¿Quién despertará a Midoriya?

Arcoíris

Inicio de segunda parte.

* * *

Pasó un año después de la desaparición de Aoyama.

Seguí recaudando información y visitando la guarida de la liga de villanos.

Tenía muchos motivos para hacerlo.

- Hijo, ¿otra vez irás a dormir demasiado temprano?, ¿Te encuentras bien?... -Dijo Inko con preocupación reflejada en sus ojos.

- Estoy muy saludable, mamá. Solo quiero formar nuevos hábitos. - Respondió Izuku con una sonrisa cálida y reconfortante para el alivio de su madre.

- Está bien, dulces sueños, hijo mío. 

Subió las escaleras y entró a su habitación.

*Cerrar*

Colocó el seguro a su puerta, para evitar inconvenientes.

"Sí, el primer motivo es mi madre"

Aunque tal vez, solo sea una excusa más que quiero agregar.

"Shigaraki Tomura no la mataría, ya no ahora"

Revisé mi celular.

8:00 PM

"Ya debería aparecer"

Luego de pensar ello, un portal muy conocido apareció.

Entré sin dudar, sin miedo, como cuando entras a tu propia habitación.

- ¡Izu-kun! 

Una niña de 7 años con una sonrisa brillante en su rostro se abalanzó a los brazos de Midoriya.

- ¡Te extrañé!

- Yo también, Eri-chan. 

Acaricié su cabeza suavemente y la abracé.

"Sí, mi segundo motivo, nuestra adorable Eri"

Ella se ha vuelto muy importante en mi vida, como mi pequeña hermanita.

- Llegaste.

Una voz fría, pero suavemente cálida me dio la bienvenida.

Volteé y lo vi.

"Mi tercer motivo, el que más me ata a estar aquí"

- Shigaraki-san 

Lo miré con una sonrisa.

- Solo Shigaraki, ya te lo había mencionado.

Caminó tranquilamente hacia mí.

Me miró a los ojos.

- ¿Jugarás con Eri hoy?

Antes que el pecoso responda, Eri se adelantó.

- ¡Eri quiere jugar!, pero...

La pequeña niña empezó a dudar de sus palabras y miró hacia abajo.

- ¿Qué pasa? 

El villano la miró con incomprensión.

- Eri-chan, ¿todo está bien?...

Izuku se agachó para poder estar a la altura de Eri y darle más seguridad para responder.

- Yo...

Eri cerró los ojos, avergonzada.

- Sé que ya tengo 7 años... pero... ¡Quiero jugar con los dos!

Los ojos de los dos mayores se abrieron como platos por la sorpresa; sin embargo, Tomura rápidamente ocultó ese hecho y decidió volver a su habitual expresión.