Incluso si Xie Meihua considera que tiene buena suerte, está absolutamente seguro de que su buena suerte no es milagrosa. Incluso si le hubiera gustado que la aldea cerca de la que cayó esta vez fuera la aldea Puqi un par de indicaciones más tarde descubre que no lo es.
—Ah, ¿el pequeño gongzi está buscando la aldea Puqi?— dice un hombre, llamando su atención inesperadamente, pero agradecido. —Está arriba de la montaña, detrás del bosque de arces. Voy de salida allí. Sube y te daré el alcance.
El hombre lo guía hasta un carro cargado de paja tirado por un buey. Xie Meihua le agradece con respetuosas reverencias, le presenta fruta fresca y sube, acomodándose contra la paja, encontrando fácilmente una posición cómoda. Un paseo en carro en lugar de agotarse por la montaña es una verdadera bendición, y está bastante seguro de que ayudará a calmar sus nervios.
Todo lo que quiere es reunirse con su padre. Esta vez el tiempo de espera ha sido más largo, pero la última vez, con su ascensión, había sido sin preparación y con la desesperación de no saber cuándo lo volvería a ver. Ahora ambos estaban emocionados por la separación y, aunque tomó más tiempo del que le hubiera gustado a Xie Meihua, está seguro de que su padre lo recibirá con té fangoso y un cálido abrazo.
Eso es todo lo que quiere.
El carro avanza. El traqueteo tranquiliza su mente agitada y el camino, poco a poco, se transforma en un festival de colores. Las hojas caen en una danza de espirales hacia la tierra y Xie Meihua se pregunta qué tan malo sería tomar una siesta corta.
Trenza su cabello sobre su hombro, tratando de evitar hacer un desastre. Sin embargo, cuando se acomoda en la paja, listo para dormir para pasar el tiempo más rápido, nota algo que no había notado antes: no está solo en el carro. A un costado de él sobresalen dos piernas envueltas en tela fina y botas de cuero, aunque la pila de paja cubre gran parte de su cuerpo.
Bueno, ni siquiera él es lo suficientemente tonto como para dormirse voluntariamente al lado de un extraño, y mucho menos cuando luego de una inhalación curiosa pudo identifica el olor de alfa entre la paja; el extraño es un alfa con un poderoso aroma floral y, a veces, algunos alfas pueden ser bastante agresivos entre sí. Con un suspiro irregular, hurga en el interior de su saco repleto y saca uno de los muchos pergaminos que hablan de Hua Cheng.
Los mitos son exquisitos. Xie Meihua los lee atentamente, como si fueran cuentos fantásticos. Sus orígenes e identidad son un misterio; es casi tan probable que su verdadero nombre sea Hua Cheng como cualquier otro. Los nombres y títulos de devastadoras batallas caen sobre él con la misma incredulidad que los cuentos de hadas antes de dormir.
No se da cuenta de que está murmurando hasta que el extraño a su lado responde: —Bueno, no todas las historias tienen que estar hechas de verdad. Muchas están construidas sobre bases sólidas, pero llenas de mentiras.
Xie Meihua sonríe, apenas.
—Lo sé— responde, como si el extraño sentado a su lado fuera un conocido de toda la vida. —A veces, sin embargo, las historias son bases sólidas en sí mismas. Son las verdades en las que la gente cree y el ojo juicioso con el que se juzgan las acciones y decisiones de los demás.
El extraño a su lado tararea un asentimiento.
—Así es— dice después de una pausa. —La gente distorsiona la verdad a su antojo. ¿A quién le importan las bases sólidas cuando pueden construirlas?
Xie Meihua se ríe, su sonrisa se extiende genuinamente por su rostro.
—Es más interesante inventar verdades sobre alguien que averiguar sus orígenes— dice lentamente Xie Meihua. Sus dedos acarician los caracteres del nombre de Hua Cheng en el pergamino, dejando escapar un suspiro. —Es difícil creer que una historia que tiene el mismo protagonista se pueda adornar de tantas maneras. Hace que ni siquiera parezcan la misma persona.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué es el amor? ¿Qué es la lluvia?【Español】
FanfictionEl primer temblor es constante, persistente, el temblor de la tierra tras una catástrofe. Sin embargo, no es el temblor de una tierra, sino un temblor que barre los cielos y alerta a todos los funcionarios celestiales. Alguien está ascendiendo. O, e...