IV

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—Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí?

No ahora, joder.

—¿Acaso eres nuevo? —preguntaba uno de los reclutas de la prisión que después de dos semanas es que se da cuenta de la existencia de Eddie.

Él y su grupo habían acorralado la mesa de Eddie y de su compañero 288.

—Ay Dios, ayúdanos.

—En este caso, Dios no nos va a dar ningún milagro—dijo Eddie asustando más a su compañero.

—Ustedes dos están en nuestra mesa, así que váyanse de aquí antes de que lo lamenten.

—E-Eddie, ¿qué vamos a hacer? —su compañero de celda abrazó a Eddie del susto, sabía que esa pandilla era peligrosa.

—Nosotros tomamos esta mesa, así que no nos iremos. ¿Cierto 288? —Eddie se levantó de su asiento y encaró al que se hace llamar el líder de la pandilla.

—¡¿Q-Qué?!

—¿Quieres hacer las cosas más difíciles? —el tipo sacó una navaja que estaba fuera de la vista de los guardias de seguridad. Ahora mismo la vida de Eddie estaba peligrando.

Eddie, ¿necesitas ayuda?

—Creo poder arreglármelas—susurró esperando a que el tipo que tenía en frente no lo escuchara.

—Esta es nuestra mesa, así que largo—dijo con seguridad.

—¡¿Acaso quieres que nos maten?! —exclamó 288.

¡Sí! ¡¿Acaso quieres que te maten?!

—Tengo un plan V, pero necesito de tu discreta ayuda.

¡Ja, sabía que dirías eso!

El tipo estaba apunto de apuñalar a Eddie cuando este la detuvo con su mano, pero en realidad era la mano de Venom. Había fusionado su mano con la del simbionte para no recibir tanto el ataque. Eddie empujó al tipo y este cayó exageradamente al suelo.

Este se quejó y se fue.

—¡Te las veras conmigo 287! —mencionó el número de la camisa de Eddie, él era el recluta número 287.

—¿C-Cómo lo hiciste? —preguntó sorprendido su compañero—. Ese tipo rodó en el suelo como un balón—reía al recordarlo.

—En realidad, no lo había hecho solo—
sonrió un poco Eddie.

—¡Oye Eddie! —se escuchó el gritar de un personaje en particular llamando la atención de todos los reclutas del comedor—. ¿Olvidaste que teníamos algo pendiente?

—No de nuevo... —Eddie se llevó un facepalm con aburrimiento.

Blood prison | SymbrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora