15.-Al ataque Ezel :

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Necesitaba verla, no hablaba con ella hace un mes, fuera de las veces en que ella me hablaba en clase para hacerme una pregunta referente al curso. Era casi una necesidad saber si ella se encontraba bien. Decidí que lo mejor era arrancar el problema de raiz y salí del gran penthouse que compré con el dinero que tenía del fideicomiso del abuelo. Conduje hasta el lujoso complejo de apartamentos donde Daia vivía y aparqué rapidamente. Camine hasta las escaleras y subí rápidamente al segundo piso. Toqué la puerta y salió una chica rubia y delgada con el cepillo dental en la boca y pasta en la barbilla.

-Perdona..Creo que me equivoqué de número - hable avergonzado.

-¡La mierda santa! ¿Is qui todos les chicis guipos de esta universidad quieren algo con Daia? - hablo mientras se quitaba el cepillo de la boca.

- Disculpa ¿ Dijiste Daia? - pregunté curioso.

- Si, hace unos dias vino un chico de tercer semestre de Leyes para pedirme el número de Daia. Ayer vino un tipo a decirme que si le podía dar su número. Con eso de que ahora esta intentado ser sociable se ha vuelto mas popular que Camille Rhys-Meyers.

-¿Tu eres la compañera de habitación de Daia? - pregunté confundido.

-Si, Lou para servirte - dijo la dulce rubia ofreciéndome una mano con algo de pasta dental.

-Soy Ezel Rowling, un viejo amigo de Daia- saludé, omitiendo lo de ser profesor de esta universidad.

-¡Oh! Eres ese Ezel del que ella habla siempre diciendo que es un dolor en el culo. Su profesor de Introducción a las Ciencias Jurídicas.

-Si. Soy ese - dije haciendo una mueca -¿Y tu como sabes quien soy? - pregunté curioso.

- Porque soy la mejor amiga de Daia y ella me cuenta todo lo que hace - me miró perversamente.

Bien Ezel, Daia dice que te odia, pero yo creo que le gustas y que también necesita un buen polvo para desestresarse, así que solo por eso pienso dejarte pasar y esperarla porque esta niña cuando va a una biblioteca no regresa en horas.

-¿Ella fue a la biblioteca? pregunté curioso ¿ Un sábado a las siete de la noche? - fruncí el ceño.

-Nunca subestimes el poder de un libro, vaquero- hablo ella y pude notar que ella no era de Nueva York, estaba tan asombrado de saber algo más de Daia que ni siquiera me había dado cuenta de que ella es de Texas.

-Iré a recogerla. Es tarde ya - dije pensando en que no quería que se encuentre con uno de esos tantos fans que decía Lou que tenía.


-¡Yo te acompaño! -gritó Lou yendo al baño a enjuagarse la boca. Regresó con un abrigo sobre su polo de ositos - ¡Esto se va a descontrolaaar! - chilló.

Un profesor infernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora