24. Antes de conocerte.

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𝐐𝐔𝐀𝐂𝐊𝐈𝐓𝐘

La primavera floreció lenta y lánguida en Karmaland. Lavandas y salvias silvestres ondulaban por las montañas en diferentes tonos de morado y azul, margaritas blancas y amarillas, tulipanes y orquídeas crecían descontroladas por los lechos de los ríos y lagos, junto con el sonrojado y brillante rosa de los cerezos y claveles, que parecían no dejar de florecer incluso en lugares insólitos. Según Luzu, Karmaland jamás se había visto tan bonita, ni tan feliz tampoco. Tal vez se había contagiado de la felicidad de sus habitantes. Jamás había visto tantos colores. Jamás había sentido esta felicidad en el pecho, jamás había sentido que la vida me sonreía así.

Yo llevo un ramillete de cada flor hoy. El día de mi boda.

Sentado con las piernas cruzadas sobre la silla que acompañaba al tocador en donde Rubius y Alexby me habían preparado, miré con atención lo que el espejo delante de mí reflejaba. Miré con atención mis oscuros ojos, los cuales mi amor definía como "la ventana de mi alma". El día que dijo aquello me ofendí porque pensé que insinuaba que tenía un alma oscura, hasta que se lo planteé y él entre risas me dijo "te lo dije porque son hermosos, como tu alma, Quacks". Miré mis lunares, "puntitos negros" les decía yo, "una constelación de estrellas sobre tu rostro" había dicho él. Mi pelo, el cual era tapado con un beanie, como siempre, pero este era diferente, porque era blanco. Miré mi cicatriz, ¡cuántas noches había pasado odiándola! Hasta que apareció él y con pocas palabras, hizo que mi perspectiva sobre ella cambiara radicalmente.

Y finalmente miré mi traje blanco, que hacia contraste tanto con mi pelo, como con mis ojos y mis lunares. El día que decidí ser un jinete de dragones pensé que iba a estar solo con mi furia nocturna para siempre. Ingenuo. Pero ¡vamos! ¿quién hubiera imaginado a Alex Quackity, el jinete de dragones, casándose? Y mira nomas ¡que colmo que es la vida!, ¿Quién lo hubiera imaginado casándose con un cazador?

— Deja de moverte, Quackity — me regaño Rubius, sonriendo, mientras trenzaba pequeñas trenzas en mi cabello, y acomodaba el velo en mi beanie. Alexby, en la otra parte de la habitación, estaba sentado en la cama. De repente una de sus piernas empezó a temblar. Impulso nervioso, diría yo. — Alexby basta, estas más alterado que el propio novio, cálmate. Haces temblar la cama.

— No te preocupes Rubius, esta noche temblará de todas formas — sonreí, y Alexby se quedó quieto como una roca, mientras se ponía de color bordo. Rubius y yo soltamos una carcajada. Como amábamos molestar al pobre Lely.

— Terminé, estás listo — dijo de pronto Rubius. Me paré y di un par de vueltas, mientras él y Lely me canturreaban cumplidos y silbaban.

— Luzu perderá la cabeza al verte — rio Alexby.

— Es la idea ­— guiñé un ojo.

Reímos, tomé mi ramo de flores, y me encaminé al altar.

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

𝐋𝐔𝐙𝐔

Muy pocas veces en mi vida pensé en casarme, creo que incluso podría contarlas con la palma de mi mano, pero la primera vez que pensé en esto de manera seria fue cuando volvimos de la guerra con Quackity. Yo le había prometido que, si sobrevivíamos y si todo salía bien, seriamos felices juntos. Al parecer él no lo había olvidado, porque apenas llegamos a Karmaland, me propuso matrimonio. Yo acepté sin dudar, por supuesto.

Y eso nos lleva a aquí, a este momento.

Mi hermano me sonríe, los invitados se paran, y aquella típica velada de piano empieza a sonar. Se lo que eso significa, contengo mi respiración mientras me doy vuelta.

𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯'𝘴 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘤 | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora