Kanda tardó demasiado en decidir ir por él, no le quedó más remedio que tomar el tren e ir a Soho. Buscó la dirección del moyashi, la había anotado en su móvil antes de salir por si eso sucedía. Tardó más de una hora en encontrar el lugar.
Era un edificio pequeño, se veía descuidado y por dentro lo era mucho más. Subió hasta el apartamento de Allen y tocó la puerta. En cuanto Allen abrió y lo vio, se la cerró en la cara.
- ¡Déjame! te di lo que querías ¡DEJAME!
- ¡¿Quién te dijo que quería eso?!
- ¡Tú lo dijiste! ¡Me lo pediste a gritos!
- pues ya no quiero - dijo Kanda abriendo con forcejeos. Allen trataba de empujar para que no pasara.
- ¡ME GUSTAS! – grito Kanda
Allen dejó de hacer fuerza en la puerta y el momento de confusión se aprovechó, dio un paso atrás y Kanda cerró la puerta tras de sí sin perder mucho tiempo.
- ¡Por qué lo dices ahora? - dijo casi en un susurro - Tú querías que te rechazara ¡¿Por qué me sales con esto?! – Allen no podía controlar sus emociones y se encontró a sí mismo derramando lágrimas que trataba de limpiar con brusquedad.
Kanda trató de acercarse pero él retrocedió, estaba atento a sus movimientos.
- Me sacas de quicio Moyashi, me haces comportarme como un idiota.
- Lo eres.
- Pero eso no cambia el hecho de que me gustes, tú, el estúpido Moyashi.
- ¿Te estás declarando o me estás insultando? - dijo con el ceño fruncido tratando de controlar la manera en que latía su corazón.
- Tómalo como quieras.
Kanda dejó escapar un suspiro y ahora veía con claridad del desastroso apartamento; algunas botellas regadas a los lados que debían ser del padre del Moyashi junto a algunos vidrios rotos, parecía que todo estaba intacto desde el día que ocurrió aquel incidente fácilmente podía recrear los hechos con la escena y un poco de imaginación.
- Eres un imbécil... pero tú también me gustas - su tono de voz fue bajando hasta la última palabra, su cara estaba roja, le ardía y no sabía si era por el coraje o la vergüenza y nervios que sentía al decir eso.
- ¿Como quién?
- ¡aggg te odio! - dijo Allen desesperado, se dio la vuelta tratando de ir a su habitación.
Kanda lo tomó de la mano derecha y lo hizo volver. Poco a poco, como si tuviera miedo de lastimarlo, tomó su rostro con su mano libre. Tragó saliva, ya estaba agonizando sólo con sentir el aliento de Allen en sus labios. El moyashi acortó la distancia y lo besó. Había estado esperando todos los días desde el primer beso en el hospital, cada vez que Kanda lo curaba... no, cada vez que lo veía. No iba a esperar más.
Pasó los brazos por su cuello, tanto como los clavos se lo permitieron.
Kanda lo besaba con todas las ansias acumuladas. En algún punto, Allen comenzó a gustarle físicamente. Su piel blanca, su estúpida sonrisa o sus ojos grises ahora le parecían muy atrayentes. Kanda puso las manos sobre la cintura de Allen y poco a poco fue bajando hasta encontrar la orilla de la camiseta y meter sus manos debajo. Su entrepierna comenzaba a levantarse.
Allen dejó que su cuerpo se encontrara con el de Kanda, respiraba entrecortadamente sintiendo que su temperatura subía poco a poco y que las manos del otro le acariciaban la espalda con suavidad.
De pronto sintió algo extraño rozando su cuerpo y terminó separándose de Kanda por reflejo.
- ¡K-Kanda!
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Love Line
FanfictionAllen entra en un chat con la expectativa de encontrar a su media naranja, en cambio termina en un sitio muy inusual chateando con un extraño usuario: "LastSamurai" ¿Qué misterios esconde LastSamurai? ¿Allen sabrá los peligros del internet?" YULLEN...