar el pelo de Luzu. El castaño trago saliva, intentando ignorar su piel de gallina.

— Háblame de los dragones, entonces. — Luzu hablo e hizo contacto visual con el pelinegro, el cual sonrió.

— La gran mayoría vive en el Mundo oculto, su hábitat, o el nido supremo, para que lo entiendas mejor. Allí abundan los dragones por todas partes, de especies que no has visto, porque créeme, los dragones que tú te has enfrentado son hormigas comparados a los que hay allí. Ese lugar es donde los dragones van para vivir tranquilos, sin necesidad de tener miedo a los cazadores. Sin embargo, hay dragones que nacieron afuera de el Mundo Oculto, los cuales no saben de su existencia. Ese es el trabajo del alfa. Guiar a todos los dragones hasta su hogar.

— ¿El alfa?

La sonrisa de Quackity se hizo mas grande.

— Oh, si. El alfa. El dragón mas poderoso e inteligente. Todas las criaturas del bosque, incluso los que no son dragones, viven a su servicio. Él habla, la naturaleza escucha.

— ¿Incluso los que no son dragones?

— Sí. Los dragones son la especie alfa del bosque. Los únicos que se niegan a obedecerlos son ustedes, los humanos. Tal vez por eso la rivalidad.

— Hablas como si no fueras humano tu también.

— Creo que deje de ser humano desde hace tiempo, Luzu. He pasado once años de mi vida a su alrededor, descubriendo sus secretos. Me gustaría mostrártelos algún día. Estarías muy sorprendido si supieras la verdad.

Luzu alzo las cejas.

— ¿Qué verdad?

Quackity sonrió, mientras apoyaba su cabeza en el brazo del castaño, sin dejar de jugar con su pelo y mirando al cielo.

— Ya te lo dije. Te la mostrare algún día.

De repente, Quackity se paro y señalo al cielo, mientras daba gritos, asustando a Luzu y a Chimuelo, quien estaba dormido adentro de la cueva.

— ¡Mira Lusu! ¡Mira el cielo! ¡Mira la luna!

Luzu se paro gracias a la ayuda del pelinegro, y cuando miro hacia el cielo, la vista lo dejo sin palabras.

Un bello eclipse adornaba el cielo. La luna estaba delante del sol, pero no la tapaba por completo, dejando ver una parte de este.

— Es hermoso. — Luzu miraba fascinado aquel bello eclipse, mientras Quackity lo miraba a él.

— Si, si lo es.

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯'𝘴 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘤 | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora