Capitulo 17: Espalda contra espalda, Espada contra Espada

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La noche se desliza sobre ellos, lenta y suave, salpicando el cielo de estrellas. Entre los árboles se ve la luna como la cuna de un niño, una sonrisa que ilumina el cielo cada vez más brillante a medida que el crepúsculo se funde en la oscuridad.

Es entonces cuando Xie Meihua siente que algo extraño se agita en la atmósfera que lo rodea. El carro se tambalea abruptamente, disminuye la velocidad y, debido a su posición incómoda abrazando sus rodillas, no puede mantener el equilibrio lo suficiente como para evitar caer.

Dos fuertes brazos lo atrapan antes de que ruede fuera del carro.

—¿Estás bien?— pregunta San Lang. Xie Meihua asiente mientras trata de sentarse, abandonando toda vergüenza mientras se reorganiza. Aunque ahora está a salvo, San Lang no quita la mano de su espalda, sosteniéndolo con verdadero cuidado. El toque le recuerda tan inmediatamente a su padre que Xie Meihua se queda atónito por la preocupación desmesurada por parte de un extraño. "¿Te golpeaste?"

—Estoy bien— responde rápidamente Xie Meihua. —¿Qué ocurre?

Adelante, el dueño del carro lanza insultos bajos y golpes al buey, repentinamente inmóvil en medio del camino —¡Vamos, qué te pasa, muévete, muévete!

Xie Meihua se sienta a medias en el carro, agudizando la vista en el camino. Delante de él puede ver pequeños rastros de luz flotando entre los árboles, destellos brillantes. Más allá, donde la oscuridad está rodeada de niebla, faroles y fantasmas sin cabeza.

Mierda— maldice. San Lang se gira para mirarlo con una ceja levantada.

—Didi tiene su vocabulario— dice burlonamente. Xie Meihua chasquea la lengua mientras anuda su saco, agarrándose firmemente al borde del carrito.

—San Lang también lo tendría si tuviera que luchar contra fantasmas tontos— se queja, su voz suena demasiado caprichosa para su propio disfrute. No debería tener que sonar como un niño caprichoso y malcriado que tiene que ir a pelear a la fuerza, pero sin duda, es lo que es. —¿Qué día es hoy?

—Festival Fantasma— responde San Lang como si fuera la cosa más normal del mundo. Xie Meihua deja escapar un gemido agudo ¿en serio? ¿De todas las fechas en las que podría viajar solo? Si viajaba con su padre, Ruoye los habría escondido. ¿Por qué de repente estaba teniendo tan mala suerte?

—Maravilloso— responde Xie Meihua con sarcasmo, saltando desde el borde. Sus pies golpearon el suelo cubierto de hojas con un fuerte sonido. —Quédate aquí.

—¡Ah, pequeño gongzi!— el dueño del carro hace una mueca de terror. —¡No puedes ponerte en peligro, pequeño gongzi! ¡Es una tontería, es arriesgado, es...!

Xie Meihua lo silencia con una de sus peores miradas. Sabe que no debería, el hombre solo está preocupado por su bienestar, y probablemente si su padre estuviera allí, ni siquiera se habría ofrecido a pelear. Pero él quiere llegar a casa. Lo único que quiere es llegar de una vez por todas a un hogar que aún no conoce.

El dueño del carro se queda en silencio tras un sonido ahogado.

Detrás de él, Xie Meihua escucha otro par de pies caer del carro.

—Didi tiene dos espadas— menciona San Lang. De pie tienen casi la misma altura. Xie Meihua se sorprende al notar que es unos centímetros más bajo de lo que es, acostumbrado a pararse junto a su padre un poco más bajo que su propia estatura. —¿La técnica de lucha didi requiere dos espadas o puedes darle una a este San Lang?

Xie Meihua extiende una de sus espadas hacia San Lang. Él lo acepta con una cálida sonrisa.

—Son cortas— señala San Lang. Xie Meihua siente que un sonrojo avergonzado se desliza por su rostro y está a punto de replicar, cuando San Lang dice —Eso es bueno . Las espadas largas no favorecen mi técnica.

¿Qué es el amor? ¿Qué es la lluvia?【Español】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora