El rostro de Lo'ak estaba pálido, sus manos temblaban sin remedio alguno. Su hermano no aparecía por ningún lado.
- ¡Lo'ak!
- ¡Ao'nung, estoy aquí! - Él menor de los Sully bajó con habilidad el gran árbol que resguardaba a sus bestias aéreas.
Aterrizó casi tropezando, ciego por el pánico. No le gustaba como ese sentimiento se expandía por cada rincón en su cuerpo.
- El Ikran de Neteyam está en el nido. Junto al mío. - Dijo Lo'ak. - No pudo haber ido a ninguna parte.
El evidente miedo reflejado en el Omatikaya hacia más grande la inquietud.
Neteyam no se había ido por voluntad propia.
Ao'nung soltó un siseó furioso, llamando rápidamente a su Tsurak antes de lanzarse por el acantilado directo al agua.
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- Sí, señor. Lo tenemos. Estamos seguros, señor. Son los únicos Omatikaya que tienen permitido recibir en las aldeas de los arrecifes. No estamos seguros, señor. Afirmativo, señor. Es un hijo de Jake Sully.
Un hombre hablaba por medio de una radio. Parecía un na'vi, pero los tatuajes de perro de guerra en todos sus brazos y nuca le delataban. Era un avatar. Un enviado de Quaritch.
Ese maldito hijo de perra.
Las nauseas invadieron al hijo de aquel que buscaban, Neteyam, quien no pudo hacer mucho para detener su vomito.
Había sido drogado.
Aún en su pierna estaba clavado un dispositivo inyector que yacía vacío. Le habían disparado con un sedante.
Se reprimió a sí mismo por haber sido tan tonto y tan confiado.
Un corazón roto te puede cegar de tantas maneras.
Sus muñecas estaban atadas con firmeza tras su espalda, su cuerpo estaba débil y mareado.
Los soldados le habían disparado sedantes que usaban para el manejo de Ikran, ya que esos inútiles no podían controlarlos ellos mismos. Pero la dosis era peligrosa, era un milagro que el Omatikaya hubiera despertado.
- La bella durmiente ha despertado.
La voz de un cabo le hizo alzar la mirada. Sus pupilas estaban completamente dilatadas, debido a la intoxicación, aún así no podía ver claramente a la figura delante.
Su rostro fue pateado con violencia con una bota.
- No maltrates la mercancía, Dalton. No nos sirve de nada muerto. ¡Dios! ¿Eso es vomito? Joder, hermano. Olvídalo, dale una paliza por ensuciar mi bote.
Neteyam soltó un fuerte siseo, mostrando sus colmillos cuándo el hombre se acercó. Escupió la sangre que inundó su boca, el golpe no hizo más que enfurecerle más, jalando de las ataduras con toda la fuerza que podía.
Pero nada pudo impedir que el cabo le tomara de los cabellos con fuerza, haciéndolo gritar al lastimar su trenza. En su pómulo se estrelló un puñetazo que le hizo caer a un lado sin la posibilidad de volverse a levantar. Su cuerpo no reaccionaba.
Lo último que vio antes de volver a perder el conocimiento era una ventanilla. Estaba en un barco. Y se estaba alejando de las islas.
☾✧
- ¡No vas a enfrentarte a las personas del cielo! ¡Esa no es tu guerra! - La voz de Ronal gritaba. - No vas a derramar sangre de tu pueblo por salvar a un...
- Su familia protegió esta aldea. Fue gente del bosque quien nos ayudó con la victoria. Padre.
Ao'nung volteó su mirada al gran Olo'eyktan. Era imposible tratar de convencer a su madre.
- Voy a hacerlo. Con o sin tu aprobación - Continuó.
- Sí alguien muere, tu cargaras con esas muertes. Serás juzgado como un asesino y se aplicará la ley Metkayina sobre ti.
- ¡Tonowari! - K'weka se apretó a las piernas de su madre, asustado por el tono en que todos estaban hablando.
- Esta guerra no es nuestra. Neteyam no es nuestro hermano, pero Lo'ak sí. Llevaras a cinco guerreros a tu disposición, no más. - Ao'nung asistió frente a sus padres.
- No sabes a lo que te enfrentas, Ao'nung, este no es tu problema.
- Lo es, madre. Lo amo, con cada parte de mi ser. Necesito ir por el.
Los ojos de Ronal y Tonowari se suavizaron, comenzando a entender realmente los sentimientos de su primogénito. No había curiosidad o capricho, eran sentimientos fuertes y orgullosos.
La familia jamás fue unida físicamente, el lenguaje corporal no era muy común para ellos. Pero Ao'nung aprendió de los Sully que a veces se necesita estar cerca para explicar mejor que mil palabras.
Tomó las manos de su madre, besándolas con verdadero respeto, abrazándola con fuerza cuando está se rompió en un sollozo y se aferro al cuerpo de su niño, que hoy ya era un hombre. Estiró su mano, sin romper el abrazo, hasta el brazo de su padre. Lo apretó con firmeza, mirándole fijamente y asintiendo.
Tonowari lo supo.
Si algo salía mal, esta sería su despedida.
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Siete guerreros Metkayina se encontraban montados sobre los lomos de sus Tsurak. Lo'ak volaba por encima de ellos, con ojos en los cielos. El Omatikaya era el único con armamento militar y estaba obligado a ser certero. Sería el único que podía contestar el fuego, a diferencia de los habitantes del mar que contaban con lanzas.
Tsireya era una de ellos. No importaron las súplicas de su madre ni la insistencia de Lo'ak porque se quedará en la aldea. Era una mujer fuerte, inteligente. Ao'nung sabía que la necesitaba, pero jamás se atrevería a pedirle que le acompañará. Le estaría pidiendo la vida.
Gracias a Eywa ella se unió sin aceptar ninguna clase de comentario.
Habían pasado 24 horas desde la desaparición de Neteyam. Un dispositivo de Lo'ak detecto actividad naval a 18 clics de distancia entre la costa y mar abierto. Habían tratado de ocultarla, pero al parecer se acercaron lo suficiente para que el dispositivo la detectara. Fue justo esa noche. Durante el festival. Cuando ambos jóvenes estaban en el pozo del árbol de las almas.
Si se trataba de una máquina veloz podrían llegar a tierra firme en 12 horas. Y cuando llegarán a la costa, la señal de sus malditos aparatos tecnológicos volvería.
Debían llegar primero, no podrían contra ellos si pedían refuerzos.- Encontraremos a tu chico, hermano. - Su mejor amigo, Rotxo, le miró. Fue el primero que acepto con seguirlo sin siquiera preguntar los detalles.
Pero le sorprendió que cuando se les informó a los demás que Neteyam, primogénito de Jake Sully, había sido raptado todos y cada uno reaccionaron con verdadera rabia y decisión.
Iban a recuperarlo.
Tenían 12 horas para encontrar a Neyetam.
12 horas para ponerlo a salvo.
12 horas para matar a aquellos bastardos que se atrevieron a entrar en sus agua y quitarle lo que más valoraba.Ao'nung no pensaba ser piadoso.
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𝐋𝐢𝐞 𝐬𝐢 𝐨𝐞 𝐍𝐞𝐭𝐞𝐲𝐚𝐦𝐮𝐫 - 𝘈𝘰'𝘯𝘶𝘯𝘨 𝘹 𝘕𝘦𝘵𝘦𝘺𝘢𝘮.
Hayran Kurgu❝ - 𝘌𝘭𝘪𝘨𝘦𝘮𝘦 𝘢 𝘮𝘪. 𝘌𝘭𝘪𝘨𝘦𝘮𝘦 𝘺 𝘵𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘰 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘣𝘳𝘪𝘭𝘭𝘦 𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘪𝘦𝘭𝘰𝘴, 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘨𝘰𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢 𝘦𝘭 𝘰𝘤𝘦́𝘢𝘯𝘰. ❞ ➯ Neteyam x Ao'nung. ☁️ AVISO: ⛅️ 𝙍𝙚-𝙞𝙣𝙩𝙚...