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-Estoy en casa.

Un portazo alertó a Mond, quien estaba muy concentrado frente a su laptop mientras trabajaba. Se quitó los anteojos y froto sus ojos demostrando el cansancio que le aquejaba. Volvió a colocárselos y white apareció frente a él.

-Bienvenido a casa, ¿Cómo te fué en la plática con jumpol?

-Al parecer todo va de maravilla mond, quiero decir...creo que pronto podré conocer a akin formalmente.

-¿Así de bien? Vaya, eso es bueno pero... ¿estás dispuesto a verlo tan pronto a pesar de cómo es el mocoso?

-Sea como sea akin es mi hijo, y no lo llames "mocoso" otra vez.

-¿Y cómo fueron las cosas con Jumpol-?-

-¿En serio quieres continuar hablando de off? Ya dejemos ese tema. -se acercó al peligris -De seguro tienes otras cosas en mente, ¿o me equivoco?

-No te equivocas white.

-¿Y bien, que es?

-Lo sabes perfectamente, no finjas inocencia.

-Pero quiero oírlo de tus labios.

White caminó seguro hasta el muchacho de anteojos, sonrió levemente y se sentó sobre las piernas de este, rodeó con lentitud el cuello del contrario con sus brazos y aferró sus manos al cabello del más alto. Entonces se deshizo de los lentes de mond dejándolos a un lado junto a la computadora. La cercanía de ambos era muy estrecha, sus respiraciones cálidas y profundas chocaban entre si.

-Eres perverso white Pothiyakorn -susurro mond -Siempre terminas consiguiendo lo que deseas.

-Lo sé, pero eso te encanta, Mond Tanutchai.

Luego de aquellas palabras susurrantes, dichas a tal diminuta distancia, ambos se aproximaron aún más, desapareciendo cualquier lejanía entre ellos con un beso apasionado que clamaba por más, mucho más.

Por su parte, off acababa de llegar a su hogar, apenas cerró la puerta dejó escapar por sus bellos labios un suspiro profundo, avanzó hasta aquel sofá que estaba frente a su gran ventanal y se dejó caer sobre éste con fuerza, desde ahí sostuvo su Smartphone y realizó una llamada

-Tay, ya terminé con mis asuntos, puedes traer a akin, si gracias. Nos vemos.

Aunque no lo quisiera y le hiciera "hervir la sangre" de impotencia, ver a white le afectó bastante, ese encuentro fue aún peor que la primera vez que volvieron a verse, esa persona le hacía perder todo el control, le descolocaba, tanto así, que se odiaba a veces a sí mismo por sentir todas esas sensaciones desagradables.

Poco después tay llegó hasta al apartamento, traía cargando a akin sobre sus hombros, aunque obviamente era tan alto que se vió obligado a bajarlo para que pudiesen entrar.

-¡Papi, papi! -padre e hijo se abrazaron con el mismo amor de siempre.

-Hey jumpol, yo tambien estoy aquí.

-Tambien estoy feliz de verte tay -dijo entre risas.

-¡¡Papi, tay trajo un pastel delicioso vamos a comer!!

Siguieron la gran idea de akin y todos fueron a probar las delicias que tay preparó, después de todo ese era su trabajo en su pastelería. Incluso una vez hizo un pastel en forma de T-rex para ese adorado pequeño que robó su corazón.

Estar con su hijo y compartir los exquisitos pasteles y dulces que su gran amigo tawan les obsequió, hizo sentir a off mucho más tranquilo y relajado, al menos pudo sacar de su mente esa nefasta reunión que tuvo con white hace poco tiempo. Pero ese aire pacífico y agradable se desvaneció nuevamente cuando el timbre sonando de forma insistente alerto a todos dentro del lugar.

Padre Soltero •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora