02: El comienzo

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Capítulo dos:

«El comienzo»






Louis despierta al siguiente día luego de haber dormido durante varias horas.

En lo que restó de la noche anterior no escuchó ni un solo ruido proveniente de la habitación de Harry, por lo que supone que descansó tan bien como él ya que es imposible que haya despertado sin enloquecer al segundo, y lo habría escuchado con facilidad si así fuera.

Lo primero que hace al salir de la cama es correr las cortinas de la ventana de su habitación y observar la vista que tiene de afuera. Está haciendo bastante frío debido a que se encuentran cerca de comenzar el invierno, algo que lo alivia un poco porque soportar toda la situación en la que está metido con calor hubiera sido mucho más conflictivo, y ciertamente espera con ansias que comience a nevar. 

Se viste con varias prendas abrigadas tratando de no pensar demasiado en lo que implica cuidar a alguien como Harry. Necesita guardar toda su energía y paciencia para las próximas horas, pues serán las más complicadas debido a que el omega se enfrentará por primera vez a su nueva realidad temporal.  

Estando en la cocina se encarga del desayuno. Probablemente Harry despertará hambriento, tanto como él lo está. La noche anterior lo único que hizo cuando Richard se marchó fue revisar la seguridad de la casa, acomodar algunas de sus pertenencias y las de Harry y luego se durmió. No sé molestó en comer y ahora le está pasando factura. 

Agradece haber escuchado a su madre cuando estaba con vida ya que ella fue quien le dijo lo útil que es para un alfa saber cocinar. Además de asegurarse de tener una cualidad con la que podrá beneficiar a su pareja en un futuro, también lo ayuda a no depender de otros. Ahora entiende más que nunca a qué se refirió en su momento. Está casi seguro de que contando a Harry, es la única persona que sabe cocinar dentro de la casa.  

Hace algunos panqueques, tostadas y té mientras piensa en las ganas que tiene de llamar a su hermana Iris o incluso a Arabella, con quien menos se lleva bien sin importar que tienen una buena relación debido al carácter fuerte de ambos, el cual usualmente los termina dirigiendo a discusiones sin sentido. Aunque cualquiera de las dos estaría bien. Necesita hablar un poco acerca de lo que tendrá que hacer a la hora de cuidar del omega, pues es algo que nunca ha hecho debido a que siempre vivió rodeado de alfas. Excepto por su madre, Vanessa. 

Suspira profundamente y se pasa las manos por la cara luego de haber terminado en la cocina. Trata de no entrar en pánico. ¿Qué tan complicado puede ser lidiar con Harry? Sabe que no es una persona fácil, que no es un omega que se quedará tranquilo y no dará lucha, pero quizá cuando le explique la razón por la que están allí entienda y se mantenga sereno. O al menos un poco.

No escucha ningún ruido en toda la casa hasta al menos media hora después. Cuando lo hace, se encarga de calentar nuevamente el agua, pendiente al momento que Harry entre a la cocina. Ignora sus nervios, de la manera en la que lo ha sabido hacer desde que comenzó a trabajar con Richard, y espera parado de brazos cruzados contra la mesada fingiendo tranquilidad.

Está mirando hacia fuera por la ventana de la cocina cuando aparece Harry. Enseguida lleva sus ojos a él y casi suspira al verlo por primera vez. Luce sorprendido y a la vez confundido. Incluso tiene los ojos llenos de lágrimas. 

—¿Louis?¿Eres tú? —dice con cautela, acercándose de a poco. Algunas lágrimas caen de sus ojos y las quita con rapidez, observando con atención su alrededor—. ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy aquí? 

—Es una larga historia, Harry —responde con un suspiro, tomando distancia de la mesada y caminando hacia una de las sillas cerca de la mesa. Toma asiento sin quitar la mirada de encima del omega—. Lo mejor es que primero comas algo y explicaré cualquier duda que tengas, ¿te parece bien? 

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