FALLING▪︎2 [Suguru Niragi]

12.- Sweet but Psycho

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No podía negarlo, estaba disfrutando ver como Niragi se había tenido que separar del escritorio para detener los gritos de la castaña. Las lágrimas brillando en sus ojos y el como lo miraba con tanta desesperación e ira.

Adoraba ver como ella empujaba sus manos para mantenerlas lejos de su cuerpo y le recriminaba su actuar por los demás jugadores y sacrificarlos para buscar los objetos.

—¡Eres un mentiroso! ¡Los vas a matar!

Quiso soltar una risa en ese momento, ver como ambos se alejaban discutiendo de manera tan caótica.

Eso es, As. Date cuenta de la basura que es esa bestia.

Entrecerró sus ojos poniendo más atención de como Niragi la había podido atrapar en sus brazos, solo podía ver el rostro de Aixa y como esta había dejado de gritar lágrimas que siguieron cayendo de sus ojos. En cosa de segundos, Aixa se dejó caer de rodillas con una mano en su pecho y ahogando grandes sollozos.

El pelinegro la miró por un largo rato antes de voltearse con rostro abatido volviendo al escenario y sentándose en el escritorio para seguir dando órdenes a los demás jugadores. Pero Yoi también podía ver la tristeza en su rostro, mas ese velo frío de intelecto volvía a dominar su rostro.

La voz femenina sonó de los parlantes.

—El equipo Jugador ha encontrado un objeto. Llevan uno de cuatro.

Kazuki agarró su cabeza con molestia.

—¿Y nosotros qué? ¿Nos quedaremos a ver como ellos mueren?

Niragi ni siquiera volteó a verlo, su ceño se frunció al notar como en el piso ocho se había podido encontrar un objeto dentro de una de las oficinas y se había colocado un círculo pequeño amarillo en su pantalla.

Yoi sonrió de medio lado.

—Excelente, pero el tiempo de ventaja se acaba en dos minutos— dijo estirándose con rostro complacido.

Niragi apretó su mandíbula moviendo el cursor con más rapidez para seguir guiando a los jugadores a buscar más objetos.

—Hay una oficina a un lado, revisa ahí. Todo ese grupo bajé al nivel cinco por las escaleras del lado izquierdo. Es una sala sin salida. Esa tiene una puerta, revisa ahí.

Yoi lo miró con seriedad, quería molestarlo a su vez, aún que sabía que tenía tiempo de sobra para hacer eso. Ahora quería hace lo que llevaba deseando desde hace meses.

Se puso de pie volteando a ver como la americana seguía en el lugar apartado, sentada en el suelo abrazando sus rodillas contra su pecho.

Mi pobre, As.

Bajó para acercarse a ella con paso tan dominante que Niragi no pude evitar mirarla de reojo el como se acercaba a Aixa. Ver a Yoi era como ver a una leona hambrienta yendo por un animal herido que sabía que no tenía escapatoria. Frunció su ceño con desagrado tratando de que eso no lo perturbara y lo hiciera errar.

Aixa sentía las gruesas lágrimas que sus ojos dejaban escapar, estaba muy preocupada por esos jugadores. Definitivamente no esperaba eso de Niragi, su corazón aún latía de manera desenfrenada. No era posible.

—¿Estás bien?

Alzó su vista dejando de abrazar del todo sus rodillas donde tenía su rostro enterrado para ver el perfecto rostro de Yoi sonriéndole de una forma tan amable que hasta podría olvidar sus malévolas sonrisas intensas.

Quito las lágrimas de sus mejillas, no quería que la viera llorar. Pero de nada sirvió cuando después otras habían vuelto a escapar humedeciendo su rostro otra vez.