Mi Primer Amor [YoonMin]

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Jimin fue el primero en llegar a esa bonita cafetería donde, durante esa mañana, había quedado de verse con Min Yoongi.

El lugar era bastante acogedor, el aroma a galletas recién horneadas, el aroma a café recién hecho, todo esto le daba una toque perfecto a su tarde... Todo a excepción de un detalle, un detalle llamado Min Yoongi.

Sujeto de tez pálida, 1.74, cabello negro azabache, ojos lindos, espera, ¿Ojos lindos?... Dah, el hecho de no haber comido aún nada lo estaba haciendo pensar en tonterías.

Eran cerca de las 4:00pm, así que Yoongi no tardaría en llegar, por lo que decidió sentarse en una de las tantas mesas, para así esperar esos 5 minutos que restaban, por lo que pidió un vaso de agua, ya que ese era cortesía de la casa, porque Yoongi le había invitado, por lo que no llevó dinero. No se la quería poner fácil después de lo sucedido.

Eran las 4:10pm y Yoongi aún no llegaba, lo cual agradecía profundamente y que aún no sabía qué decirle exactamente. ¿Será que lo plantaba?

Dejando de lado sus pensamientos ve hacia la puerta esperando ver entrar a Min, pero no... El señor puntualidad había fallado en llegar temprano.

–Que idiota– murmura, dando un pequeño sorbo del vaso de agua que la mesera, amablemente, le había traído hace 15 minutos.

La idea era que después de terminar de beber su tercer vaso de agua se pondría de pie y se iría de ese lugar, pero justo cuando estaba por dar el último sorbo, la campanilla del lugar sonó anunciando la llegada de un nuevo cliente.

Era él, Min Yoongi acababa de llegar y ahora se dirigía a él con total calma, como si no lo hubiera hecho esperar casi 40 minutos por su llegada. Realmente era un idiota.

–¿Es en serio? –le preguntó Jimin al mayor, el cual le vio con una cara de confusión.

–¿Qué es en serio? –le devuelve la pregunta mientras toma asiento, y toma la cartilla que, amablemente, la mesera le dio.

–Llevo jodidos 40 minutos esperando a que llegues, y ni un "lo siento, llegué tarde".

–Oh si, sobre eso... Se alargó una reunión en el estudio y no sabía como contactarte.

–En verdad que eres idiota.

–¿Disculpa?

–No, nada de disculpa. Pudiste mandarme mensaje por Instagram como esta mañana, ¿o no te carbura bien el cerebro?

–Ooh... Bueno, lo que importa es que aquí estoy.

–Supongo, si.

Yoongi tomó de nuevo el menú y Jimin copió su acción. Yoongi llamó a la amable mesera y tomó las órdenes de cada uno.

–Bien, quiero que me digas, ¿cómo te enteraste?

-Bueno, comencé a sentirme mal por un par de días, que por cierto, le debo a Tae 4 alfombras porque terminaron echas un asco. El caso es, que a Tae le preocupó que estuviera así, entonces fuimos al hospital a hacerme un par de exámenes, y pues resulta que estoy esperando un hijo, y mágicamente tengo tiempo, desde aquella noche.

–¿Y quien me asegura que es mio?

–Porque has sido la única persona con la que he estado, ¿no es obvio?

Yoongi solo pudo suspirar. En eso llegó la mesera con sus pedidos, y vio como a Jimin le brillaban los ojos de ver ese delicioso sandwich y su malteada de vainilla, decorada con crema batida y una cereza. Jimin comenzó a comer, no, más bien a devorar ese sándwich, y Yoongi solo pidió un café americano y un panecillo.