━━𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒;; 𝐅𝐮𝐭𝐛𝐨𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚𝐬

𝐋𝐢𝐨𝐧𝐞𝐥 𝐒𝐜𝐚𝐥𝐨𝐧𝐢☆

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𝐋𝐢𝐨𝐧𝐞𝐥
𝐗
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚
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❝fights❞

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Tu vista recorrió cada lugar del predio de entrenamiento, apareciendo fugazmente por los pasillos, tus pasos eran firmes y rápidos, la ira irradiaba de tu cuerpo con cada paso que dabas.

Finalmente una mueca de incredulidad y enojo se formó en tu rostro al ver a tu esposo, después de tantos minutos de búsqueda lo encontraste allí, aquella zona que consistía en un largo sofá en frente de un gran televisor y un par de mesas detrás de este junto con los jugadores en su hora de descanso.

Los presentes volvieron su mirada hacia vos rápidamente, al igual que Lionel, su expresión reflejaba pánico puro, casi temblando bajo tu atenta mirada, era hombre muerto y él lo sabía. Todos se miraban entre sí, divertidos por la situación.

─Hola chicos.─ Saludaste amablemente y con una sonrisa en tus labios, ellos respondieron de la misma forma. ─Lionel.─ Llamaste, él sabiendo lo que le esperaba minutos después, te siguió a un lugar un poco más apartado de los demás.

─Hola mi reina.─ Su vos salió un tanto temblorosa, en su intento de dejar un beso en tus labios pero ágilmente corriste la cara. ─ Amor...─ Suplicó.

─No.─ Hablaste firmemente. ─¡Cómo se te ocurre, Lionel! Te dije que Ian tenía una molestia en el pie, y de igual forma lo llevaste a jugar. ─ Hablaste entre dientes, exhalando pesadamente, como una queja.

─Pero él quiso.─ Respondió.

─¡Pero él es un pendejo y vos sos su padre! ¡Se supone que sos un adulto responsable Lionel, se estiró los ligamentos!─ Casi gritaste, pegándole en el hombro mientras el frotaba sus manos en su cara.

Su acalorada discusión estaba llegando a los oídos de los otros en la sala, pensado en cómo lo iban a descansar toda la semana con el mismo tema.

─Bueno, perdón. Amor.─ Murmuró.

─¿Es lo único que vas a decir? ¿Perdón? ¡Por dios!─ Reíste incrédula, la bronca invadía tu cuerpo por completo, no obstante con haberte mentido, ignorando cada una de tus indicaciones sobre el cuidado de tu hijo mayor.

─Es que-─ Lo interrumpiste abruptamente.

─No, dejá. Me voy a casa, después hablamos. Y me llevo a mis hijos.─ Al terminar tus palabras, te dirigiste hacia la otra habitación con una amplia sonrisa, como si segundos antes no habías estado a punto de matar a tu esposo.

Él salió detrás tuyo, cual nene chiquito que había sido retado por su mamá.

─Vamos mis amores.─ Extendiste tus manos hacia tus dos hijos, para después ser guiados por vos hacia su auto, no sin antes despedirte de los demás allí.

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Horas más tarde luego de eso, finalmente oíste los pasos de Lionel entrando a la casa, encontrándose con Noah y Ian jugando a la play en la sala.

─Hola mis campeones.─ Alborotó los cabellos de sus hijos, dejando un beso en la mejilla de cada uno. ─¿Y mami?─ Preguntó.