VIII

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—Vaya Eddie, ¿qué te sucedió?

—Los mosquitos me atacaron anoche—Eddie tenía el cuello lleno moretones rojos y morados. Era algo extraño.

—Que raro, a mi no me picaron.

—Bueno, yo soy de sangre dulce—rió algo apenado.

Segundos después, el timbre de la hora del desayuno sonó y los reclutas tenían que ir al comedor, y así fue.

Todos iban en filas ahí a reclamar su desayuno. Eddie y 288 se sentaron en una mesa y empezaron a desayunar.

Mientras Eddie comía sentía el flujo de Venom salir de su cuerpo, sentía los tentáculos de Venom que estaban acariciando su cuerpo debajo de la ropa, algo que lo inquietó un poco.

—Eddie, ¿te encuentras bien?

—S-Sí, solo es un leve dolor estomacal—este se agarró el estómago para que su compañero creyera la mentira, Eddie tomó uno de los tentáculos de Venom y lo apretó un poco.

Este seguía comiendo, al simbionte no le importó y siguió jugando con el cuerpo de su compañero, con sus tentáculos estaba masajeando suavemente el miembro de Eddie haciendo que soltara un leve quejido.

—Eddie, si te sientes mal debes ir a la enfermería—comentó su compañero viendo el estado de Eddie.

—Iré al baño—se levantó rápidamente y fue al baño más cercano que encontró.

Se encerró en un cubículo y respiraba agitadamente esperando calmarse.

—¿Qué mierda te sucede? ¿No me dejarás comer tranquilo?

Solo estoy jugando un rato contigo, Eddie—el simbionte empezó a formar un torso, piernas y brazos para estar en frente de Eddie, exageradamente lo miraba hacia abajo ya que esta sentado.

—¿Acaso no te bastó con lo que hiciste conmigo anoche?

Solo fueron unos chupetones, yo quiero más Eddie—pasó su lengua por sus labios como si fuera a devorar algo, si, quería devorarse a Eddie.

—Estás loco, ni creas que te vas a sobrepasar conmigo—el castaño se levantó de la taza del inodoro e intentó salir de ahí.

El espacio es muy estrecho, así que no podrás moverte mucho—sonreía victorioso.

El simbionte se sentó en el inodoro el cual tenía la tapa abajo, tomó el diminuto cuerpo de Eddie y lo sentó encima suyo quedando frente a frente.

—Suéltame o empiezo a gritar.

De ti depende si gritas en este momento.

—No puedes salirte con la tuya, Venom.

Créeme, claro que puedo—el simbionte usó su lengua y lamia el cuello del humano, Eddie soltaba leves quejidos los cuales el simbionte calló con su mano—. Si haces mucho ruido, nos descubrirán.

El simbionte con su otra mano libre empezó a sacar el miembro masculino de Eddie, dejándolo a la luz de él.

Solo te toqué un poco y ya tienes una erección.

El simbionte empezó a masajear los muslos de Eddie suavemente, lentamente llevaba su mano al miembro de este para poder masturbarlo, apenas lo había tocado Eddie ya estaba expulsando leves quejidos, pocos audibles gracias a que Venom tapaba su boca.

Venom movía su mano de arriba a abajo para darle el placer suficiente al contrario. El lugar estaba lleno de los gemidos de Eddie, el simbionte anhelaba escucharlos, pero no estaban en un lugar apropiado para poder hacer escándalo.

¿Sabes cuanto deseo que gimas para mi? —sonrió y siguió con su trabajo.

Eddie cómo podía contenía sus gemidos, no quería demostrar frente al simbionte debilidad, pero le fascinaba como lo masturbaba.

De seguro Anne no te tocaba así, ¿cierto? —estaba victorioso, Eddie era un completo sumiso frente a él, le gustaba eso, que Eddie le hiciera caso y satisfaciera su necesidad sexual.

Venom aumentó la velocidad, veía la expresión de Eddie que era jodidamente excitante, parecía una perra en celo necesitada de más.

A pesar de haber negado completamente que Venom lo manoseara, no sabía que iba a ser la cosa más increíble de su vida.

Varias veces había tenido sexo pero, ¿por qué con él se sentía diferente?

Se sentía tan increíble como Venom lo tocaba, cosa que ninguna chica satisfacía en él.

Tantas veces que pensabas o imaginabas a un simbionte cogiéndote fue cuando me di cuenta—sonrió, esa sonrisa tan sexy que tenía—. Anhelabas que yo te hiciera esto, Eddie.

No lo admitía, tenía razón, Eddie tuvo un momento donde imaginó a Venom cogiéndolo, por un momento imaginaba que podría morir si el simbionte lo llegase a penetrar.

Venom podría crear un pene a su manera, ¿qué pensaría Eddie sobre ello?

El simbionte aún seguía dándole el placer que el castaño necesitaba, hasta que este se vino en el abdomen de este. Ya estaba cansado de retener sus fluidos, perdió su dignidad y su orgullo.

Esta es una prueba de que te gusta como te toco, de verdad eres un pervertido Eddie—rió el más grande y tomó los fluidos del mencionado.

Esto es completamente vergonzoso... y embarazoso.

Blood prison | SymbrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora