2.9.

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Maratón 2/2

Comenze a escuchar a Nathalie decir que iba a recuperar a Rhodey y me sentí algo mejor, pero también mi mente estaba confusa ante ella, puesto que sabía que escondía algo, pero ahora no sabía que tan grande era.

- Muchas gracias, agente Romanoff -escuche decir a Tony, pero ¿Romanoff? ¿así se apellidaba realmente?

- Bravo por lo del nuevo aparato. Registro una potencia mayor y tus constantes parecen prometedoras -le dijo, cosa que no entendí.

- Sí, por ahora no me muero. Gracias -le agradecío cosa que no entendí.

- ¿Cómo que no te mueres?¿Acabas de decir que sí? -dije triste por pensar que me había ocultado algo así.

- ¿Eres tú? -preguntó Tony- No, qué va. Ahora ya no.

- ¿Qué está pasando aquí? -pregunte confundida por todo lo que estaba pasando.

- Iba a contartelo, pero no quería...

- ¿Contármelo? Entonces, ¿de verdad te morías?

- No me dejaste -se trata de justificar.

- ¿Por que no me lo dijiste? -le pregunto a punto de estallar por los nervios.

- Pensaba hacerte una tortilla y después contartelo... -explicó.

- Dejadlo para la luna de miel -cortó Nathalie o como se llame.

Entonces pense en como había insitido Tony aquel día para que nos marchasemos, si tan solo hubiera aceptado, tal vez... Da igual, ahora ya no importa.

- Te estan buscando -continuo ella-. Parece que quieren pelea.

- Genial -contestó- ¿Miriam?

- Al menos, ¿ahora estás bien?

- Muy bien. No te enfades, te pediré disculpas formalmente...

- Si me enfado Tony...

- ... cuando no esté intentando curarme las "Hammerroides" -continuó Tony como si no le hubiera interrumpido.

- Bien, pero más te vale que así sea -le dije.

- Podríamos estar en Venecia.

- Sí, pero no es así. ¡Centrate! -le pedí.

Pudimos escuchar como Tony se reconciliaba con Rhodes y como luchaban contra los droides. Entonces llegó la policia y Pepper se encargo de decirles a quien tenían que detener.

- Es una broma -se quejaba Hammer.

- Las manos a la espalda -le decía la policia mientras le arrestaban y el se excusaba.

- Intentaba ayudar. Ya lo pillo, ya se de que vas -le dijo a Pepper-. Intentas cargarme el muerto, ¿eh?. Estupendo. Estupendo. Ya piensas como una presidenta, eliminado a la competencia. Me gusta.

- Eres realmente estupido -le dije-. Tu nunca has sido una competencia, y no se si lo sabes, pero ya no tabajamos en la misma industria, idiota.

- Gracias, Miriam.

- Solo es otro hombre inbecil que cree entendernos. No supone una amenaza real.

Acompañamos a la policia por el capus mientras Pepper les daba intrucciones de donde era mejor que se posicionaran y sobre como evacuar a la gente.

- Pepper, será mejor que te vayas, yo me encargo de asegurarme que no quede nadie en esta zona.

Escuche un pitido salir de los drones que había a mi alrededor, trate de encontrar un lugar donde estar lejos de ellos, pero estaba rodeada. Entonces llegó Tony, quien me tomo en brazos y nos alejo de allí justo cuando comenzaron a estallar. Me bajo en una azote lejos del peligro y me separé de el asustada por todo lo que había pasado, pero cuando vi como se encontraba el traje me volví a acercar a el, mientras se quitaba el casco.

- Dios, Tony, ¿estás bien?¿estás herido? -le pregunto preocupada.

- ¿En serio te preocupas ahora?

- Sí, claro que sí -le digo aun más preocupada por su reacción.

- Solo me miras cuando estoy mal o cuando estamos borrachos, ¿por que no el resto del tiempo? Aunque lo entiendo, soy una locura. Y me has ayudado a pesar de todo en los momentos dificiles, incluso cuando me odiabas.

- Enserio crees eso, Tony, me preocupas todo el tiempo. Sabia que me ocultabas algo y eso me tenía de los nervios, por que, no te odio, no después de lo que pasamos en aquella cueva, no despues de lo de navidad, y mira que he deseado odiarte, por hacer como si nada, pero...

En ese momento me cortó al tomarme por la cintura y besarme, un beso que yo correspondí, dejando atras todas mis dudas y preocupaciones, solo centrandome en sus labios contra los mios. Entonces nos separamos y nos quedamos mirandonos unos instantes. Para luego repetirlo, pero teniendo que separarnos rapidamente por la interupción de Rhodey, quien vino a declarar que se quedaría con la armadura, a lo que Tony hizo como si no estuviera de acuerdo, pero en su tono de voz supimos que lo aceptaba.

- ¿Y ahora qué? -pregunté.

- Creo que es momento de irnos a casa -sonrio mientras me volvia a tomar en brazos.

¹ EN BUSCA DE LA PAZ →Tony Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora