2.6.

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Por suerte tras que se lo llevaran, llegaron las ambulancias que nos aseguraron que todos estabamos en buen estado. Tras el chequeo volvimos al hotel donde decidieron quedarse Happy y Peper, pero yo queria saber que narices había pasado por lo que tras cambiarme de ropa y ponerme algo más comodo que el vestido que había estado llevando me dirigí a la habitación de Tony.

- Miriam, ¿qué haces aquí? -me preguntó al verme.

- Se que vas a ir a verle para saber más. Quiero acompañarte.

- No, es peligroso -se negó en rotundo.

- ¿Es más peligroso encarcelado que frente a nosotros con unos latigos capaces de dividir un coche en dos?

- No me vas a dejar decir que no, ¿verdad?

- Tú lo has dicho -le aseguro a Tony.

- Vale, pero tendras que esperar fuera mientras hablo con él -me puso como condición.

- Bien, acepto -dije para seguirle mientras ibamos al taxi que había llamado, puesto que todavía no había conseguido otro coche y Happy no estaba en condiciones de conducir.



- Hemos verificado sus huellas y no hemos obtenido nada, ni siquiera un nombre -comentó el policia en italiano, un idioma que yo entendía.

- ¿A dónde vamos? -le pregunto Tony también en italiano, mientras los policias nos guiaban.

- Allí. Ni siquiera sabemos si habla su idioma. No ha dicho una palabra desde que llegó -nos informa el mismo policia.

- Cinco minutos -le pide Tony-. Permitame, todo ira bien.

- Ten cuidado Tony -le dije preocupada, por que a pesar de que ultimamente no se haya comportado dela mejor manera, aun me importa muchisimo.

- Cinco minutos, le vigilaremos -le dicen antes de dejarle solo con el preso.

Al salir Tony se veía afectado, trate de hacer que me dijera que había pasado, pero me decia que no había pasado nada y que yo solo estaba exagerando. Pero lo veia en su mirada, había algo mal, estaba segura de que algo de lo que él le había dicho le había dado en algún punto sensible.

- Es algo increible -decia el senador a través de la televisión-. Demuestra que genio a salido de la lampara, y que este hombre no tinene ni idea de lo que está haciendo. Él ve el arma Iron-man como un jugete. Tuvimos una comparecencia en la que el señor Stark afirmó que estas armaduras no pueden existir en ningún otro lugar, no existen y jamas existiran al menos durante cinco o diez años. Y aquí estamos en monaco descubriendo, que, oh, oh, esas armaduras ya existen...

- Sin sonido -dice Tony apareciendo y silenciando la televisión-. Devería darme una medalla, lo siento -dijo para luego dejar un plato y unos cubiertos.

- ¿Qué es eso? -le pregunto sorprendida.

- Es tu comida -dice levantando la tapa y dejando ver algo que parecia una tortilla algo quemada, demostrando sus increibles habilidades como chef.

- La has preparado tu, ¿verdad? -le pregunto sabiendo la respuesta.

- Es lo que he estado haciendo durante tres hora, sino, ¿donde estaba?

- No lo se, pero hay otra cosa que no se, ¿qué has estado ocultandome todo este tiempo?

En ese instante su mirada reflejaba pesar y yo deseaba ayudarle.

- No quiero ir a casa -confesó él-. Paso... anulemos mi fiesta de cumpleaños y vayamonos a venecia, estoy seguro de que te encantará. Es un lugar estupendo para... para... ponerse sano.

- Me encantaria pero no se si pueda, tenemos mucho que hacer -le dije apenada, por que desearía ir con el pero había hecho promesas-. Con esto no quiero decir que no vayas tú Tony.

- Es el mejor momento -intenta convencerme.

- Como directora de publicidad, debo de estar en todos los discursos de la empresa y Peper va ha dar uno como directora, debo estar allí. Lo prometí.

- Como directora, tienes derecho a un permiso, un descanso, solos tu y yo -en el momento en que nos nombro juntos, deseaba más que nada decir que si, pero tenía otros compromisos que me impedían aceptar-. Debemos recargar baterias y aclararlo todo.

- Tony, te juro que de verdad desearía ir contigo, te sigo a donde me pides, pero esta vez no puedo, no puedo dejar tirada a Peper, no puedo decirle a mi hermano que no voy a ir a verle y asegurarle que estoy bien, por que me voy a ir a venecia. Tengo promesas que cumplir y me tomo lo prometido muy en serio.

Por desgracia el resto del viaje solo hablamos sobre cosas de la empresa y no volvemos a tocar el tema de la escapada ni el de él y yo juntos.

¹ EN BUSCA DE LA PAZ →Tony Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora